“Cuando pienso en Jaime Guardia, pienso en algo lindo. Recordémoslo respetando la tradición. Hay quienes tienen que conservar la pureza de las cosas”, declaró la gestora cultura y artista (Renzo Salazar/Perú21).
“Cuando pienso en Jaime Guardia, pienso en algo lindo. Recordémoslo respetando la tradición. Hay quienes tienen que conservar la pureza de las cosas”, declaró la gestora cultura y artista (Renzo Salazar/Perú21).

Estudió artes curativas y música. En su botiquín sonoro nunca faltan desde Johann Sebastian Bach hasta Jaime Guardia. Quiso ser doctora, pero eligió sanar con la música; primero lo hizo cantando y hoy lo hace gestionando, tratando de crear las condiciones para una futura industria musical. 

Este miércoles y jueves, lanzará la plataforma Giramos, sitio web que permitirá poner en contacto a los artistas con los productores, locales, prensa, proveedores, entre otros actores. La cita es en el Ministerio de Cultura, donde habrá, además, jornadas informativas. 

Creció en Chaclacayo, viendo y escuchando a Chabuca Granda y Alicia Maguiña, cantando a lado de Susana Baca, entre pachamancas y yunzas. La música es tal vez el pretexto para siempre volver a ese glorioso pasado.

Con Giramos sigues en la ruta de la gestión, del hacer.
El primer recuerdo que tengo es el hacer de mi papá, quien era director de la Corporación Peruana de Turismo, que fue el equivalente al Ministerio de Cultura. Organizó el Festival de la Alameda, creo que fue en el 69. Yo tendría unos 10 años. Había tambos de diferentes países, con comida típica y música. Lo hizo en la Alameda de los Descalzos. Fue una experiencia increíble. Ahí me di cuenta de la importancia de recibir la música en vivo.

¿Ya soñabas con ser artista o tal vez querías ser médico?
También quería ser doctora, mira tú. Me interesaba aliviar el dolor de la gente. Y la música también alivia. Los momentos cumbres de mi experiencia espiritual tenían muchísimo que ver con la música y la lectura. Pero lo que más me gustaba hacer era cantar y bailar.

Fuiste madre a los 15 años de edad. ¿Cómo te marcó?
Me hizo pisar tierra. Pero fue una aventura, toda la vida ha sido como una aventura. Me casé ahí mismo. Me dediqué a criar a mi hija y a trabajar. Y mientras tanto cantaba.

“La oferta cultural te hace sentir que vale la pena que vivas en tu ciudad. La vida nocturna existe, hay que organizarla para que no sea cualquier cosa”, asevera Pepita García Miró (Renzo Salazar/Perú21).
“La oferta cultural te hace sentir que vale la pena que vivas en tu ciudad. La vida nocturna existe, hay que organizarla para que no sea cualquier cosa”, asevera Pepita García Miró (Renzo Salazar/Perú21).

¿Cómo era la adolescente Pepita?
Cuestionadora. Me cuestionaba a mí y al statu quo. Lo mío era cómo ser honesta en la vida, cómo no mentirte ni mentir a los demás. Y cómo liberarte de las influencias racistas que uno recibía. Pero también sentía que el mundo andino tenía una gran riqueza.

A propósito del Ande, ¿qué te dejó la partida de Jaime Guardia, a mitad de año?
Cuando pienso en él, pienso en algo lindo. Creo que hizo todo lo que tenía que hacer y nos ha dejado impregnados de una vivencia importante. Es único.

¿Cómo le gustaría a él que lo recordemos?
Cantando y respetando la tradición. Él era un guardián de la tradición. Hay quienes tienen que conservar la pureza de las cosas.

Sobre los 30 años empiezas oficialmente tu carrera artística. ¿Dudaste?
De alguna manera, ya me estaba preparando. Tocaba un poco de cajón, congas, piano, guitarra. Nunca dudé. El llamado de la música ha estado siempre. Yo estaba esperando el momento para lanzarme al ruedo. Y, claro, sucedió cuando me encontré con Manongo Mujica.

Ese comienzo se dio en los primeros años de los noventa. Época difícil para empezar.
El 91 fue época del terrorismo, el 92 hicimos un concierto el día que reventaron unas bombas en un canal. Dudamos en hacerlo, pero al final se dio. Aunque fue poca gente, salió un concierto espectacular. Y ahí comencé a hacer producción.

¿Cuál fue el estímulo, además de las circunstancias?
Los humanos tendemos a quejarnos y no resolver. La queja es un elemento poco feliz. Yo he tratado de liberarme de la queja. No te quejes, haz.

¿Los peruanos somos dramáticos o es una condición del ser humano?
Somos dramáticos, quejones. Nos quejamos y no hacemos nada.

Desde que concebiste Giramos hasta la fecha, ¿qué ha cambiado en la música peruana?
Hay muchos más grupos, más profesionales que salen del Perú, más herramientas. Lo que eventualmente sería una industria musical se está fortaleciendo. Pero uno de los puntos por mejorar es la comunicación en el sector.

"Yo creo que Muñoz sí sabe cómo la cultura impacta positivamente en el espíritu del ciudadano", expresó García Miró (Renzo Salazar/Perú21).
"Yo creo que Muñoz sí sabe cómo la cultura impacta positivamente en el espíritu del ciudadano", expresó García Miró (Renzo Salazar/Perú21).

¿El público cómo se va a beneficiar o cómo lo va a notar?
Que el público pueda saber si en determinado local te pueden atender mejor, hay seguridad, rampa para discapacitados, el equipo de sonido correcto, etc. Y esperemos que la música llegue a tener la potencia que tiene la gastronomía.

¿Qué falta para que se dé ese boom?
Unificar el sector; tener las cosas más claras; conocer sobre temas legales.

Luis Castañeda ya se va y viene Jorge Muñoz. ¿Qué podemos esperar en Cultura?
Qué alegría (risas). Yo creo que Muñoz sí sabe cómo la cultura impacta positivamente en el espíritu del ciudadano. La oferta musical y cultural te hace sentir que vale la pena que vivas en tu ciudad.

Los municipios y gobiernos regionales se están quedando, ahí no está pasando casi nada.
Solo cuatro municipalidades tienen políticas culturales claras y el resto ni te contesta. En Australia, Londres, Colombia, hay ciudades de la música. La vida nocturna existe, es súper fuerte, hay que organizarla para que no sea cualquier cosa.

Líneas atrás comentamos que la música sana. ¿Qué ha sanado en Pepita?
¡Muchas cosas! Te libera de tensiones, preocupaciones, te equilibra.

En ese “muchas cosas” he notado una profundidad importante.
(Risas). Me ha unido mucho a mi país, me ha hecho experimentar cosas muy profundas, me ha hecho ver mis miedos, inseguridades, mi fuerza. Todo es un proceso de depuración.

¿Y hoy cómo es Pepita después de la música?
Espero que nunca sea después (risas). De alguna manera, soy una luchadora y espero ser una persona más feliz.

Datos: 
- “Nací en Miraflores, pero viví en Chaclacayo, más o menos, hasta los 18 años de edad. Después viví en Santa Clara. Muchos años de mi vida los he pasado fuera de la ciudad. Estudié música, artes curativas y me he dedicado a la gestión cultural por muchos años. Uno de esos frutos fue el Festival de los 7 Mares”.

- “No es difícil ver cómo la tensión te puede enfermar. La música te da naturalmente bienestar: incluso, que te haga llorar es un alivio. Cuando la música te conmueve, toca algo en ti que de otra forma no lo tocarías. Por ejemplo, Bach siempre me salva la vida”.

- “A propósito del Festival de los 7 Mares, estoy queriendo hacer un gran mercado de la música, muy peruano. Tratando de encontrar nuestra fórmula. Ese será el siguiente gran proyecto que emprenderé después de Giramos, seguro que para 2020, para prepararlo bien y realizarlo con un gran festival”.