Días de CINI

Hoy concluye la primera edición del 'CINI: Festival Internacional de Cine para Niños'. La última función (5 p.m. en el Auditorio Británico de San Juan de Lurigancho) está reservada para 'Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe', sorprendente largometraje de animación stop motion dirigido por Walter Tournier, cineasta uruguayo homenajeado por el CINI con una retrospectiva.

La visita de Tournier ha sido uno de los platos fuertes del festival. Los niños que asistieron a las proyecciones de 'El jefe y el carpintero' y 'Navidad caribeña' no solo disfrutaron con estas joyas latinoamericanas de animación, además tuvieron la oportunidad de preguntar a Tournier cómo hizo sus películas. El entusiasmo de los pequeños espectadores nos hace creer que alguno de ellos podría hacer algo parecido más adelante.

Justamente esa es la principal tarea del CINI: incentivar la imaginación de los niños, desarrollar la vocación artística que todos llevan dentro pero que muchas veces no sale a flote hasta que una película, un libro o una canción los inspira a ser creativos.

Hoy la edad no es impedimento para crear una obra audiovisual. Allí está el ejemplo de 'El piano rojo', un simpático filme realizado íntegramente por los alumnos de primaria de un colegio limeño. Este trabajo se exhibió dentro de la Competencia de Cortometrajes, sección que reunió un total de quince trabajos procedentes de América Latina y Europa.

La Competencia de Películas contó con tres largometrajes: 'Ulises y los 10,000 bigotes' (México), 'El extraordinario viaje de Lucius Dumb' (España) y 'Clara y el secreto de los osos' (Suiza). Por último, la sección Cine Británico de Animación deleitó a chicos y padres con películas dignas de ser descubiertas como 'Pedro y el lobo' y 'El oso'. En conclusión, el CINI apuesta a seguir creciendo. Lo cinco mil espectadores del festival confirman la necesidad de cultura en varios puntos de la capital. Allí está el futuro.

TENGA EN CUENTA

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE PARA NIÑOS, CINI