Fue muy grato recibir la invitación de un grupo de estudiantes líderes de secundaria para conversar sobre el impacto de la educación en la economía de los países. Una gran sorpresa que jóvenes de entre 14 y 16 años quieran investigar, profundizar y pensar en soluciones para mejorar el desarrollo del país, pensando en la educación como un factor clave para mejorar la economía y lograr un desarrollo sostenible.
Sabemos que invertir en una educación de calidad cubre en el tiempo el gasto que generó esa mejora, entonces ¿qué nos impide invertir en una educación de calidad? Más aún cuando en la última Asamblea de la ONU su vicesecretaria general, Amina Mohammed, afirma que “estamos frente a una oportunidad única para realizar una transformación radical de la educación”.
Es una oportunidad que los peruanos podemos aprovechar porque además en nuestro país, tenemos una gran población de jóvenes con muchas ganas de aprender y de impactar en su comunidad, en su país y ahora con el apoyo de la tecnología, en el mundo. Existe, además, una conciencia clara de las familias peruanas de que la educación impacta en el futuro de las personas y por ello están dispuestas a invertir, en tiempo y recursos, en una mejor educación para sus hijos.
Lo que nos falta es unirnos bajo un solo objetivo y propósito en común, que pongamos nuestras instituciones a favor de la educación, una voluntad política que busque trascender y no solo ganar siguiente elección, y principalmente tener líderes que sean capaces de inspirar y movilizar hacia ese propósito.
Aprovechemos esta oportunidad única, postpandemia, donde hemos experimentado los peruanos más que cualquier otro país la importancia de la educación, en nuestras vidas y en la de nuestros hijos e hijas.