Mauricio Larriera comenzó como asistente de Gerardo Pelusso en el Alianza Lima campeón de 2006 y terminó como técnico de Pablo Bengoechea en el último título de Peñarol.
El estratega charrúa de 52 años está muy ligado al pasado y presente reciente victoriano, pero con un pequeño gran detalle: cuando dirige a sus equipos, el charrúa no es tan “uruguayo”, no por nada se ganó el apodo de ‘Pep’ en sus casi 10 años entrenando.
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El perfil de Mauricio encaja como anillo al dedo en Alianza Lima, ya que no solo conoce el Perú y Matute, sino que también perteneció al club, sabe lo que es campeonar y está actualizado y completamente conectado a los últimos campeonatos ‘blanquiazules’ gracias a sus dos referentes, los ahora exentrenadores Pelusso y Bengoechea. Sin duda, la sangre de campeón corre por sus venas.
Y no solo eso. ‘Pep’, como le llaman por su estilo de juego, le dio una de las mejores campañas de su historia al Racing de Avellaneda, donde —a pesar de no salir campeón (fue segundo)— hizo tal campañón que se terminó consagrando como el mejor técnico de la Liga de Argentina durante la temporada 2014-2015.
Similar sensación a la que dejó en el Peñarol, donde llegó como una joven apuesta de Pablo Bengoechea, director deportivo ‘carbonero’, y acabó dándole uno de los títulos más vistosos de su historia.
El charrúa que no juega como los uruguayos tiene un estilo de toque corto y directo. Le gusta más el área rival que la propia sin perder solidez ni vistosidad. El estilo que lo llevó a La Victoria.
Sin embargo, no todo es color de rosa. En Alianza, se tiene que hacer sentir la ‘blanquiazul’ en el campo y fuera de él. Para ello, Larriera tendrá que lidiar con un grupo tocado por las infinitas e interminables lesiones, por un cuerpo médico que se va en medio de encontrones, por los rumores de peleas y egos gigantes tras bastidores y con jugadores que necesitan volver a confiar en ellos mismos y, sobre todo, anotar goles.
Los ‘íntimos’ quedaron expuestos tras las últimas entrevistas concedidas tanto por el exmédico del club, el doctor Alejandro Mesarina, como la de Chicho Salas, extécnico de Alianza.
A partir de hoy, la labor de Mauricio Larriera, además de ganar, golear y gustar, será la de devolverles a los ‘blanquiazules’ lo más preciado de su historia por encima del buen toque: la familia.
¿Podrá? Solo el tiempo lo dirá. Por lo pronto, seguramente su primer partido no será ante UTC este sábado, sino ante Cusco FC el próximo domingo.
El tiempo apremia y en La Victoria no esperan, ya que ni Carlos Bustos ni Chicho Salas pudieron hacer respetar su contrato a pesar de haber campeonado.