Redacción PERÚ21

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La buena salsa, pero sobre todo el buen toque de balón, estuvieron presentes ayer en las más de diez horas que duró la edición número 69 del Mundialito de El Porvenir. Si bien no faltaron los enfrentamientos entre apasionadas barras, la gente armó una verdadera fiesta en el jirón Parinacochas.

Desde las 5:30 a.m., los aficionados se iban colocando en las tribunas que –en minutos– quedaron abarrotadas. Pese al incesante sol, niños, adultos y ancianos disfrutaron del buen fútbol de los peloteros de barrio.

Algunos tuvieron un panorama privilegiado desde improvisados palcos, que no eran otra cosa que los techos y ventanas de los tradicionales edificios de El Porvenir.

Por cada palco (un pequeño departamento) pagaron hasta S/1,000. En los partidos resaltó la vehemencia de los jugadores, mientras que hubo una variedad de platillos encabezados por el popular combinado ‘siete colores’ que se vendió a S/7. El equipo Cebada y Humo se coronó bicampeón.