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Pet Shop Boys en Lima, música y teatro para una nueva época [CRÓNICA]
El dúo británico presentó una puesta en escena de música electrónica y recursos multimedia en el Parque de la Exposición.
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Como personajes, los gigantes del pop electrónico aparecían sorpresivamente en el escenario del Anfiteatro del Parque de la Exposición, antecedidos por una danza de figuras geométricas proyectadas en la pantalla gigante y los primeros acordes de “Inner Sanctum”, canción de su último álbum Super (2016). Giraban dos plataformas circulares en el centro del estrado para presentar a Neil Tennant (vocalista) y Chris Lowe (teclista), a los que apuntaban los reflectores, las luces láser y los flashes del público. El teatro electrónico había comenzado.
Mientras retumbaban el bajo y la batería, los asistentes aplaudían ante los artistas vestidos de negro, con máscaras plateadas: un casco para el vocalista y una esfera que cubría la cabeza del teclista, que se mantenía en el anonimato sin dejar de imprimir sonidos ambientales.
Tras la emocionante introducción, “Opportunities”, del Please (1986), y la letra de un pop inteligente, crítico: “Yo tengo el cerebro, tú tienes la apariencia, hagamos mucho dinero”. El símbolo de dólar mostrado en todas sus posibilidades gráficas.
El vocalista saluda a la audiencia. El dúo más importante de la historia del pop siente alegría de volver a Lima. Así lo expresa Neil, quien anuncia el single de su última producción: “The Pop Kids”. El público, de 20 a 50 años, podía identificarse con aquella historia de jóvenes aficionados al pop en los años 90, atentos a los últimos éxitos en Londres, Inglaterra.
El mensaje era claro: “Vamos a quemar esta discoteca antes de que amanezca”. Así lo dice “Burn”. El dúo británico se separaba de sus máscaras para encender la fiesta, a la que se habían sumado dos percusionistas y una teclista, para una experiencia de música en vivo. Por varios años, los Pet Shop Boys no se presentaban como una banda completa en escenario. Resalta ello en The Super Tour, que los ha llevado a tres continentes, recientemente en Brasil. Antes había sonado “In The Night” y después “Love Is a Bourgeois Construct”.
Al montaje se sumaba momentáneamente un personaje en las pantallas, vestido de blanco, que performaba pasos de breakdance. Sonaba con energía “New York City Boy”, emblemático éxito disco sobre la vida en la ciudad más popular de EE.UU., que copó rankings en distintos países en 1999. Siguió la base de samba de la alegre “Se A Vida É (Así es la vida)”. El escenario con luces que seguían los ritmos latinoamericanos y la danza de los asistentes.
Notas para un teatro electrónico
“Love Comes Quickly” llevó al público al álbum debut del grupo londinense, Please (1986). La soledad, el amor inesperado, la nostalgia de los 80. Completaba el mensaje “Love, etc.”, sobre la necesidad de un amor gratuito en una sociedad que acumula bienes.
El clímax llegó con unas notas altas, interpretadas por la figura fría, inmóvil casi, de Chris, y el rap que iniciaba “West End Girls”, crónica de la noche londinense y el primer gran éxito de la banda, considerado una de las mejores canciones de la década de los 80. El coro se escuchaba por las escalinatas del anfiteatro, casi lleno. La precedieron “The Dictator Decides” e “Inside a Dream”.
“Home and Dry”, del Release (2002), cantó con notas profundas a la nostalgia. Lejos de casa, los Pet Shop Boys emocionaban con una orquestación sutil. Los músicos asistentes se unieron para cantar el coro junto a Neil y se desplazaban con él por el escenario, coordinadamente, enfatizando el acento teatral del concierto.
Tennant cantó sobre su niñez y su experiencia en un internado religioso, la que inspiró “It’s a Sin”, una de sus cúspides creativas, sobre la represión de una sociedad que juzga e impone un sentimiento de vergüenza. Todo es un pecado. Antecedieron “Vocal” y “The Sodom and Gomorrah Show”.
A su vez, Lowe mostró su virtuosidad en los instrumentos sintéticos en “Left to My Own Devices”. Loops, samples, patches y demás efectos reprogramaban las primeras canciones del grupo y las actuales. Pet Shop Boys suena distinto en cada gira. “Buscamos lo fresco. No estamos influenciados por la música actual”, dijo el teclista en entrevista a Perú21 hace unos días.
Remembranzas y sintetizadores
Una versión con ligeras modificaciones hizo sonar a “Go West” contemporánea sin perder su esencia, cantada incluso con unas líneas de “Being Boring”. El cover de Village People fue voceado luego de que en el escenario se inflaran coloridos globos para sembrar un ambiente de fiesta. Lima ya era una discoteca. Neil y Chris se despedían momentáneamente.
El acto final trajo de vuelta a los músicos asistentes con esferas de distintos colores que les cubrían la cabeza. En medio del júbilo y el eco de las voces del público que cantaba, Neil dijo “Lima, son estupendos”. Era “Domino Dancing”, que proseguía la sincronización de luces, imágenes y música.
Dance, house, disco, rap, latin y un gran registro de géneros y sonidos completan el viaje de uno de los duetos más importantes de la música contemporánea, que cierra la noche con una canción que hicieron suya: “Always on my mind”, original de Elvis Presley. Al entonarse las notas iniciales de su himno, Neil pregunta: “¿Hay una discoteca por aquí?”, la primera frase que se escucha en el Bilingual (1996). Lo último es un fragmento de “The Pop Kids”, en referencia a su propuesta actual, su juventud artística y la intención de seguir experimentando. Pop no convencional que sobrepasa dimensiones electrónicas.
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