Opinión: Sobre coleccionismo, por David Flores-Hora

Cuando fuimos invitados –una galerista, una gestora cultural y yo– a un programa de televisión para hablar sobre el mercado del arte, una de las coincidencias que tuvimos fue que Lima debería tener una feria de arte contemporáneo. En ese momento, invierno de 2011, nadie imaginó que hoy existiría no una, sino dos ferias de arte.

Soy de los que creen en la pertinencia de las ferias como dinamizadoras del coleccionismo. Al escribir sobre esto es insoslayable mencionar la reciente aparición del libro de la colección de Eduardo Hochschild.

A diferencia de otros países, el Estado no compra arte contemporáneo. Frente a esto, el libro de Hochschild, bajo la curaduría de Giancarlo Scaglia, es una pertinente toma de pulso del arte peruano (o limeño). Las obras de Jorge Cabieses, Alice Wagner, Alfredo Márquez, Koening Johnson conviven con obras de los más importantes artistas peruanos. Se trata de una apuesta privada que cubre algunos vacíos de nuestra administración cultural estatal.