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Verse como una sola gran economía, el ambicioso plan de la Alianza del Pacífico
La Alianza del Pacífico, que este miércoles cumple diez años de la Declaración de Lima que le dio origen, nació con el “ambicioso” plan de que sus integrantes (Chile, Colombia, Perú y México) pudieran ser vistos por el mundo “como una sola gran economía”, influyente y poderosa.
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La Alianza del Pacífico, que este miércoles cumple diez años de la Declaración de Lima que le dio origen, nació con el “ambicioso” plan de que sus integrantes (Chile, Colombia, Perú y México) pudieran ser vistos por el mundo “como una sola gran economía”, influyente y poderosa.
Así lo explicó a EFE Eduardo Ferreyros, exministro de Comercio Exterior peruano quien en 2011 fue uno de los creadores de la iniciativa, impulsada por el entonces presidente, Alan García (1985-1990 y 2006-2011).
Ferreyros también resaltó que desde su concepción, la Alianza tuvo otro objetivo bien claro: penetrar en los mercados asiáticos.
“Los objetivos ambiciosos, sin perder soberanía nacional ni nada, eran los de llegar a tener una presencia mundial como una misma economía, en términos de comercio e inversiones”, indicó el exministro.
Ese “sueño” se basa en el hecho de que, salvo México, “de forma independientemente, los países del grupo somos economías pequeñas”.
“Pero integrados los cuatro, con acuerdos conjuntos frente a un mundo que nos estuviera viendo como una gran economía, la octava economía global, estaríamos en condiciones de influir conjuntamente en la toma de decisiones de las reglas mundiales de comercio”, razonó Ferreyros.
Más allá de esto, el otro objetivo era poder acercarse de manera conjunta a mercados lejanos como los asiáticos, un espacio donde claramente “es más fácil acercarse juntos que hacerlo solos”, por más que los países miembros de la Alianza ya mantengan acuerdos bilaterales de comercio con las potencias asiáticas.
A juicio de Ferreyros, tras diez años de trabajo conjunto, el “proceso sigue avanzando”, si bien “lamentablemente” ha sufrido una desaceleración con la pandemia de COVID-19, algo que espera que “pronto se pueda superar o reacomodar” para seguir adelante.
“Hay que tener claro que aquí lo que se buscan son encadenamientos productivos. Para exportar cobre no se necesita un tratado de libre comercio (TLC). Eso se usa para exportar productos con valor agregado. Con o sin TLC, Perú seguiría vendiendo cobre a China o Asia en general, que son un gran mercado. No se hacen estas cosas para exportar lo mismo, sino para exportar con valor agregado”, explicó.
A su juicio, lo importante ahora para el futuro de la Alianza del Pacífico es terminar “las asociaciones” con otros países, como Ecuador, Canadá o Singapur, todos interesados en profundizar sus lazos con la organización y poder así seguir avanzando en estos planes.
“Por ejemplo, las industrias tecnológicas aún no engancharon, pero será ideal que empresas asiáticas puedan instalarse aquí. Con reglas de acumulación de origen, se podría empezar a exportar tecnología”, apuntó Ferreyros.
En cualquier caso, y pese a cumplir diez años, para el exministro la Alianza es una iniciativa “todavía en crecimiento, joven y con gran futuro”.
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