Ni bien Paolo Guerrero se enteró del primer mensaje de extorsión a su madre, se comunicó con su amigo, el que lo recomendó en Trujillo, Christian Cueva, para pedirle ayuda.
Según reveló el propio delantero a los medios, el chocolatero tenía los contactos para comunicarse con los vándalos y hacerlos entrar en razón. Por ello, mandó un emisario a hablar con el hampón.
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“Llamé a ‘Cuevita’ porque él es de allá y yo quería saber más del tema. Me dijo: ‘Quédate tranquilo, que yo te voy a chalequear’, y luego me pasó con unos amigos de él”, reveló el ‘9′.
Ante las terribles amenazas que recibió su madre, Paolo Guerrero recurrió a su amigo, Christian Cueva, quien lo presentó a los dirigentes de la César Vallejo y, en parte, lo convenció de aventurarse a disfrutar sus últimos años de futbolista.
‘Aladino’ respondió, entre risas, y tranquilizó a su amigo diciéndole que él manejaba Trujillo, pero nada más lejos de la realidad, las amenazas no paraban de llegar: “Si van a mandar a alguien, que sea con un monto en la mesa”.
“Trujillo es nuestra tierra y acá el muchacho o puede estar en el infierno o en el cielo, así que mejor piensen en las consecuencias. Será peor para ustedes. Si no veo interés, un secuestro más a mi lista para pedir con ganas 7 cifras”.
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