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Lucas Garrido Lecca: “El surf ha dejado de ser un deporte bohemio” [ENTREVISTA]

Con solo 24 años, el joven tablista se ha hecho de un nombre en el surf peruano. El campeón nacional de longboard de 2021 nos habla de sus inicios y sus miedos, pero también de los mitos y estereotipos alrededor del deporte que ama.

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Hay momentos y decisiones claves en la vida. Para Lucas Garrido Lecca, fue cuando se percató de que debía enfocarse únicamente en el surf si quería ser el mejor. Desde pequeño, es un amante de la gran mayoría de deportes, pero la tabla era la disciplina que estaba predestinada para él. Su esfuerzo, constancia y talento lo han convertido en una de las figuras más resaltantes del surf peruano.
El campeón nacional de longboard de 2021, que superó a los rankeados Piccolo Clemente y William Saldaña, está decidido a seguir trabajando para ser el mejor del mundo. Pero su mirada también va más allá. A través de su proyecto Surf Place Perú, Lucas busca promover el desarrollo integral de la tabla en el país. El joven tablista nos habla de sus inicios y sus miedos, pero también de los mitos y estereotipos del surf.
¿Cuál fue tu primer contacto con la tabla?
Desde que era pequeño mi familia siempre pasaba los veranos en Punta Hermosa. Tenía solo cinco años y veía que a mis hermanos mayores los llevaban a las clases de surf. Por mi edad, no tenía permiso, pero me escapaba para ir a verlos. Era tanta mi insistencia que a mis papás no les quedó otra que también meterme a las clases. A los 13 años, mi papá me dijo que si de verdad quería ser bueno, tenía que enfocarme en un solo deporte. Como la tabla siempre había estado ahí, tomé la decisión de dedicarme a ella a nivel competitivo.
¿Es más importante el talento trabajado que el talento natural?
La disciplina es un talento natural también. No es algo que todos puedan hacer. Hay personas que se les hace más fácil ser disciplinadas. Creo que para llegar a la élite (del surf) basta la disciplina, pero si quieres ser el mejor del mundo necesitas de ambas: la disciplina y el talento.
¿Qué tan importante fue el apoyo de tu familia?
Mi familia es un caso loco. Tanto mi mamá como mi papá vienen de una crianza un poco cuadriculada. Mi papá es ingeniero y mi mamá es arquitecta. Su primer hijo es comediante, el del medio es medio cineasta y yo soy deportista. Siempre nos exigieron mucho por el lado académico y profesional, pero también nos impulsaron a seguir nuestros sueños.
Cuéntame sobre tu proyecto Surf Place Perú.
Todo empezó con mi primo Vasco. Él comenzó a desarrollar la idea en la universidad y yo lo apoyaba consiguiéndole los contactos para que crezca el proyecto. Luego me invitó a ser parte del proyecto. Él tenía la visión, pero necesitaba alguien que tuviera más conocimiento técnico del deporte y que sea la cara que le dé credibilidad al negocio. Es un emprendimiento que junta todo lo que necesita un tablista: reporte del mar con cámaras en vivo, contenido y noticias del deporte, venta de productos especializados. Nuestro propósito es impulsar el surf peruano y hacer crecer la industria, pero también que sirva como herramienta de cambio social.
¿Es rentable dedicarse al surf profesional en el Perú?
Es súper complicado dedicarse al 100% al deporte cuando no hay un sustento económico detrás. Mi miedo no es solo el hecho de saber que mi carrera deportiva se puede acabar a los 35 o 40 años, hoy mismo tampoco es rentable. Hay ciertos casos de éxito en el deporte, pero una flor no hace la primavera. Es más, en mi categoría, que es longboard, es incluso un poco más complicado. En sí, el surf es un deporte muy ingrato. Casi todos mis amigos cercanos están haciendo una línea de carrera en una empresa. En mi caso, soy tablista profesional y emprendedor, el futuro es más incierto.
El mar da siempre una sensación de paz y tranquilidad. Durante años, ha existido un concepto, probablemente erróneo, de que los tablistas son gente relajada.
Hay que diferenciar relajados y ‘pastrulos’ (risas). De hecho, la mayoría de gente que corre tabla tiene un estilo de vida diferente. Eso no significa que no puedas ser alguien responsable o centrado. El deporte ha ido evolucionando y también la industria. Conforme se ha ido elevando el nivel competitivo, el surf ha ido dejando de lado la idea de que es un deporte bohemio. Para destacar, antes bastaba solo el talento y ahora necesitas también disciplina.
¿Cómo se puede identificar a un tablista?
Es fácil detectar a un tablista. Habla un poco más lento y vive con un ritmo más relajado. Tienen el pelo y la piel quemada por el sol. Mi mamá, por ejemplo, se molesta porque me muevo más lento. Me pide un tenedor y me demoro más que mis hermanos (risas). Si vas a la playa, puedes escuchar las jergas y las forma de hablar. Un día estaba sentado en la mesa y le dije a mi hermano: “Pucha, brother. Lo que pasa es que…”. Mi mamá me gritó y me explicó que mi hermano no era mi ‘brother’. Eso me sirvió muchísimo, porque me di cuenta de que hay que saber diferenciar en dónde estás.
Otro de los mitos es que el surf es un deporte que, por sus características, no lo puede practicar todo el mundo.
El surf no es un deporte elitista, sobre todo porque no necesitas de mucho. En invierno, por el frío que hace acá, sí se necesita de un traje. Pero cada vez hay más proyectos de escuelas municipales que ayudan a los principiantes a tener los equipos prácticamente gratis. Obviamente, si ya quieres meterte de manera profesional, como en la gran mayoría de deportes, si se necesita un gasto. Como anécdota, yo viajé para un campeonato a Papúa Nueva Guinea, donde solo viven tribus que viven de la caza y la agricultura, y corren tabla. Literalmente cortaban madera de un árbol, le daban forma de tabla y se metían al mar. Hace tiempo ya cambió esa historia de que el surf es solo para gente rica.
¿Es normal tener miedo al mar?
Respeto siempre hay. La mayoría de tablista o por lo menos los más inteligentes, le tienen respeto al mar. El mar me ha dado las alegrías más grandes de mi vida. Hay algo curioso: a mí me encanta el miedo que me transmite el mar, pero odio el miedo que me generan las películas de terror o las cucarachas. Es un miedo completamente distinto y es lo que te hace sentir vivo.
AUTOFICHA:
“Me llamo Lucas Garrido Lecca y tengo 24 años. Soy tablista profesional y emprendedor. Con mi primo Vasco somos los fundadores del proyecto Surf Place Perú. Me considero un soñador y apasionado por el deporte en general. Cuando estaba a poco de terminar la secundaria, le dije a mi mamá que quería dedicarme a la tabla y que quería ser campeón mundial”.
“Me encanta bailar, disfruto de la noche cuando no estoy en competencia. Puedo salir de fiesta, sin necesidad tomar. Me emborracho psicológicamente, es una mis habilidades (risas). Creo que eso es algo muy bueno para un deportista. Estudié Administración y Negocios del Deporte en la UPC”.
“Me gusta cantar, no soy nada rochoso. De pequeño, mi sueño era ser rockstar, pero resulta que no canto muy bien (risas). Igual me gusta cantar en karaokes e ir a conciertos”.