"Es necesario prestar atención a un aspecto igualmente importante como es la preparación emocional de nuestros hijos e hijas para el regreso a clases".
"Es necesario prestar atención a un aspecto igualmente importante como es la preparación emocional de nuestros hijos e hijas para el regreso a clases".

Cuando se acerca la fecha de regreso al , como adultos, solemos preocuparnos por asegurar tener todos los útiles escolares que nos pidieron en el colegio, si les queda bien el uniforme, coordinar quién los llevará o recogerá. Sin embargo, es necesario prestar atención a un aspecto igualmente importante como es la preparación emocional de nuestros hijos e hijas para el regreso a clases.

En el caso de los más pequeños (de 3 a 7 años), es esencial conversar sobre el primer día de clases. Les podemos contar cómo es su colegio, que va a tener una nueva profesora, que estarán otros niños y niñas para jugar, y averiguar en el colegio si van a tener un proceso de adaptación. Si nos cuesta abordar este tema o nuestro hijo no habla sobre ello, podemos ver películas juntos o leerle cuentos referidos al tema, para que nos ayude a iniciar estas conversaciones. Si notamos que nuestro hijo o hija está muy nervioso puede contactar al colegio para organizar una visita previa al inicio de clases, esto suele contribuir a que se sientan más tranquilos.

En el caso de adolescentes puede ser aún más desafiante, debido a la baja motivación para asistir a la escuela. En estas edades, suelen percibir que el colegio los aleja de sus actividades favoritas y les cuesta encontrar el sentido de asistir. Es esencial abordar primero la parte biológica, a esta edad suelen tener dificultades para levantarse temprano por los cambios biológicos que experimentan, por lo que pueden alterarse sus patrones de sueño. Es fundamental asegurar una rutina de acostarse temprano para garantizar por lo menos de 8 horas de sueño, asegurar además que tomen desayuno antes de ir al colegio y que no dejen de realizar actividad física.

Por el lado de la motivación, debemos vincular lo que logrará en el colegio son sus metas futuras, mantener una comunicación abierta para conocer sus intereses, temores o dificultades y abordarlos. En situaciones donde los adolescentes no se sienten cómodos compartiendo abiertamente, organizar encuentros sociales con sus compañeros puede ofrecer un ambiente propicio para abordar temas relevantes.

Finalmente, muchos padres y madres son los más estresados con el inicio del año escolar y sin saberlo transmiten esta preocupación a sus hijos e hijas. Esta preocupación puede estar relacionada a la adaptación social a un nuevo colegio, a nuevos compañeros de la clase, a una nueva maestra, así como al rendimiento académico y la seguridad física para el cuidado. Establecer una comunicación efectiva con la maestra para conocer mejor el trabajo que realiza la escuela brinda mayor confianza a los padres. Esta confianza es esencial transmitirla a nuestros hijos para iniciar un buen año escolar.

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