No es ‘Mala Mala’. Más allá de la ‘chapa’ televisiva, la gente la quiere. (USI)
No es ‘Mala Mala’. Más allá de la ‘chapa’ televisiva, la gente la quiere. (USI)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Desde niño me dijeron que las lisuras son las palabras prohibidas. Que cuando salen de tu boca, pasas al banquillo de los acusados. Que un 'carajo' muestra tu malcriadez. cambió la idea con la que crecí. Sus palabras duras no bajonean, son el combustible que el peruano siempre parece necesitar. Natalia, la de las dos medallas olímpicas, la que nos acaba de llevar a dos mundiales de vóley, la de las lisuras que empujan un corazón.

La exjugadora de 1.70 metros, 48 años, contextura delgada, cabello recogido y frente que se arruga por ser 'madre' de más de 12 chiquillas que la miran atentamente cuando habla. Pero Natalia no es solo un diccionario de malas palabras.

"Todo el partido doy instrucciones: La levantadora está adelantada, la '6' va a pegar por zaguero", dijo hace un tiempo para aclarar que lo suyo es más que motivar. La lo ratificó en el partido más emocionante que recordemos desde que ella y sus 'camaradas' nos hacían vibrar con sus triunfos.

La DT apuntó adónde tenían que ir los mates de Ángela Leyva o cómo formar un bloqueo ante las temibles brasileñas. Ello, sumado a una frase inflamante: "Paramos la bola, golpeamos y les ganamos a estas mierdas". Perú fue, entonces, la personificación de la jugadora que era Natalia. Las chicas tuvieron coraje, fueron conchudas, no tuvieron miedo.

QUÉ BÁRBARASin el buzo, Natalia practica atletismo, se interna en el mar con una tabla o monta uno de los caballos que tiene para deleitar en equitación. Le dice a su hija Naty que se haga respetar con el enamorado y recorre la sala de su casa admirando las cabezas de animales que su padre supo cazar. Gusta de salir a escuchar música y beber un trago, pero ni loca le diría 'bomboncito' a una pareja, aunque hoy está sola.

Frontal, la Málaga no se corta cuando le preguntan sobre la selección de fútbol. Ella ve un problema de actitud: "No hay que cuidar mucho las piernas sino la imagen de uno", aseguró hace poco, como si matara.

Es Natalia, la que lloró como niña cuando se vio en la tele bailando Envidia, la canción que su equipo hizo emblema en el Miguel Grau del Callao. Con tus medallas y con tus lisuras, nunca te quisimos tanto, Natalia.

TENGA EN CUENTA

- Natalia es la primera y única peruana en ganar dos medallas olímpicas: plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 88 como deportista y bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010 como DT.

- Ningún entrenador peruano ha clasificado a dos mundiales, ya sea en vóley o en fútbol.

- Como jugadora logró plata en el Mundial Juvenil de 1981. En mayores ganó plata en el Mundial 82 y bronce en el Mundial 86.