Jogo bonito
Okey. Hoy, mañana o pasado se va Juan Reynoso de la selección peruana y llega otro entrenador, pero ¿este nuevo ser tendrá el material suficiente para armar un buen plantel? Veamos.
Primero, comparemos. Si bien es cierto, Ricardo Gareca volvió a ilusionar a todos con un nuevo Mundial, un repechaje y una final, también hay que resaltar que -por primera vez en muchísimos años- la bicolor tuvo 15 o 16 futbolistas jugando en el extranjero. Tal vez, ¿era por eso que todos decíamos que eran una isla comparados con los clubes de la Liga?
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Segundo, pensemos. De la generación dorada que tuvo a su cargo el ‘Tigre’ queda poco o nada. La mayoría de los mundialistas ya volvieron a nuestra humilde Liga y ni aquí destacan o, cuando se ponen la blanquirroja, no les alcanza.
Tercero, el ansiado recambio. Por obligación o populismo, Juan Reynoso promovió a varios jóvenes a la selección mayor y me aventuro a señalar que varios ya mostraron su mejor versión: Grimaldo y su proyección, Quispe y su toque de balón y Zanelatto y Reyna corriendo a todo vapor, pero ¿Cuánto produjeron para la bicolor?
Perú necesita gol, eso es obvio, pero lo que no queremos ver -por miedo o por dolor- es que esta nueva generación tiene de todo menos gol.
Veamos. En las eliminatorias se juegan 18 partidos y Grimaldo hace 1 gol cada cuatro; es decir, como máximo, el celeste anotaría 5 tantos. Peor es el caso de Zanelatto, que marca 1 cada 7; o sea, siendo optimistas, el aliancista celebraría sólo 3 conquistas.
¿Y Piero Quispe y Bryan Reyna? Peor. El promedio de Zanelatto es mucho mejor. Y de asistencias, mejor ni hablamos, que es la peor estadística de todos los mencionados. Entonces, ¿realmente Juan Reynoso destruyó a la bicolor?
Fuera de hinchajes, apasionamientos, pésimos mensajes y necedades del aún entrenador, a la selección aún le quedan algunas figuras, jóvenes y sudor. Todo menos gol.
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