‘Senna’: la serie de Netflix que contará la historia de una leyenda

El brasileño fue el mejor de todos en una época de auténticos gigantes, destacando de entre los Prosts, Laudas, Mansells, Piquets y hasta Schumachers, entre otros genios de su tiempo. Su estilo agresivo e implacable, su tenacidad, su fe y un talento que parecía otorgado directamente por Dios forjaron un personaje inigualable, que redefinió el concepto del piloto de carreras e inspiró a millones.

Solo basta con ‘googlear’ imágenes y videos del funeral del ídolo -cuya concurrencia solo puede compararse con los de Pelé o Maradona, y estuvo acompañado de tres días de duelo nacional en Brasil- para entender su influencia y grandeza. Una de las declaraciones recogidas por la prensa durante el cortejo fúnebre (en entrevistas hechas aleatoriamente a los millones de ciudadanos asistentes) resume a la perfección la importancia de Ayrton para su gente: “Los brasileños necesitamos comida, educación, salud y un poco de alegría… Y con él, se nos fue la alegría”. Senna, un hombre profundamente católico, donó millones para organizaciones benéficas en su país a lo largo de su carrera, hasta el día de su muerte, en el Gran Premio de San Marino de 1994.

El trailer de la producción de seis capítulos fue lanzado recientemente, en coincidencia con el trigésimo aniversario de la muerte, y se sitúa en uno de esos momentos ‘hollywoodescos’: el Gran Premio de Brasil de 1991. Para aquella carrera, Senna ya contaba con una exitosísima trayectoria, dos campeonatos del mundo, y la reputación de ser el tipo más competitivo, duro y rápido de la Fórmula 1. Sin embargo, pese a ya gozar de un estatus de héroe nacional, aún no había logrado ganar en su tierra. No era un secreto que, en cierto modo, esa deuda pendiente con la ‘Torcida’ lo atormentaba.

Quedaban poco más de 10 vueltas en el Autódromo José Carlos Pace, y el Williams de Nigel Mansell, el más cercano persecutor del paulista en la carrera, había abandonado por problemas mecánicos. Todo indicaba que, esta vez, la suerte estaría del lado del local y de los 60 mil brasileños presentes en Interlagos. Pero, de pronto, la caja de cambios del McLaren de Ayrton comenzó a fallar, y el cielo de Sao Paulo tronó, y arrancó a llorar una lluvia apocalíptica.

Fue una manejada absolutamente épica, de antología, con el auto atascado en sexta y Ricardo Patresse descontándole dos segundos por vuelta. La televisión internacional transmitió los eufóricos alaridos de Senna al cruzar la bandera a cuadros y los esfuerzos del campeón para levantar, acalambrado por el descomunal desgaste físico al que se sometió -tuvieron que ayudarlo para soltar los dedos del timón y bajar del carro-, el trofeo del Gran Premio, y hondear con orgullo la ‘auriverde’.

La serie basada en esta historia real que parece ficticia será protagonizada por Gabriel Leone, quien hizo de Alfonso de Portago en la cinta biográfica de Enzo Ferrari (recomendada también para todo fanático de los ‘fierros’). El ‘teaser’ oficial proyecta pasajes tanto deportivos como personales de la vida de Senna, como sus comienzos en el Karting, su noviazgo con Xuxa -ícono de la cultura pop brasileña-, y sus disputas con su entonces compañero y rival, el gran Alain Prost.

Un puñado de documentales han contado -algunos con más éxito que otros- la leyenda de Senna, siendo el de 2009, por cierto, el mejor realizado. Cabe mencionar, no obstante, que el mismo Prost, retratado como el antagonista del film, declaró en más de una oportunidad que la cinta no le hace justicia a su relación con el brasileño; según el ´Profesor’, él y Ayrton eran acérrimos rivales, pero también amigos.

Esta nueva apuesta de Netflix llegará a las pantallas de los aficionados a la Fórmula 1 y a las buenas historias a finales de año. De más está decir que ha generado grandes expectativas entre a quienes se les eriza la piel cuando vuelven a ver el ‘on board’ del GP de Mónaco de 1990. El avance pinta muy bien: la serie aparenta estar bien ‘casteada’ y ambientada, contando incluso con réplicas exactas de los monoplaza de finales de los 80 y comienzos de los 90, de los autos más hermosos que alguna vez hayan corrido un Grand Prix. La historia está y vale la pena contarla; ahora, ¿podrá enamorar también a los ajenos al automovilismo, que, probablemente, no sabían de su grandeza?