Las obras de la Línea 2 del Metro de Lima se paralizaron desde mediados de marzo hasta inicios de julio, debido a la pandemia. (Difusión)
Las obras de la Línea 2 del Metro de Lima se paralizaron desde mediados de marzo hasta inicios de julio, debido a la pandemia. (Difusión)

La presidenta del Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (OSITRAN), Verónica Zambrano, indicó en entrevista la posibilidad de que se requiera acordar un nuevo cronograma para la entrega de la

La funcionaria reconoció que se viene revisando la suspensión de algunas obligaciones a la empresa concesionaria debido a los retrasos originados por la pandemia. En esa línea, informó que podría firmarse una tercera adenda.

Sobre los plazos de entrega de la obra, descartó que sea en el 2030, como comentó hace un tiempo el ex ministro de Transportes y Comunicaciones Carlos Lozada. Aunque no dio una fecha, Zambrano comentó que hay que ver la forma más eficiente para concluirla.

Cabe recordar que la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima, que unirá el Callao y Ate, inició en el 2014, para ser entregada en el presente año. Dos adendas retrasaron la obra hasta el 2025.

Gonzalo Prialé, presidente del Instituto Infraestructura Institucionalidad y Gestion – IIG, comentó que en las actuales circunstancias es irrealista esperar que se pueda acortar los plazos. “Si en años anteriores los plazos acordados no se cumplieron, sin pandemia de por medio, menos se cumplirán ahora”.

“Tras seis años de la firma del contrato, según ATU, solo el 48% de los predios afectados han sido entregados y se han aprobado solo 69 de un total de 120 EDI (Estudios Definitivos de Ingeniería) necesarios. Además, las tuneladoras no tienen visos de entrar a operar”, señaló Prialé.

Según el balance del experto en infraestructura, la gestión pública hace agua y este proyecto le ha quedado demasiado grande.

Prialé cree las demoras, como consecuencia de la ineficaz gestión del proyecto y de discrepancias prolongadas entre el concedente, el supervisor y el concesionario “se han traducido en incrementos de tiempo y de presupuesto que hay que plasmar en una nueva adenda”.

“A esto se suma, la paralización de obras por la pandemia y las exigencias de distanciamiento social y cuidados que disminuyen el ritmo de avance posible, y encarecen la obra al bajar la productividad”, añadió.

CÓMO ECHAR A ANDAR LA LÍNEA 2

Prialé afirmó que es urgente la firma de la nueva adenda en donde se reconozcan los mayores costos, y establecer nuevos plazos, al mismo tiempo que se autoriza el desembolso al concesionario por lo avanzado a la fecha. “Por supuesto que la justificación de la adenda debe revisarse muy acuciosamente, pero rápido”, agregó.

“El problema es que, contrario sensu, se busca sancionar al concesionario por no haber cumplido con las obligaciones pactadas en el plazo establecido. Si continúa la indecisión oficial, no hay aceleración posible”, enfatizó.

Por su parte, la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN) respondió que lo más importante es adoptar decisiones para que proyectos de esta naturaleza, como la Línea 2 del Metro de Lima, se ejecuten prontamente; porque contribuirán a reactivar la economía y resolver el problema del transporte urbano en Lima.

“De otro lado, para acelerar el proyecto se tiene que agilizar la entrega de terrenos por parte del concedente. Sin eso, no se podrá avanzar”, señaló la asociación.

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