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Yvonne Frayssinet: "No soy bonita, siempre me consideré distinta"
La primera actriz Yvonne Frayssinet será la Shusupe en 'Pantaleón y las Visitadoras - El Musical'. Perú21 conversó con ella sobre los 44 años que lleva en escena.
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Tenía 20 años, trabajaba en un banco y su amiga le dijo: “Te veo mustia”. Así, mustia, iba caminando por la calle y se encontró con un letrero que decía Club de Teatro de Lima. Entró a “curiosear”. Y ese mismo día la hicieron subir al escenario, pero confiesa que hizo un papelón. Tímida, se escondía al fondo, se reía de nervios, pensó que no servía para eso. Pero insistió porque, al mismo tiempo, se había enamorado del teatro. La actuación fue una forma de rebelarse frente a su entorno y contra ella misma.
La primera obra que hizo fue en el año 75 y tres años más tarde cobró su primer sueldo. Ha actuado frente a 12 personas en la época del terrorismo, recibió amenazas, en plena obra sonaban las bombas y del techo caían residuos de yeso, como si nevara. Ante los apagones, hizo funciones con velas alrededor del escenario. Actuó en zonas alejadas donde no había teatro ni teatros.
Ahora, Yvonne Frayssinet se alista para ser la Shushupe en Pantaleón y las visitadoras - El musical, de Los Productores, basada en la novela del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, una versión del dramaturgo español David Serrano y dirigida por Juan Carlos Fisher. Y que va desde el 24 de mayo en el Teatro Peruano Japonés.
Pero no se sintió actriz hasta 2006, cuando hizo de María Callas en la obra Clase Maestra. El teatro estaba desbordando. “Pude conmover a una platea, me conmoví yo. Sentí una fuerza que nunca había sentido”, recuerda emocionada sobre una actuación que la transformó. “Ahí sentí que era actriz”, subraya y empuña sus manos, alza la voz –como pocas veces– y dice “carajo” con orgullo.
De alumna de un colegio de monjas en la vida real a la Shushupe que maneja un grupo de prostitutas en el teatro.
(Risas). En una película ya hice de prostituta. Pero era una comedia para los chicos. Y ya me olvidé de las monjas, de mi buena educación, porque cuando uno es grande es más libre, el mundo tiene más ventanas y puertas. Hoy soy una persona libre y si soy actriz, me siento mucho más libre.
(Risas). En una película ya hice de prostituta. Pero era una comedia para los chicos. Y ya me olvidé de las monjas, de mi buena educación, porque cuando uno es grande es más libre, el mundo tiene más ventanas y puertas. Hoy soy una persona libre y si soy actriz, me siento mucho más libre.
Pero noto que conservas un comportamiento medido, cauteloso. ¿Se lo debes a tu formación entre monjas?
Eso viene de mi mamá y las monjas. Siempre hay algo que uno saca, como la voz pausada, comer como una reina (se ríe con discreción). Lo llevas en tu esencia.
Eso viene de mi mamá y las monjas. Siempre hay algo que uno saca, como la voz pausada, comer como una reina (se ríe con discreción). Lo llevas en tu esencia.
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¿Llegó un momento en que te rebelaste contra algo?
Me comencé a rebelar, porque sales del colegio y ves el mundo que no te imaginabas. Tenía 17 años.
Me comencé a rebelar, porque sales del colegio y ves el mundo que no te imaginabas. Tenía 17 años.
¿Qué hallaste en el mundo?
Me enamoraban mucho, tanto que era como un acoso. Me decían: “Para qué estudias si eres bonita. Deberías casarte nomás”. Entonces, ahí sí me rebelaba.
Me enamoraban mucho, tanto que era como un acoso. Me decían: “Para qué estudias si eres bonita. Deberías casarte nomás”. Entonces, ahí sí me rebelaba.
Te encasillaban en el estereotipo de la bonita que solo tiene que ser bonita.
¡Claro! Pero ni bonita era. Ni siquiera me arreglaba mucho. Ni era coqueta. Después me volví coqueta (risas). Pero es cierto que muchas mujeres creen que su aporte a la sociedad es ser bonita.
¡Claro! Pero ni bonita era. Ni siquiera me arreglaba mucho. Ni era coqueta. Después me volví coqueta (risas). Pero es cierto que muchas mujeres creen que su aporte a la sociedad es ser bonita.
¿Ser bonita te abrió puertas?
No soy bonita, pero no soy común. Soy diferente. Siempre me consideré distinta, no me parezco a nadie. Me gusta que me digan que tengo una mirada, sonrisa y voz interesantes. Y si me dicen que soy inteligente, es la gloria.
No soy bonita, pero no soy común. Soy diferente. Siempre me consideré distinta, no me parezco a nadie. Me gusta que me digan que tengo una mirada, sonrisa y voz interesantes. Y si me dicen que soy inteligente, es la gloria.
En todo caso, redefinamos la palabra bonita. ¿Qué debería significar?
Depende de cómo nos expresamos. Hay personas que por más bonitas que sean, te caen feas por su actitud. Ser bonita es ser una persona agradable, que la ves con cariño, con bonitos sentimientos.
Depende de cómo nos expresamos. Hay personas que por más bonitas que sean, te caen feas por su actitud. Ser bonita es ser una persona agradable, que la ves con cariño, con bonitos sentimientos.
¿Y qué es la fealdad?
La gente mala. Se nota en la mirada. Llevan una sonrisa falsa, de desprecio, tienen actitudes despectivas, con gestos que no son nobles ni generosos, ni afectuosos. Por más que disimulen, no todos son actores en este mundo.
La gente mala. Se nota en la mirada. Llevan una sonrisa falsa, de desprecio, tienen actitudes despectivas, con gestos que no son nobles ni generosos, ni afectuosos. Por más que disimulen, no todos son actores en este mundo.
¿Hoy contra qué te rebelas?
La deshonestidad, la corrupción, el maltrato a la mujer, la falta de justicia, hay vacíos legales, contra el maltrato animal.
La deshonestidad, la corrupción, el maltrato a la mujer, la falta de justicia, hay vacíos legales, contra el maltrato animal.
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Se viene Pantaleón y las visitadoras - El musical. ¿Cómo ha sido tu relación con Mario Vargas Llosa, el escritor?
La primera vez que leí el libro fue un placer. Habrá sido hace unos 20 años. En esa época estaba leyendo a Vargas Llosa: La casa verde, La ciudad y los perros. ConPantaleón y las visitadoras encontré de todo, desde lo ingenuo de estas mujeres, el encanto de la selva y la nobleza de Pantaleón por cumplir su trabajo a cabalidad.
La primera vez que leí el libro fue un placer. Habrá sido hace unos 20 años. En esa época estaba leyendo a Vargas Llosa: La casa verde, La ciudad y los perros. ConPantaleón y las visitadoras encontré de todo, desde lo ingenuo de estas mujeres, el encanto de la selva y la nobleza de Pantaleón por cumplir su trabajo a cabalidad.
Mujeres a las que se juzga.
Hay que comprender y tolerar. ¿Quién soy yo para juzgar a una mujer que por necesidad, o porque le dio la gana, se dedica a ello? No juzgo a la gente.
Hay que comprender y tolerar. ¿Quién soy yo para juzgar a una mujer que por necesidad, o porque le dio la gana, se dedica a ello? No juzgo a la gente.
¿Y a los hombres que pagan para tener sexo?
Tampoco. Quizá no tienen otra forma de disfrute. Se sienten acompañados. Pero no aplaudo.
Tampoco. Quizá no tienen otra forma de disfrute. Se sienten acompañados. Pero no aplaudo.
¿Para el musical tuviste que volver a leer el libro?
No, no quiero ver tampoco la película. No he querido ninguna influencia sino hacer mi Shushupe.
No, no quiero ver tampoco la película. No he querido ninguna influencia sino hacer mi Shushupe.
¿Vargas Llosa ha supervisado de alguna forma la obra?
Está muy entusiasmado con la idea. Vendrá a verla. Es un orgullo trabajar en una obra de nuestro premio nobel.
Está muy entusiasmado con la idea. Vendrá a verla. Es un orgullo trabajar en una obra de nuestro premio nobel.
Ya tienes 44 años en escena y dicen que lo más difícil no es lograr el éxito sino mantenerse vigente. ¿Cómo lo hiciste?
Nunca he dejado de trabajar. Soy disciplinada, digna de confianza, chancona.
Nunca he dejado de trabajar. Soy disciplinada, digna de confianza, chancona.
¿Qué dirías que hiciste mal?
Ser humilde me ha fregado. Habría ganado más plata, no habría dejado que me quiten papeles.
Ser humilde me ha fregado. Habría ganado más plata, no habría dejado que me quiten papeles.
Pero también la humildad nos da algo...
Sí. En la balanza pesa más ser humilde, porque gratifica el alma.
Sí. En la balanza pesa más ser humilde, porque gratifica el alma.
Y finalmente te vuelves una persona respetable.
Sí, porque nadie encuentra nada feo en ti, ni algo bajo.
Sí, porque nadie encuentra nada feo en ti, ni algo bajo.
¿Qué hiciste bien?
He hecho reír a mucha gente. He llevado teatro adonde no iba nadie. La cultura no tiene apoyo acá.
He hecho reír a mucha gente. He llevado teatro adonde no iba nadie. La cultura no tiene apoyo acá.
Estuviste cerca de la política.
Sí, pero hice un papelón. Soy muy ingenua. Iba a ser regidora de cultura de Kouri.
Sí, pero hice un papelón. Soy muy ingenua. Iba a ser regidora de cultura de Kouri.
Y ya sabemos su destino.
Una pena. Me parece que la política es una trampa. Es un mundo que tiene que ser lavado con lejía.
Una pena. Me parece que la política es una trampa. Es un mundo que tiene que ser lavado con lejía.
Después de hacer a la Shushupe, ¿qué te falta?
La Shushupe va a cantar en vivo (risas). Será así nomás, a pelo.
La Shushupe va a cantar en vivo (risas). Será así nomás, a pelo.
¿Cómo vas a hacer?
¡No sé! Será mi debut como cantante (risas).
¡No sé! Será mi debut como cantante (risas).
AUTOFICHA:
“Soy Hilda Yvonne Melanie Frayssinet Gaviria. Siempre me han dicho Yvonne. Me enteré que era Hilda cuando salí del colegio (risas). Nací en Lima. ¿La edad? Adivinen. Ya, tengo 69 años. Estoy ‘parada’ (risas). Pero no me doy cuenta de mi edad, me meto en las conversaciones de los chibolos”.
“Debo haber hecho más de cien temporadas de teatro. En novelas, perdí la cuenta, pero recuerdo con cariño Travesuras del corazón. Seguro hice unas 15 películas; donde mejor me sentí fue en Tinta roja. Quisiera hacer un unipersonal sobre una mujer que está en el manicomio”.
“No se pierdan Pantaleón y las visitadoras - El musical porque será una puesta maravillosa. Es una conjunción de buena producción, buena obra, buenos actores, debutantes, cuerpo de baile extraordinario, buen director. También estoy dando talleres de teatro en el Barranco Tennis Club, es para todos”.
“Soy Hilda Yvonne Melanie Frayssinet Gaviria. Siempre me han dicho Yvonne. Me enteré que era Hilda cuando salí del colegio (risas). Nací en Lima. ¿La edad? Adivinen. Ya, tengo 69 años. Estoy ‘parada’ (risas). Pero no me doy cuenta de mi edad, me meto en las conversaciones de los chibolos”.
“Debo haber hecho más de cien temporadas de teatro. En novelas, perdí la cuenta, pero recuerdo con cariño Travesuras del corazón. Seguro hice unas 15 películas; donde mejor me sentí fue en Tinta roja. Quisiera hacer un unipersonal sobre una mujer que está en el manicomio”.
“No se pierdan Pantaleón y las visitadoras - El musical porque será una puesta maravillosa. Es una conjunción de buena producción, buena obra, buenos actores, debutantes, cuerpo de baile extraordinario, buen director. También estoy dando talleres de teatro en el Barranco Tennis Club, es para todos”.
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