Recuperar la fe perdida

Pese a aclarar que el tema debió tratarse con mayor cuidado, estuvo de acuerdo con Reynoso en cuanto a las carencias de la Liga 1. Según él, tanto desde la Federación como desde los clubes, no se hace lo suficiente para mejorar el fútbol nacional. Por un lado, reconoció que, desde la FPF, han descuidado lo poco que se había avanzado en cuanto a las condiciones del torneo local, así como la urgente necesidad de contratar a un gerente de licencias. Por otro, también fue incisivo: “Hay dirigentes que, probablemente, tiran más para mejorar su club que para mejorar la Liga”.

Y es que, ‘Mea culpas’ aparte, al director deportivo de la FPF se le notó incómodo con más de un tema. Por ejemplo, lamentó la “pérdida” (comillas añadidas por él) de Antonio García Pye, a quien se refirió como el mejor gerente de selecciones en Sudamérica. Asimismo, fue tajante, y señaló que, incluso el menos futbolero, no puede estar ni de cerca satisfecho con el rendimiento del ‘equipo de todos’. Más que una autocrítica, se sintió como una resignación.

De entre tantos aspectos negativos, lo que más perturba a Oblitas es el desgaste de la relación entre todos los actores involucrados con la selección: tras los nefastos procesos de las décadas del 2000 y 2010, se logró construir una dinámica de respaldo entre los jugadores, la dirigencia, el cuerpo técnico, la prensa y la hinchada, capaz de perdurar tanto en la victoria como en la derrota.

Pidió no perder la fe en la Selección… Pero, siendo más precisos: ¿fe en qué? Tras la conferencia, quedó en evidencia que cada vez existen menos fundamentos sobre los cuales el hincha puede depositar su confianza.

Entonces, cabe preguntarse, ¿Ya no hay nada en que creer? Desde esta humilde tribuna, creemos que no (todavía). La sensatez es una virtud esencial -más aún en momentos como este- y Juan Carlos Oblitas la profesa y mantiene. Sin embargo, parece ser consciente, más que nadie dentro de la FPF, de que algo debe enmendarse cuanto antes: “Nos va a demostrar (Reynoso) que, si tiene que cambiar, va a cambiar”, sentenció.

El ‘ciego’ confía, pues, en la capacidad autocrítica de Juan Reynoso. Lo desconcertante radica en que el ‘Cabezón’ no es particularmente conocido por ser una persona transigente, acostumbrada a detenerse por un momento, y preguntarse a si mismo si es que se está equivocando y conviene llevar a cabo un cambio. Su profesionalismo y éxito como entrenador está fuera de discusión, pero el exjugador de la selección, como DT, ha ganado o perdido, siempre, en su ley.

Tarde o temprano, esta fe ciega será puesta a prueba: se anunció que, tras la fecha doble de noviembre, se hará un balance de lo que va del proceso. ¿Será, para ese momento, demasiado tarde?