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Alrededor 10,500 atletas han llegado a Brasil desde todas partes del mundo para participar de un evento deportivo de categoría mundial: las Olimpiadas de Río 2016, que se llevarán a cabo en un lapso de tiempo de 17 días.
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Y como se trata de personas en óptima condición física que requieren todo tipo de comodidades, el Comité Internacional de las Olimpiadas ha decidido repartirles 450,000 'camisinhas' —que es como lo dicen a los condones allá— y 175,000 paquetes de lubricante en total.
Un cálculo rápido revela que esto significa que a cada atleta se le están entregando cuarenta y dos condones y dieciséis paquetes de lubricante para su deleite personal. (Y no vamos a hacer el cálculo de cuánta actividad sexual tendrían que tener en 17 días para usarlos todos).
El número de condones es noticia, como resalta esta nota de The Guardian, porque es tres veces mayor que los 150,000 preservativos que se repartieron en los juegos olímpicos de Londres (2012), considerados por los tabloides ingleses como "los juegos más lascivos de todos los tiempos".
Pero la pregunta es: ¿de verdad los atletas tienen sexo todo el tiempo en la villa olímpica? Precisamente, en Londres 2012, la estrella del equipo de fútbol femenino de Estados Unidos —Hope Solo— dijo esto a ESPN:
"He visto personas teniendo sexo al aire libre. El grass, entre los edificios, la gente lo está haciendo".
El portal le dedicó todo un artículo a las historias y aventuras sexuales de los atletas, personas de carne y hueso en espectacular condición física que viajan al otro lado del mundo a una villa olímpica donde conviven poco más de dos semanas con otros atletas, también jóvenes, que quizás no vuelvan a ver.
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Cuando lo ves en perspectiva, no llama la atención que la prolífica actividad sexual sea una realidad. Según esta nota de Time es recién en Seúl 1988 que empezaron a repartirse condones (y encontraron tantos en los techos de las residencias olímpicas que prohibieron el sexo en exteriores).
La nota cita previamente también precisa la cantidad de historias sexuales que han habido en las olimpiadas desde ese entonces (incluidas las de invierno), no importa que tanto lo quieran negar algunos atletas.
