En el primer tiempo, el Sevilla sorprendió, y se adelantó en el marcador. Un balón extraño de Bono encontró a Jordán, por el medio y entre las líneas de volantes y defensas, este se la cedió a Ocampo, quien avanzó unos metros y la abrió para Acuña. El argentino encontró a En-Nesyri ubicado entre los centrales celestes; un centro preciso, un cabezazo contundente tras un salto excelente, y golazo.
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En la segunda mitad, el equipo de Guardiola pisó el acelerador, e hizo sentir todo su poderío. Acorralaron a los andaluces, que se enfocaron en defender, aunque intentaron no descuidar el ataque. No obstante, el asedio inglés fue demasiado; Rodri, desde el vértice del área, lanzó un centro que fue aprovechado por Palmer, quien se escabulló por detrás de la defensa para colocar un fino golpe de cabeza en el palo más lejano del arquero.
El tiempo regular culminó en 1-1, y, a falta de suplementario, la Supercopa de Europa debió definirse por penales. En general, estuvieron bien pateados, y Bono casi tapa el intento de Kyle Walker. Sin embargo, tras el empate, la suerte ya estaba echada, y Nemanja Gudelj pasó a ser uno de los desafortunados protagonistas del triunfo Citizen: el jugador sevillano estrelló su remate, el último penal de cinco, en el travesaño, decretando automáticamente el nuevo título del Manchester City.
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