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¿Qué países pueden salvar o hundir la economía mundial?
Cinco economías del mundo se perfilan a ser los grandes impulsores o principales amenazas para el bienestar de la economía mundial.
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La desaceleración económica mundial y sus consecuencias en el 2015 (el aumento del desempleo en Europa, la caída de la actividad industrial en China y EE.UU y la volatilidad de los mercados bursátiles) motivó un análisis de la BBC para determinar cuáles serían los países que contribuirían a darle impulso a la economía mundial o a que esta se hunda.
La economía de Estados Unidos, para que favorezca al mundo a salir del estancamiento, deberá crecer a más de 4%, tener un déficit presupuestario equivalente al 4.5% de su PBI y una deuda pública del 111%. Sin embargo, el escenario se complicaría con la subida de la tasa de interés de diciembre.
Alemania se perfila como el único país que podría sacar adelante la economía de la eurozona; sin embargo, varios expertos piensan que sí hubiese podido si no hubiera impuesto reglas de autoridad. De esta manera, el Banco Central Europeo sería el único impulsor de la economía en la UE.
Japón sigue siendo la tercera economía del mundo pero afrontará retos, pues el crecimiento del 2016 sería similar al del 2015 (0.7%) y la reactivación de su economía dependerá de las políticas adoptadas por sus autoridades, como realizar un estímulo fiscal, flexibilización monetaria y una reforma estructural. Bajo ese contexto, Japón dependerá de la demanda del resto del mundo y no podría convertirse en una locomotora para el mundo.
Corea del Sur no cuenta con numerosas restricciones fiscales como Japón, y es uno de los nuevos países industrializados, gozando con un presupuesto y una moneda estables y capaces de estimular su economía. No obstante, será capaz solo de impulsar a la región asiática y no al mundo.
La actividad económica de China fue relevante para superar la crisis que se dio en el 2009; sin embargo, ahora el ritmo de su economía viene bajando, de manera que pasó de una tasa de crecimiento de 10% a 7%. También es preocupante la desaceleración de su producción industrial y de las exportaciones, la fuga de capitales y la volatilidad bursátil. Todo ello, sugiere una potencial amenaza para la economía mundial.
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