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Teresina Muñoz- Nájar: “La violencia sexual es un abuso del poder"
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El excongresista Alberto de Belaunde la convocó para formar parte de la Comisión Investigadora de Abusos Sexuales contra Menores de edad en Organizaciones. Ella venía de participar en una mesa de diálogo sobre el caso del Sodalicio con Pedro Salinas y Paola Ugaz en la Feria Internacional del Libro de Lima del año pasado. Ellos le sugirieron su nombre a De Belaunde. Teresina Muñoz-Nájar no esperaba enfrentarse a una realidad tan dolorosa, preocupante e ignorada. Para explorarla se reunió con psicólogos y abogados. Juntos investigaron casos emblemáticos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes en espacios, supuestamente, seguros.
De esa experiencia nació el libro ¿A quién le importa? (Aguilar, 2019), que se presenta mañana, a las 8 p.m., en la Feria del Libro Ricardo Palma, en el Parque Kennedy (Miraflores).
¿Cuál era el propósito de la comisión congresal?
El objetivo era ver temas de prevención, atención, sanción y reparación en los casos de violencia sexual contra menores de edad en organizaciones públicas y privadas. Para poder hacerlo tuvimos que revisar tres casos emblemáticos: el del Sodalicio, lo ocurrido en el colegio Héctor de Cárdenas y el caso de las niñas awajún y wampis en la provincia de Condorcanqui (Amazonas). Tuvimos que analizar cómo se estaba actuando desde todas las organizaciones dedicadas al tutelaje de niños, niñas y adolescentes: cuáles son sus fallas y cómo plantean la prevención. Pero es un tema complicado.
Tal vez debido a lo doloroso que resulta.
Muchas veces preferimos tapar estos casos de violencia contra menores. Voltear la página del periódico, no hacer clic en la noticia o cambiar de canal. Es aún más grave de lo que nos imaginamos y eso que solo lo trabajamos en la esfera de las organizaciones. Los casos de violencia intrafamiliar son aún más difíciles.
¿Por eso el título del libro? Es, quizás, una forma de cuestionarnos.
Claro, nosotros (como comisión) también nos interpelamos. Es un ¿a quién le importa? porque sin irnos muy lejos podemos hablar de Hinostroza y cómo habló del tiempo en prisión de un violador como un negocio más. Como si el cuerpo de un niño no importara. Y, como se escuchó en los audios filtrados, mucha gente cree que si no hay penetración, no hay delito; pero no es así.
Entonces, cuando hablamos de violencia sexual, hablamos de una serie de delitos.
Exacto, ahí encontramos los tocamientos y la seducción, por ejemplo. Y hay que decirles su nombre: son delitos, no hay que plantearlos únicamente como actos.
Precisamente, uno de los casos que explora en ¿A quién le importa? es lo ocurrido en el colegio Héctor de Cárdenas, donde el director y profesor Juan Borea fue acusado por cometer tocamientos contra estudiantes.
Es uno de los casos que mencionamos como emblemáticos. Porque quedó impune y quienes denunciaron fueron doblemente maltratados. Primero, por una figura casi paterna como lo fue Borea y, luego, por una serie de personas que desacreditaban sus denuncias porque cuestionaban que se compartieran los testimonios por Facebook.
En el libro, al hablar de los delitos cometidos, lo hace de manera directa.
Porque yo hago periodismo. Desde toda mi vida. Y se tiene que presentar una historia completa, por más difícil que sea. Lo que pasa es que, actualmente, se está debatiendo cómo se deberían informar estos temas desde los medios de comunicación. No son cifras o estadísticas, son personas como tú y yo.
También señala que ya no hay espacios completamente seguros para los niños. ¿Esto significa que ya no hay adónde llevarlos?
No, porque tienen el derecho a la recreación, tienen que socializar. Se trata de la prevención, de que los espacios tengan protocolos establecidos. En los colegios ya no puede haber un profesor solo con un niño en un aula. En el caso de los clubes deportivos, hay que ver mejor a quién se contrata. Así como analizamos el pasado e historial de los candidatos a este nuevo gobierno, debemos hacerlo con quienes trabajan con niños y adolescentes. En estos espacios se plantean relaciones de poder y la violencia sexual es un abuso de este.
¿Cómo va el Perú en la lucha contra la violencia sexual contra menores?
Vamos pésimo, yo creo. Sí, hay preocupación por el tema, pero la violencia es tan grande que nos quedamos cortos. Mira, en las cárceles el segundo o tercer grupo más grande de presos es por violencia sexual contra menores de edad. Es enorme, escandaloso e inmoral.
Si bien hay un gran porcentaje de casos denunciados, ¿a qué cree que se deban todos los casos que no llegan a la justicia?
Hay varios factores. La vergüenza y la falta de confianza en el sistema de justicia. Pero también la posición económica. En las comunidades o zonas rurales es todo un gasto el movilizarse a la ciudad para presentar la denuncia.
Ahí entra a tallar el centralismo que hay en el país.
Así es. Cuando la comisión fue a la provincia de Condorcanqui, nos dimos con la sorpresa de que solo había una defensoría para los agresores. Es decir, las víctimas no tenían quién las defienda. Mandamos una carta y a los dos meses ya habían enviado a alguien. Es necesaria la voluntad política y creo que, como dije en el libro, lo ideal hubiera sido tener más interés por parte de los congresistas.
¿Qué lecciones le ha dejado su paso por la comisión y el realizar este libro?
Rescato el trabajo en equipo. Para lograr nuestro cometido hemos necesitado de la empatía y hemos trabajado durante un año con un nudo en la garganta. Pero aún queda mucho por hacer.
AUTOFICHA:
- “Mi nombre es Teresina Muñoz-Nájar y tengo 64 años. Yo entré al periodismo tarde. Tenía 30 y pico y comencé a trabajar en la revista Caretas. Esa fue mi escuela. Luego estuve en Caras, una revista de Televisa de estilo de vida y ahora soy freelancer”.
- “En 2017 publiqué Morir de amor, que contiene cuatro casos de feminicidio en el Perú. Alterno las historias con información relevante sobre la violencia contra la mujer y entrevistas a profesionales que ayudan a entender el contexto que rodea esos crímenes”.
- “Me encanta el periodismo que me permite salir a la calle, investigar y viajar. En un futuro cercano quiero investigar el tema de explotación sexual y laboral de menores. Creo que lo hemos relegado al olvido eterno y ahora, con el fenómeno de la migración, sería importante explorarlo”.
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