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Redacción PERÚ21

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El , proyecto energético y petroquímico de US$11,500 millones, está cada vez más lejos de poder concretarse durante este gobierno por demoras en su licitación, temores de suministro de gas, y hasta la amenaza de presencia terrorista.

La licitación del gasoducto de unos US$4,000 millones, proyectado desde los yacimientos de los Andes hasta la región Moquegua, será recién adjudicada a fines de este año o el próximo.

Y la empresa brasileña Braskem, que planifica desde hace un par de años la construcción de una petroquímica de US$3,500 millones, todavía no sabe exactamente dónde levantaría la planta.

"El proyecto jamás va a llegar para el 2016. No hay forma de que llegue", informó una fuente del Gobierno a la agencia Reuters. "Cualquiera de estas cosas toma cinco años en desarrollarse", enfatizó.

El proyecto incluye además la construcción de varias termoeléctricas por un total de US$4,000 millones para reforzar el vulnerable sistema eléctrico del país.

También apunta a crear el primer polo petroquímico de la costa del sur del Pacífico para dar valor agregado a las ingentes reservas de gas natural y diversificar una economía fuertemente dependiente de la minería, sector que aporta un 60% de los ingresos por exportaciones y expone al país a la volatilidad de los precios internacionales.

Retrasos como el evidenciado en este plan podrían ensombrecer el clima de negocios en Perú, donde analistas destacan una debido a que un conjunto de proyectos está paralizado, en parte por trabas burocráticas que el Gobierno prometió resolver.