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Debate de políticas públicas: “La economía peruana en el 2023: lloviendo sobre mojado”
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Los economistas Hugo Perea, Donita Rodriquez, Alonso Segura y Carlos E. Paredes conversaron este 23 de marzo sobre las perspectivas económicas para el año 2023 ante las restricciones impuestas por el contexto nacional e internacional en un webinar organizado por el Diario Perú21, la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental e Intelfin Estudios & Consultoría.
Hubo consenso en que el país está convergiendo a un crecimiento moderado (mediocre) de alrededor del 2% anual. Alonso Segura resaltó que el 2023 inicia con un enfriamiento local ante la baja confianza empresarial, la falta de estímulos para sostener el consumo privado y una alta incertidumbre política.
Según Hugo Perea, se espera un descenso más acentuado de la inflación hacia el segundo y tercer trimestre del año y que el 2023 podría terminar en 3.5% (otros panelistas apuntaron a que cerraría más bien en cerca de 5%).
Donita Rodríguez destacó que el bajo déficit fiscal le otorga soporte a la moneda peruana, por lo que se espera que el sol se mantenga relativamente estable y el tipo de cambio cierre el año en 3.85 soles por dólar.
Además, los tres panelistas esperan que, en este contexto de menor inflación y de pausa monetaria de la FED, el BCRP podría introducir recortes a la tasa de interés de referencia de 25 a 75 puntos básicos hacia el cuarto trimestre del año, aunque existe el riesgo de que dichos recortes sean insuficientes.
Adicionalmente, se espera que la inversión privada disminuya ante la falta de proyectos de gran escala. Hugo Perea y Donita Rodriguez resaltaron que la mayor demanda por cobre, generada por el cambio de la matriz energética mundial, sería positivo para el crecimiento económico del país, pero los problemas de gobernabilidad y conflictividad social restringen el desarrollo de proyectos de exploración minera.
A esto se suma que Alonso Segura indicó que no hay una visión a largo plazo para la asignación de recursos. La estrategia de los últimos gobiernos fue lograr apoyo político de las regiones a través de un aumento en sus presupuestos, pero esto generó una atomización de proyectos y capacidades que decantó en una caída de la calidad de la inversión pública. Si no se plantean vías para dinamizar la economía, el país se va a quedar entrampado con un mercado laboral de bajo capital humano, deteriorado por la pandemia, que no logrará combatir la pobreza y mejorar el bienestar.
Oportunidades y riesgos de las políticas monetaria y fiscal: ¿conviene dar un impulso?
Existe consenso de que el BCRP se va a centrar en la inflación y el tipo de cambio. Por lo tanto, no es previsible el uso de la política monetaria para propiciar el crecimiento ante la inflación persistente y el ajuste reciente de tasas en EEUU que recién va a ser incorporado por las tasas del mercado financiero.
En cuanto a la política fiscal, Donita Rodriguez resaltó que el MEF está apuntando a medidas de inversión pública de bajo impacto inflacionario, pero esto no influirá significativamente en el consumo privado.
Alonso Segura destacó que hay que tener cuidado de retroalimentar la inflación, por lo que el gobierno debería enfocarse en generar confianza para dinamizar la inversión privada. Aunque reconoció ñ que el panorama no es el más favorable.
Por su parte, Hugo Perea resaltó que contamos con una arquitectura institucional y legal que favorece la resiliencia de la economía; los arreglos institucionales que tenemos para el desarrollo de las actividades productivas y la estabilidad macroeconómica deben mantenerse y centrarnos en hacer arreglos políticos para reducir incertidumbre y mejorar la confianza.
Empleo y desarrollo económico: ¿qué hacer para fomentar la inversión privada?
Los tres panelistas coincidieron en la necesidad de mejorar la calidad de las políticas públicas y la competitividad del país. Asimismo, resaltaron la importancia de defender la estabilidad macroeconómica y el clima de negocios, y subrayaron la necesidad de trabajar en políticas públicas que permitan mejorar las condiciones para la iniciativa privada y generar un crecimiento sostenido que mejore la calidad de vida de la población. Sin embargo, cada uno de ellos enfatizó diferentes aspectos.
Por un lado, Alonso Segura destacó la importancia de abordar los problemas a nivel microeconómico y trabajar en una agenda institucional y de políticas públicas, resaltando la inversión en capital humano y diversificación productiva, así como el riesgo que representa el desmantelamiento de las políticas sectoriales.
Por otra parte, Hugo Perea destacó la importancia de mejorar el clima de negocios y la estabilidad política e institucional para atraer inversores y generar más confianza, lo que podría impulsar el crecimiento económico, sobre todo si se aprovecha la oportunidades en el sector minero.
Finalmente, Donita Rodríguez postuló que, antes que un adelanto de elecciones, es necesario resolver el entrampamiento político en el Perú, buscando mejorar la calidad de los actores políticos para avanzar hacia consensos políticos que mejoren las políticas públicas y la competitividad del país.
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