“Hoy estamos en la comodidad de las redes, donde puedes decir lo que quieras y eso te exime de responsabilidades. Opinas, despotricas y listo, ya cumplí", declara Miguel Iza (César Campos/Perú21).
“Hoy estamos en la comodidad de las redes, donde puedes decir lo que quieras y eso te exime de responsabilidades. Opinas, despotricas y listo, ya cumplí", declara Miguel Iza (César Campos/Perú21).

Empezó a actuar, más o menos, desde 1983 y a dirigir teatro, aproximadamente, a partir de 1996. Periodo en el que el terrorismo y Vladimiro Montesinos fueron algunos de los protagonistas. “Todo era raro, la guerra se volvió ‘normal’. Y de repente se acabó, y todo fue peor”, dice Miguel Iza, quien protagoniza a Montesinos en 'Caiga quien Caiga', que se estrena en las salas de cine este 23 de agosto. No estamos en la salita del SIN, pero sí en la salita de la agencia de prensa que representa al filme. Paredes blancas, una mesa y dos tazas de café amargo es toda la escenografía, ad hoc para esta entrevista.

¿Cómo influyeron en tu formación los ochenta y noventa?
En los noventa, el teatro desapareció. No había otra opción que aceptar las nuevas reglas. La gente en general acepta todo, no se cuestiona. No hay capacidad de rebeldía.

¿Te incluyes en ese grupo que acepta todo?
Claro, porque fue la misma época. Y supongo que ha sido siempre así. Hoy mismo estamos en la comodidad de las redes, donde puedes decir lo que quieras y eso te exime de responsabilidades. Das tu opinión en Facebook, despotricas y listo, ya cumplí.

¿Qué te enseñó crecer actoralmente en el tiempo de la violencia terrorista?
Hacer. Aprendí el compromiso y la pasión. Fueron tiempos raros porque inmediatamente cambió el chip, a la gente le empezaron a enseñar que no había que comprometerse con nada, que todo tenía que ser para ti mismo y olvídate del resto. No demuestres compromiso porque eso te hace débil. Hoy la gente falta, llega tarde. No hay un estímulo por aprender.

“Lo que más pudre a la sociedad es la maldita palabra esperanza, porque te sienta a esperar. El cambio empieza en uno mismo. Hay que abrir conciencias”, declara el actor de 'Caiga quien Caiga' (César Campos/Perú21).
“Lo que más pudre a la sociedad es la maldita palabra esperanza, porque te sienta a esperar. El cambio empieza en uno mismo. Hay que abrir conciencias”, declara el actor de 'Caiga quien Caiga' (César Campos/Perú21).

¿Tu vocación como actor no se puso en aprietos en esos años?
A pesar de la crisis y la guerra, era más simple todo. No costaba tanto tomar decisiones. Hoy existe demasiada información. Vivimos otra etapa de oscurantismo: no dar la cara, las conversas no son en persona. Todo es vacío, frío.

¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste hablar de Vladimiro Montesinos?
No recuerdo. De repente, ya estaba ahí. Me llamaba la atención que era alguien que debía estar a la sombra, pero ya no lo estaba. Era del Servicio de Inteligencia, pero estaba en todas las pantallas. Ya todo el mundo sabía que se compraba gente, se silenciaba.

Para hacer el personaje, ¿qué tanto has profundizado en él?
No he estado buscando tanto en el personaje real, no me interesa mucho. Más interesante era imaginar cómo podía haberse convertido en alguien así. Aunque el guion siempre será una ficción, más allá de que haya sido verdad. El guion es la única verdad. En la película no está Montesinos, sino un personaje con ese nombre.

Pero, incluso, Laura Bozzo ha amenazado con denunciar a los realizadores de la película por incluirla.
No tengo idea. Todo es un circo.

¿'Caiga quien Caiga' no suma en ese circo?
No tengo idea.

Hoy, coincidentemente, salen los audios de la corrupción.
Los audios son una telenovela que manejan los medios. Esta película hubiera podido salir en 1821 y sería lo mismo.

Vivimos en una indignación permanente.
Debería ser.

¿Qué te indigna?
La indolencia de la gente.

¿Qué haces contra la indolencia?
Hago teatro.

Desde el teatro, ¿cómo se puede enfrentar la indolencia?
Abre una cabeza y esa será una buena opción para una nueva vida. Lo hago siempre. Enseño un taller y todos los días la gente se pone a pensar para hacer algo.

Desde un taller, ¿cómo se hace algo?
Aprendiendo, sensibilizándote, dando a entender que las cosas no son como te las pintan. Hay que dejarle de hacer caso a todas esas cortinas de humo y payasadas que salen en la TV. Hay que dejar de escuchar a tanta prensa amarilla, tantos medios que lo único que hacen es manipular a la gente para que deje de pensar.

En el filme 'Caiga quien Caiga', Miguel Iza interpretará al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos (César Campos/Perú21).
En el filme 'Caiga quien Caiga', Miguel Iza interpretará al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos (César Campos/Perú21).

¿En el teatro de hoy podemos encontrar espacios para cuestionarnos y reflexionar?
Sí, hay de todo. A diferencia de la televisión, que cada vez está más podrida. La TV es un gran basural. No hay ningún interés de informar a la gente. Eso indigna. Pero es el tipo de cosas a las que la gente se acostumbra y lo acepta.

¿Dónde debe cambiar el círculo vicioso?
Lo que más pudre a la sociedad es la maldita palabra esperanza, porque te sienta a esperar. El cambio empieza en uno mismo. Hay que abrir conciencias.

¿Existe el artista apolítico?
Hago política todos los días. Es imposible que un ciudadano sea apolítico. Está implícito en tu función de persona responsable. Si quieres ser un vegetal en el jardín de la casa, no hay ningún problema. Es tu opción. Claro, vienen Fujimori y Montesinos y durante 15 años te bombardean la cabeza diciendo “no, no te metas en política, es un asco”.

¿Desde el cine se está resistiendo contra lo que está mal?
En muchas cosas sí, con películas como 'La casa rosada' o 'Wiñaypacha'. Significa que hay gente que está preocupada por hacer cosas con contenido. Pero si tienes un Estado que lo único que hace es darte plata y ya tú ve lo que haces, estamos en problemas. Para qué tantas películas si van a las salas y están una semana.

¿Qué te pone de buen humor?
Conversar y si reniego es porque me apasiono. Cuando conversas, aprendes o enseñas algo.

¿Cómo te defines?
Apasionado, intransigente, terco y lorna. Yo quiero ser tonto toda mi vida, porque serlo te garantiza la posibilidad de aprender. ¿De qué me sirve jugar al que sabe?

¿Qué te falta aprender?
Todo de nuevo. Es una filosofía, una actitud, un método.

AUTOFICHA

- “Nací en Lima, en el Hospital del Empleado. Tengo 50 años. Estudié Sistemas, en lo que trabajé durante muchos años. También me encantaba. Hubo un tiempo que trabajaba en ello y hacía actuación, pero no pude con las dos cosas. Tuve que elegir lo segundo. Miro atrás y digo: la he pasado bien”.

- “Tengo un hijo de 28 años. Es una versión mejorada de cualquier cosa que se nos hubiese podido ocurrir. A veces pienso que no es hijo nuestro (risas). Cuando no actúo, estoy conversando. Creo que no hay nada en lo que no invierta más tiempo: conversar”.

- “Me pego a Netflix y veo bastante fútbol por televisión. He jugado fútbol, pero soy malazo. En Netflix acabo de terminar de ver 'La casa de papel' y la serie de Luis Miguel, que es una novela divertida, bien hecha. Ahorita estoy en talleres y quiero hacer mi escuela de teatro. Espero lanzarla el otro año”.