"Siempre he sido la capitana de mi propia balsa, capitana y marinera", Agnes Granda
"Siempre he sido la capitana de mi propia balsa, capitana y marinera", Agnes Granda

Yo no sé quién es Agnes Granda (Lima,1981), pero al leer su poemario Pleamar ( creo que la conozco, o quizás me identifico con esas palabras inoportunas, duras, desnudas y cálidas que llegan en cada verso de este libro que recopila sus escritos desde cuando tenía 18 años.

Es un poemario breve, pero contundente. ¿Qué hay detrás de la autora que usa un seudónimo como una renuncia a su privilegios?

El mar suele ser muy inspirador. Hay una que llevo en la cabeza hace días y me quiebra bastante porque nunca fue princesa ni tuve sangre azul que dice “Y ahora sé que el día que yo me muera / Me tumbaré sobre la arena / Y que me lleve lejos cuando suba, la marea” (de Amaral). ¿Por qué Pleamar? ¿Por qué en marea alta?

-Siempre he sido la capitana de mi propia balsa, capitana y marinera, en realidad, de estar en una constante búsqueda de tierra firme En esa búsqueda encuentro siempre diferentes tormentas a la que debo enfrentar, pleamar muestra estás tormentas internas que no me dejaron por mucho tiempo, y me llegaba a preguntar: ¿ Alguna vez dejaré de ser agua?

Recopilación de poemas de la autora.
Recopilación de poemas de la autora.

En el prefacio das cuenta de este descubrimiento de tu identidad como parte de la comunidad LGTBIQ en una sociedad patriarcal y heteronormativa. ¿Es muy jodido ser lesbiana o bisexual o lo que diablos uno quiera en el Perú?

-Es muy complejo construir nuestra identidad en general de manera autónoma sin tener que seguir lógicas impuestas que cotidianamente la sociedad nos refuerza, casi sin dejarnos respirar, y poder diferenciar qué es lo mío y qué es lo que el otre quiere que sea. Nos enseñan a cómo ser aceptadas en la sociedad, no a como ser nosotras mismas. ¿Quién enseña eso?

En uno de tus primeros poemas hablas de emociones que conozco bien como el miedo, como ese vacío “a mi nadie me llena” -escribes-, y la necesidad de soledad. ¿Qué tanto te identifican estas palabras? Presiento que no es solo poesía. Eres tu, desgarrada, eres tú esa persona para la que lo peor no es golpearse, sino nunca parar de caer.

-Esta insatisfacción e hipersensibilidad con el mundo me llevó al hastío de las personas, y no hay lugar más seguro que nosotras mismas, y conmigo encontré a la poesía como flotador. En realidad siempre me entrego a las artes cuando quiero encontrarme.

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No quiero ser tan intensa. Pero intenso es Pleamar. Me preguntaba si escribir te hace más fuerte, más que esa hoja “frágilmente diminuta, perdida”.

-En todo mi proceso de autodescubrimiento encontré una satisfacción cuasi mórbida de escribir porque me di cuenta que podía exacerbar mis emociones, patalear, reclamar, entregar tranquilamente mi corazón donde el final siempre lo escribo yo. .

Ni recuerdo ni olvido. ¿Cuándo un amor se te mete en la piel ni la poesía te lo saca? Ni las frases al aire. Ni las indirectas en instagram. Ni nada.

- La poesía me ayuda a plasmar lo que social y emocionalmente no es tan saludable, me permite sentirme vulnerable frente a quién sea de lo que sea, pero en mi vida diaria no expreso mi afectividad de la misma manera que mi poesía lo hace.

Pensaba en esas palabras de “una niña rota”. Puedes tener 20, 30, 40 y seguir siendo esa niña rota, pequeñita.

-Siempre pensaba que de grande todo esto cambiaría. Un total engaño que nos meten desde pequeña...ah... pues nadie nos enseña a gestionar y apreciar nuestras emociones. Sentimos tanto y no saber qué hacer, por suerte ahora hay más información, claramente, las personas que tienen el privilegio de acceder a una educación de calidad, que incorporan en su currícula la importancia de la inteligencia emocional. Pero en mi generación estamos rotas, perdidas y delirantes, bueno, al menos Agnes.

“El amor verdadero no regresa porque no se va”. Nada más cierto. ¿Cómo nace este brevísimo poema llamado Imperativo"?

-Inventamos tantas frases consoladoras para mantener sobre todo cosas hasta por encima de nosotras mismas. De nuestro deseo de estar con la persona amada salen citas como que si regresa es porque siempre fue para ti. No sé si reírme o ponerme de mal humor, qué tóxico. Sí se va no estoy en estado de espera; en mi poesía, probablemente sí, pero también me ayuda a salirme del pozo.

Cuéntame de ti. ¿Por qué un seudónimo?

-Un seudónimo porque mi interés no era que reconozcan mis logros y estudios previos que finalmente son privilegios. Lamentablemente, la educación en este país sigue siendo un privilegio. Quería que la persona lectora encuentre mi poesía sin sesgarse y con esa incertidumbre que provoca el no tener etiquetas sobre lo desconocido, y que finalmente se conecten genuinamente con mi poesía.

¿Hay que sufrir para escribir o eso es puro mito?

-Del sufrimiento salieron grandes artistas, puedes transformar tu sentir y hacerlo arte. Pero no creo que sea una variable determinante, y aunque creo que todas las personas tenemos heridas solo que algunas las afloramos y otras prefieren vivir cegadas.

¿Puedes escribir cuando recuperaste (o eso crees) al amor de tu vida?

-El amor de mi vida siempre soy yo, pero me gusta inventar que no.

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