El primer ministro italiano, Mario Monti, aprovechó hoy la reunión que mantuvo en Berlín con la canciller Angela Merkel para garantizar que de su país no se desprende ningún peligro de contagio al resto de Europa y para pedir un mayor papel político de su país en el debate para solucionar la crisis de deuda.
"No hay que temer a Italia", aseveró en la rueda de prensa conjunta que se ofreció tras el encuentro en la Cancillería. "Italia demostró madurez con las reformas emprendidas y hará su aportación correspondiente a la estabilización de la Zona Euro", prometió.
Además, adelantó que su gobierno aprobará una serie de reformas de liberalización económica destinadas a mejorar el ahorro en una economía cuya deuda asciende al 120 por ciento de su producto interior bruto (PIB). Según explicó, esas medidas deberán tener repercusión directa en la productividad y en el mercado laboral.
Por su parte, la jefa del gobierno alemán reconoció los esfuerzos de la tercera economía del bloque europeo y mostró su "respeto" hacia las "extraordinariamente importantes y apreciables medidas adoptadas por el gobierno de Monti".
Además, insistió en que las medidas de consolidación presupuestaria y las reformas estructurales introducidas "serán lo que fortalezca a Italia". Sin embargo, recordó que los países europeos tienen que concentrarse también en idear medidas para fomentar el crecimiento económico y el empleo.