A pesar de la crisis que afecta a Estados Unidos, la campaña presidencial en ese país ya está en marcha y apunta a ser la más cara de la historia.
Hasta ahora, la campaña del 2008 había roto todos los récords en cuanto a dinero invertido. Sin embargo, el presidente Barack Obama se propone superar largamente esas cifras. Para llegar a la Casa Blanca, el entonces candidato demócrata recaudó unos US$740 millones, pero esta vez espera superar los US$1,000 millones para tentar su reelección.
En aquella disputa electoral Obama logró recaudar el triple del dinero que invirtió su contendor John McCain, por ello los actuales precandidatos republicanos están agotando posibilidades para conseguir más fondos y darle una pelea reñida al mandatario.
La carrera por conseguir donaciones comenzó a inicios del año pasado y Obama es cómodo líder, con cerca de US$100 millones recaudados hasta setiembre último, mientras que Mitt Romney, que encabeza las primarias republicanas, tiene menos de la tercera parte de esa cifra y los demás eventuales contendores cifras mucho menores.
Cabe resaltar que, según las leyes estadounidenses, ninguna donación individual puede superar los US$2,500, aunque los candidatos pueden canalizar donaciones ilimitadas mediante las comisiones de acción política.
Otro dato importante es que en la campaña anterior, Obama gastó dos tercios de lo recaudado en anuncios televisivos, lo que puede servir para hacerse una idea de cuánto se gastará esta campaña en ese rubro.