El presidente del Trabzonspor de la primera división de Turquía, Ibrahim Haciosmanoglu, ordenó retener a un árbitro en el estadio porque el colegiado no pitó un penal a favor de su equipo, que finalmente igualó 2-2 ante el Gaziantepspor.
El directivo tuvo que recibir una llamada del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para liberar al juez.
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El árbitro, Çagatay Sahan, y sus ayudantes quedaron encerrados 4 horas en el estadio Hüseyin Avni Aker de Trebisonda tras el partido porque —desde Estambul— Haciosmanoglu llamó por teléfono al estadio para exigir que no se le dejase salir hasta que él llegase al lugar, prometiendo que iba a tomar un avión privado.
Los responsables del estadio atrancaron la puerta con vehículos, lo que impidió a los árbitros abandonar el recinto.
Luego, Haciosmanoglu llamó a la emisora A Spor para quejarse en directo sobre la actuación del árbitro y tuvo expresiones como: "Si hay que morir, moriremos como hombres, pero nunca viviremos como mujeres".
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Cuatro 4 más tarde, una llamada telefónica del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, consiguió calmar al empresario, que finalmente dio orden de permitir la salida del colegiado que interpondría graves denuncias contra el directivo.