Ricardo Badani: “Soy un hombre más que se atrevió a vivir y amar plenamente”. (Javier Zapata)
Ricardo Badani: “Soy un hombre más que se atrevió a vivir y amar plenamente”. (Javier Zapata)

Carlos Marroquín

Hablar de es asociarlo directamente con el sexo. Pero cuando ingresas a su universo, percibes a una persona que ha cultivado tanta información como experiencia. Si bien no tiene un título o doctorado, afirma que puede conversar en más de ocho idiomas, incluidos ruso y chino. En su biblioteca colecciona más de 4,800 libros, siendo tres obras suyas. Sabe tocar acordeón, guitarra y sintetizadores. Es fotógrafo, contando con varias exposiciones y premios que exhibe con orgullo en las paredes de su casa. Y en sus ratos libres, se engríe como chef gourmand. Su religión (hinduismo kaolika) le propone tener seis esposas que son Elsa, Gaby, Lola, Beatriz, Ninfa y Melissa. Una alternativa de vida que le ha generado muchas críticas y censuras. Pero, nunca le interesaron los comentarios. Dentro de su búsqueda encontró un refugio de expresión en la autogestión, lo que le permite ahora conectarse todos los días con sus seguidores por Facebook. Además, forma parte de una empresa familiar, Amrita, en donde venden productos lácteos, 100% orgánicos.


¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?

(Mira su reloj) Dos horas antes de que llegaras (risas). Tengo sexo a diario, más de una vez al día… hasta cuatro veces, quizás. Las veces que se presenten. Cada una de mis esposas tiene un día asignado, pero si a alguna le provoca en cualquier momento, no se lo niego.


Ellas son 6, ¿y los domingos?

Yo elijo con cuál de ellas hago el amor. Pero, puede darse el caso de que se turnen. Y bueno, si veo que alguna tiene necesidades sexuales, la llamo y me encargo de sanar ese problema.


Ya tienes 71 años, ¿cómo te mantienes tan activo?

El secreto es tener mujeres que te calienten bien. Yo siempre digo que a la pluma no le falta tinta, lo que se cansa es el brazo. Hay que recordar que el mejor afrodisiaco natural es la lubricación femenina. Y para las mujeres, la lubricación masculina y el semen. Somos pura hormona. Por ejemplo, si en algún momento tuve algún accidente, me tocó asumirlo, ponerme un poco de llantén, relajarme y listo. Ya no puedo hacer acrobacias, pero siempre hay manera de ubicar la pose exacta para el momento indicado.


¿Y por qué no tuviste hijos?

Porque mi religión no me lo permite. Cuando me inicié como gurú kaolika, la persona que me preparó me preguntó cuál era mi meta y esa era lograr un cambio. Y claro, el precio era no tener hijos, pero sí seis mujeres. Con los años entendí que no puedo cambiar al mundo, pero sí puedo crear un pequeño oasis, como los lives diarios que hago por Facebook. Allí converso y respondo preguntas. Eso me mantiene aún más activo.


¿Extrañas tu programa televisivo Noches de Badani?

No, porque con los lives puedo llegar a más personas. A los que sí extraño son a mis compañeros y los correos que llegaban. A las personas a las que, de alguna manera, el programa les servía en su vida. Cuando comenzamos me dieron un horario con antena helada, debajo del 1% de sintonía. Fuimos ganando espacio de a pocos. Me llevaba casi dos tercios de la audiencia. Incluso el rating de Hildebrandt se caía. Paraba asustado. Pero también recibimos algunas quejas del Ministerio de la Mujer y del Arzobispado. Nos terminaron sacando del aire. Luego, me sacaron de la radio. Sepultaron mis revistas, mis libros. Todo ha sido una batalla.


¿Cómo vivir con la censura?

Como decía el Quijote: “ladran Sancho, señal que avanzamos”. Y también se aplicaría el dicho de Hamlet: “palos y piedras pueden romperme los huesos, pero las palabras nunca podrán tocarme”. Estoy acostumbrado. Pero he encontrado en la autogestión el camino perfecto a la expresión. Nos compramos una impresora y aprendimos a empastar. Ahora pueden encontrar mis libros en Amazon. Nada le arde más a quien te insulta que te rías en su cara. Es mejor que dar un bofetón. Y más divertido.


¿Has tenido problemas con grupos feministas?

Ya aprendieron que no es saludable discutir conmigo. Discretamente, me ignoran. No tengo pelos en la lengua para frenar cualquier tipo de agravio.


En 1996 fuiste deportado de Chile. ¿Te sigue marcando?

Estoy harto. Tengo que seguir luchando para que quede claro que no tenía una secta satánica, ni que torturaba sexualmente a alguien. Nos torturaron ocho días, sin ningún tipo de comunicación. Me siento decepcionado de la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos), que no se atreve a dictar una sentencia hace 27 años. Fui a declarar y me levantaron los cargos. Entre ellos, que estaba secuestrando a seis mujeres. ¡Eran mis esposas! Todo fue absurdo. Seguiré peleando hasta que realmente se haga justicia.


Vives más tranquilo en esta enorme casa de Chosica.

Sí. Aquí producimos varios productos a base de lácteos, 100% naturales y saludables. Tenemos una tontina llamada Amrita, en donde mis seis esposas son accionistas. Yo solo soy un empleado. Fuimos premiados en 2019 por la Municipalidad de Lima como el mejor yogurt. Es muy adictivo (risas).


¿Cómo te gustaría que te recuerden?

Como un hombre más que se atrevió a vivir y se atrevió a amar en forma plena. Cada uno puede hacer lo mismo, a condición de que lo haga con la verdad por delante. Desde mi primera esposa, yo le dije que quería tener más de una y me trajo a la que siguió. Hay que amar de verdad. Si la pareja se ama de verdad, eso implica que la otra persona importa más. Nosotros somos siete y nos vemos como uno solo. Eso sí, cuando una mujer viene amorosa, viejo… todo ocurre de forma natural. Y es mejor.

AUTOFICHA

- “Soy Ricardo Badani Badani. Nací en el distrito de Miraflores, en Lima-Perú, un 7 de octubre de 1951, al mediodía, en punto. Como siempre decía mi madre, comencé a salir de su vientre con la primera campanada de la iglesia y, con la última, ya estaba completamente afuera”.

- “Tengo 43 años casado con mi primera esposa, Elsa. Ahora me acompañan además Gaby, Lola, Beatriz, Ninfa y Melissa. Antes estuvieron ‘La Gatita’ y Mara, pero lamentablemente ya fallecieron. Dejaron un hueco muy grande en nuestra familia“.

- “El sexo no es la repuesta a todo. La religión, sí. Pero una buena religión incluye el sexo, porque es natural. Incluye también una vida sana. Y una vida sana necesita, obligatoriamente, un buen sexo, porque el ser humano necesita placer. Una negación del placer endurece brutalmente a la persona”.


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