Debido a la escasez de alimentos que sufre actualmente Venezuela, y frente a las enormes colas para comprar alimentos, las personas están recurriendo al consumo de mango, coco y papaya.
Es así que la temporada de mangos está proporcionando algo de alivio a Venezuela. El empeoramiento de la escasez de alimentos ha obligado a los pobres a saltarse las comidas y ha precipitado una serie de saqueos.
"A veces, cuando no hay nada en la nevera, bajo dos mangos", declaró Juany Iznaga a la agencia Reuters, una adolescente de 13 años cuya familia se salta algunas comidas desde que su madre perdió su trabajo en una alcaldía de La Fría, una pequeña ciudad a pocos kilómetros de Colombia. "El mango ayuda un poquito, le llena a uno".
Se sabe además que los venezolanos están consumiendo más carbohidratos y menos proteínas debido a la crisis. Muchos incluso señalan que no pueden permitirse tres comidas al día.
Asimismo, a medida que la recesión reduce el empleo y la inflación se incrementa aplastando el poder adquisitivo de las personas, las esquinas se llenas con vendedores informales de fruta.
Josué Moreno dejó su trabajo hace cuatro meses en una planta embotelladora de agua donde ganaba 7 dólares mensuales al tipo de cambio del mercado negro, y ahora vende cocos, cobijado por la sombra de los árboles en una concurrida calle de La Fría.
"Este trabajo es más fácil", discurrió Moreno, de 19 años, mientras cortaba la fruta con un enorme cuchillo para dársela a un sediento cliente. "El coco se da solo, no tienes que estar encima de él".