Ronald Woodman: “Creo que vivimos como si fuéramos eternos”

“Las actividades científicas que ha habido en el país generalmente han sido por iniciativa y con financiamiento extranjero. Rara es la actividad científica que haya sido financiada en el Perú”, subraya el especialista piurano de 85 años que se formó en Harvard y llegó a la NASA.
Ronald Woodman: “Creo que vivimos como si fuéramos eternos”. (Angela Ponce/GEC)

Hace cuatro años ya pensaba en el retiro. Hoy vive en el retiro, en lo más alto de un edificio levantado en la cima de un cerro limeño, desde donde se ve la ciudad. Alejado de las labores científicas, asegura que se mantiene ocupado, revela que nunca fue aficionado de la ciencia ficción y que la lectura de diarios es su ejercicio cotidiano, lejos del windsurf, que comenzó a practicar a los 50 años y del que se retiró a los 70, cuando organizó una regata en la que competían hasta menores de 10 años.

, de abuelos ingleses, nació en Piura hace 85 años. Científico peruano, formado en las aulas de la UNI y Harvard, que le entregó su vida al Instituto Geofísico del Perú, a la ciencia peruana.

Los fines de semana viaja a Paracas, no usa redes sociales y no le preocupa encontrar su laptop. “Estoy contento así”, me dice desde la sala de su departamento, entre silencios para recordar y pensar. “La vida es como es: uno estudia, trabaja y luego se retira”, sentencia.

Los títulos y la edad no han sido problema, como cuando llegó de Harvard y tuvo que trabajar de técnico, o empezar en el windsurf a los 50.

Me fui a Estados Unidos, donde saqué una maestría en Harvard y luego un doctorado. En varias ocasiones me sentí sobreentrenado. Tenía una maestría y buscaba trabajo, pero en el Perú nadie buscaba a alguien con una maestría en Física. Me salió un cachuelo con un pariente político que daba servicios mecánico-eléctricos. Fuimos a Ancón, a la estación de rastreo de satélites de la Nasa, y ahí me enteré que estaban contratando gente para operar la estación como técnicos. Y terminé trabajando allí.

¿Y esa era su pretensión luego de estudiar en Harvard?

Tenía un posgrado y trabajaba como técnico, fue acomodarme al mercado en el Perú. Era el comienzo de la era espacial.

¿Y estuvo bien la decisión de ser técnico pese a tener una maestría?

Sí. El trabajo no me exigía grandes conocimientos, pero era una oportunidad de hacer uso de conocimientos que yo tenía. Al año o dos años, me valió para tener una estadía en la Nasa.

¿Y por qué regresó al Perú?

(Se queda en silencio unos segundos). No sé. Solo abandoné la idea de regresar a Piura, pero nunca abandoné la idea de volver al Perú. Uno se siente cómodo de donde es. Estás en el extranjero y te sientes extranjero.

¿Y se siente valorado por el Perú?

Yo creo que sí. He sido presidente del Instituto Geofísico del Perú, que, desde el punto de vista de la ciencia, es uno de los cargos que uno podría ambicionar en el país.

¿Y la ciencia es valorada en nuestro país?

Ahora más que antes. Pero las actividades científicas que ha habido en el país generalmente han sido por iniciativa y con financiamiento extranjero. Rara es la actividad científica que haya sido financiada en el Perú.

¿Dónde está lo fascinante de la ciencia?

Es responder a los porqués en la historia de la humanidad. El conocimiento que hoy tenemos es miles de veces mayor que el conocimiento que la humanidad tenía hace 100 años.

¿Será posible que el ser humano habite otros planetas?

No tenemos forma de negar ni de asegurar que haya un planeta parecido a la Tierra o seres más inteligentes. En todo caso, el universo es tan inmenso que no tenemos por qué considerarnos como un caso especial de la naturaleza.

¿Entonces, tendría sentido pensar que hay vida en otro planeta?

No hemos encontrado vida inteligente en otros lugares, pero es porque el universo es tan inmenso, que se mide en años luz, que uno no puede negar ni asegurar porque no ve más allá, y tal vez nunca lo sabremos.

"No tenemos forma de negar ni de asegurar que haya un planeta parecido a la Tierra o seres más inteligentes". (Ángela Ponce/GEC)

¿Estamos tratando bien al planeta?

Hemos mejorado. Hace 100 años no existía una ciudad como en la que vivimos. Antes no podíamos comunicarnos con otra gente al otro lado del río.

Sin embargo, se habla del cambio climático.

Que estamos afectando el clima es una verdad, pero es algo que miden los instrumentos.

¿Las altas temperaturas son parte de la naturaleza?

El cambio climático no lo vamos a sentir con nuestros sentidos. Tenemos que leer los termómetros de hace 100 años y los termómetros de hoy en día, y promediarlos. Actualmente, se sabe que la cantidad de CO2 que ponemos en la atmósfera es consecuencia de nuestra actividad industrial y que tiene efectos en el clima.

¿Qué opina del ecosistema político actual?

No es algo de lo que nos podamos sentir orgullosos. Es más de lo mismo, no hemos madurado.

¿Le preocupa el futuro?

(Se queda en silencio). Ya no tengo que preocuparme del futuro. Se puede decir que ya viví, estoy de bajada (risas), más cerca de la muerte, pero no me asusta.

Para un científico, ¿qué es la muerte?

No tomamos consciencia de que somos mortales. Vivimos como si fuéramos eternos.

Rumbo a los 90 años, ¿cuál es el balance de vida?

Estoy contento con lo que soy y con lo que fui. Soy feliz dentro de las limitaciones de la palabra.

Ronald, ¿cómo le gustaría ser recordado?

No tengo idea.

Tal vez como uno de los científicos peruanos más importantes que hemos tenido.

Por aquí hay un libro (se para, lo busca y lo trae) que se llama Hombres de ciencia y tecnología en el Perú. Cinco siglos de investigación científica en el territorio peruano, y mi nombre aparece ahí, eso me satisface.

AUTOFICHA

- “Soy Ronald Francisco Woodman Pollitt. Mis dos apellidos son ingleses. Hay un señor García que por cuestiones del guano viajó a Inglaterra y se casó con una señora que ya tenía un hijo, que era mi abuelo. Este señor García regresó al Perú y su señora vino con su hijo”.

- “No siento tanto la influencia inglesa en mí porque mi padre nació en el Perú. Soy más piurano que inglés. Nací en Piura, donde estuve hasta la secundaria en el colegio San Miguel, y luego me mandaron como interno en el colegio Santa Rosa de Chosica, Lima”.

“Estudié Ingeniería Mecánica Eléctrica en la UNI. De ahí me fui a Harvard a estudiar Física Aplicada. En el Instituto Geofísico del Perú estuve desde que volví de Harvard hasta, más o menos, la primera década de este nuevo siglo. Toda mi vida profesional la hice ahí, no he trabajado para otra entidad”.

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