PUBLICIDAD
Sergio Galarza presenta ‘Una canción de Bob Dylan en el diario de mi madre’
El libro ha sido revisado por autores como Julio Villanueva Chang, escritor que también ha dedicado textos a su madre.
Imagen
Fecha Actualización
No hay nada que alguien pueda hacer para perder el amor de su madre. El amor de madre es un amor seguro. Un amor garantizado, y por esa razón, a veces, lo descuidamos, porque sabemos que al final siempre estará ahí. Lo que no nos exime de sentir culpa por ese descuido.
A sus 34 años, el escritor Sergio Galarza se puso una de las agendas de su madre frente a la cara y se echó a leer. En medio de una vida extremadamente desordenada, en la que se estaba comiendo hasta ahorros de años anteriores, Galarza, con esa agenda en mano, recuerda la forma en que ella anotaba cada gasto, cada suceso y cada detalle de su vida. El escritor descubre un nuevo mundo, el mundo de su madre. Un espacio que algunos hijos no nos arriesgamos a indagar. Galarza, hombre flaco y de huesos largos, tiene una costra en la rodilla derecha desprendiéndose de su piel. Solo con empezar a leer su último libro, Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre, podemos casi adivinar que es la herida de un partido de fútbol de fin de semana. Es un aficionado a jugarlo, mas no a verlo por televisión. De hecho, me cuenta que su libro, en principio, sería uno de fútbol, pero el cáncer de su madre lo encuentra escribiendo y decide hacer de esos textos un libro sobre ella.
Escribe buscando respuestas y tratando de comprender el porqué de muchos de los pasajes de su vida junto a su madre y, sobre todo, lejos de ella. Galarza fue corrigiendo y reescribiendo hasta después de su paternidad, donde el libro encuentra madurez. "Había una distancia de hijo a madre que hasta que no fuera padre no iba a comprender", dice el escritor.
Galarza comprende que él es parte de su madre, que no hay diferencias marcadas en la esencia de ambos. Años atrás cambiaba de canal cada vez que su mamá tarareaba una canción de Los Beatles, Dylan o los Stones que sonaba en la tele. A él le molestaba eso. Su madre le pedía que la deje, pero el escritor sentía que ella y él eran de estilos distintos y cambiaba. "Cuando encuentro la canción de Dylan en la agenda, me doy cuenta de que me jactaba de haber encontrado por mí mismo cosas que eran, en realidad, una herencia", dice Galarza. A él le gustan el folk y el jazz pues en casa escuchó de niño música folclórica.
Galarza se da cuenta de que el libro está dictado, a través de sus escritos, por su madre. Aquella señora que se preocupaba por ponerle un alto al descontrol organizado que el escritor tuvo años atrás. Aquella que lo esperaba de madrugada los fines de semana acostada en su cama, pero que levantaba la cabeza para decir "ya llegaste" e inmediatamente se echaba a dormir con esa tranquilidad que te dan los hijos en el cuarto de al lado. Sabe que le pasará más adelante con sus hijos y experimentará esa espera en la que no estás dormido, sino vigilante. Y no solo en la llegada a casa, sino en la espera para que los hijos te den un espacio en sus vidas.
Con este libro, Sergio Galarza encontró preguntas y respuestas de la relación con su madre y cree que es la manera en la que ella puede decir: "Por fin llegué al centro de mi hijo". Parece que las respuestas estaban ahí, flotando en el viento. Blowin' in the wind.
DATOS
- Al inicio, Galarza quería un libro de no ficción, pero la omisión de personajes que él no conocía le dio al libro carácter de ficción.
- "Creo que, si no puedo escribir otro libro que aunque sea roce a este, entonces no vale la pena escribirlo".
- El libro ha sido revisado por autores como Julio Villanueva Chang, escritor que también ha dedicado texto a su madre.
Por Christian Saurré (christian.saurre@peru21.com)
FE DE ERRATAS: En una versión previa de este texto en la web y en la versión impresa se puso que el texto había sido revisado por Beto Ortiz.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD