Baltazar Caravedo es cofundador de Sistema B Perú. (FOTO: ANTHONY NIÑO DE GUZMAN).
Baltazar Caravedo es cofundador de Sistema B Perú. (FOTO: ANTHONY NIÑO DE GUZMAN).

El nombre Baltazar lleva tres generaciones en los Caravedo. Empezó con su abuelo, otrora compañero de clase de Hermilio Valdizán y Sebastián Lorente. Tres psiquiatras que impulsaron el desarrollo de la psiquiatría a comienzos del siglo XX. El padre heredó la vocación por la psiquiatría y quedó en manos de hijo alterar la tradición.

Pero tenía que ser como su padre (y abuelo). Siguió Medicina tres años y definitivamente no era el camino. Transitó por Letras y fue el único que aprobó el examen final de Economía. Lo que podría ser una anécdota fue una certeza. Estudió y una maestría y doctorado en Sociología.

Luego de ser asesor de una comisión presidida por Ramiro Prialé en la Constituyente del 78, fue invitado por Alfonso Barrantes para ser parte del cuerpo de regidores de la izquierda durante la alcaldía limeña de Eduardo Orrego. Empezaba la década del 80, pero con ella, a la vez, se fue diluyendo su paso por la política. Hoy es catedrático y cofundador de , organización que agrupa a empresas B, un enfoque que tal vez en tiempo de pandemia cobra mayor relevancia.

A sus 74 años, la palabra jubilación no está en el horizonte. “Imposible. La jubilación es como la muerte”, sentencia y remarca que vive en permanente lectura y renovación del pensamiento.

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-Parte del concepto de las empresas B es que se enfocan en el triple impacto: económico, social y ambiental. ¿Qué implica ello?

Una empresa B es una con propósito. Y ese propósito se define como los problemas sociales y/o ambientales que esa empresa decide resolver o contribuir a su resolución. Las empresas, independientemente de que tengan o no propósito, van a provocar un triple impacto; y puede que no los miren, no los midan, que no sepan que los producen. Entonces, lo que distingue a una empresa B es la toma de consciencia de la actividad que realiza.

-Esta visión de empresa es más sensible a propósito de la pandemia. ¿Pero qué tan larga data tiene?

La propuesta de empresas B surge en 2006, en EE.UU. Sin embargo, la idea de modificar las dinámicas de las empresas es anterior. Hoy en día sí hay mayor número de empresas B en el mundo. Más aun con declaraciones recientes de organizaciones empresariales, como lo que se dio en 2019, cuando 181 empresarios importantes en EE.UU. sostuvieron que el propósito de una empresa no era maximizar utilidades, sino generar utilidades y beneficio para trabajadores, entorno, clientes, etc.; mirada opuesta a la que hizo Milton Friedman en 1970, cuando dijo que el único objetivo de la empresa era maximizar utilidades.

-Semanas atrás entrevisté a Mariana Rodríguez, presidenta de CADE Ejecutivos 2020, y me dijo que “el capitalismo de corto plazo, especulativo, está muriendo”. ¿Las empresas B son una suerte de redefinición del capitalismo?

En cierta medida, creo que sí. Pero no es la única. Mariana está más metida con este movimiento que se llama capitalismo consciente. Se trata de ‘resetear’ la economía con un nuevo tipo de empresa y de lógica. Ahora, eso no se podrá hacer de la noche a la mañana. También está el modelo de economía circular, que es una propuesta que busca reutilizar (estoy simplificando) lo que serían los residuos que producen las empresas para convertirlos en materias primas. Todos estos modelos ponen énfasis en distintos aspectos, pero el sentido tiene que ver con una modificación de la manera como ha venido operando el capitalismo en el mundo.

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-¿Cuál es el impacto de las empresas B?

Es probable que los vínculos de nuestra sociedad tiendan a modificarse, porque las empresas introducen elementos nuevos en los comportamientos de las personas. Si tuviéramos la mayor parte de empresas B, tendríamos una sociedad con una lógica distinta a la que tenemos ahora.

-Es un tema complejo porque tiene que ver con el chip de las personas, desde el hecho más elemental, como no cruzar con el semáforo en rojo.

Y eso va a requerir liderazgo. El chip son paradigmas que uno tiene incorporados y normalmente ni nos damos cuenta de que los tenemos. Modificar ello tiene que ver también con los vínculos en el interior de las instituciones.

-Usted llegó a ser regidor en la década del 80. ¿Por qué no se quedó en la política?

No pensé tener tantas cualidades para meterme en la política. Y en ese momento, para mí, comenzaba a desdibujarse la política. Y me dediqué más a la investigación y a promover cosas en otro plano, como la responsabilidad social.

-Usted ha sido testigo, desde la política, la empresa y la investigación, de lo complejo que ha sido el Perú en los últimos 40 años. ¿Qué pedirles a los políticos a meses de una nueva elección presidencial?

Me parece que la gran mayoría (de políticos) no tiene consciencia de los límites que tienen. A los políticos de ahora no los veo adecuados para las circunstancias que vive el país. No tengo ninguna expectativa de las elecciones. Hay que trabajar fuera de la política para contribuir a la transformación de la sociedad. El curso de los últimos 40 años es el curso de una repetición. Cuando uno revisa el libro Historia de la corrupción de Alfonso Quiroz o diferentes documentos de historia, te das cuenta de que en realidad hay algo en el sustrato de la sociedad que no se puede resolver solo desde la política. Hay que actuar todos, en diferentes planos. Debemos tener una posición abierta para escuchar a los otros. Hay que hacer una revolución del conocimiento y de los afectos. Todos no pueden ser nuestros enemigos. Todos los pensamientos recogen parte de la realidad, hay que integrarlos.

-¿Cómo prefiere definirse: empresario, sociólogo o economista?

(Ríe). Preferiría no definirme con una disciplina. Me interesa pensar que la dinámica de la realidad tiene muchos ángulos y que uno tiene que saber entender e incorporar esa perspectiva para poder acoger y construir. Quizás más soy un librepensador.

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AUTOFICHA:

- “Mi nombre completo es Baltazar Caravedo Molinari. Nací en Lima, tengo 74 años. Primero estudié Medicina, lo dejé y seguí Economía y luego Sociología. También seguí un diploma en la Pacífico en Dirección Estratégica de Empresas. Todo el tiempo veo y leo cosas nuevas”.

- “He publicado alrededor de 30 libros. Por lo menos en mi caso, yo pienso escribiendo. Este año publiqué un libro que se llama La necesaria transformación de la lógica de la sociedad, un libro electrónico. Siempre uno está produciendo y no se plantea límites”.

- “Actualmente, soy miembro del directorio de Sistema B Perú, el ente que impulsa empresas B. Fui cofundador de Sistema B Perú. Y soy profesor en la Universidad Católica. Fui director del Centro de Liderazgo de la Pacífico. También asesoro empresas en diferentes temas éticos o de responsabilidad social”.

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