Liliana Chambi, educadora que lidera Señas para Todos. (Foto: Martin Pauca).
Liliana Chambi, educadora que lidera Señas para Todos. (Foto: Martin Pauca).

Sus recuerdos más antiguos están debajo del puente Trujillo. Su madre era vendedora ambulante al lado del río Rímac, frente a Palacio de Gobierno. “Me parecía normal que los niños trabajaran. Me involucré en ese ambiente”, me dice Liliana Chambi.

Las dos dejaron el puente, pero Liliana nunca dejó ese recuerdo ni la figura de su madre entregada al trabajo para tener qué comer. Llegó a la universidad, estudió educación especial y hoy lidera el proyecto Señas para Todos, reconocido en el programa Peruanas que Brillan, organizado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables con el apoyo de entidades públicas y privadas, como Huawei. El proyecto busca facilitar las clases para estudiantes con a través del lenguaje de señas. Para mayo próximo, publicará un libro que quiere sensibilizar sobre las barreras que presentan las personas sordas y un bingo con señas, que lo puedan jugar todos.

También recuerda a su padre. La primera vez, lo buscó. Lo vio y lloró. La segunda vez, le escribió una carta. Lo vio y sintió cariño, uno maduro y calmo. Y pensó: “Todos nos equivocamos”. Le pidió que no siga bebiendo. Hubo otro encuentro y se tomaron una fotografía, en la imagen en segundo plano salía una botella de licor. Al siguiente año falleció.

¿Qué fortaleza esconde Liliana detrás de una aparente timidez y sonrisa cautelosa?

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¿Dirías que la vida te ‘enseñó a la fuerza’ a ser sensible?

Desde pequeña he tenido esa sensibilidad por las personas vulnerables. Yo creo que eso fue parte de mí porque en muchas etapas de mi vida yo me sentí excluida. Y bueno, soy hija única y he sido poco sociable. Cuando veía injusticias o que había que ayudar a alguien, me nacía ayudar porque lo he visto en mi mamá. Ella es una persona muy servicial. Y yo quise estudiar educación especial porque quise conocer a las personas que no se les ve en lo cotidiano. He preguntado a varias personas y nunca se han dado cuenta de que había una persona con discapacidad en su salón. ¿Dónde están esas personas? ¿Están ocultas? O simplemente, a pesar de la ley, no acceden a la educación de calidad.

¿En qué circunstancias te has sentido excluida?

Siempre he vivido con mi mamá. Nos vinimos a Lima solitas desde Juliaca, Puno. Vinimos porque mi mamá tuvo una separación. Toda mi vida recuerdo la figura materna, pero me he cuestionado dónde está él (su padre). Entonces, he sido tímida hasta la universidad. Pero ahora me dicen que soy otra (risas).

¿Te sientes otra?

Soy la misma sino que ahora puedo expresarme. Soy más expresiva y eso lo he aprendido de las personas sordas, porque ellas son muy expresivas. Mira, cuando estaba en el cuarto año de la carrera, vi personas sordas en el carro y se comunicaban con señas, y dije: “¡Qué fabuloso!, otra forma de comunicarse”. Quise aprender y empecé a investigar. Pensé que las personas sordas eran tímidas como yo, pero no.

Uno ve una conversación con señas y se siente una fuerte energía.

Mi esposo (Junior) es sordo y lo conocí cuando ya sabía lengua de señas. Y él me cautivó y ahora en febrero cumplimos cuatro años de casados (sonríe). La lengua de señas tiene muchas metáforas. La lengua de señas es muy explicativa. La lengua de señas me hace ser más consciente de lo que digo.

Comprometerte con Junior es también comprometerse con su discapacidad. Hay quienes preferirían no hacerlo. ¿Por qué elegiste ese camino pese a que tu origen fue complejo?

Yo también me preguntaba eso y varias personas me decían: “Lili, piénsalo bien”. Y hasta una colega de trabajo me dijo: “Lili, él no está a tu nivel”. Yo dentro de mí decía: “¿Qué nivel?”. Yo descarto todo nivel. Yo veía sus fortalezas. Es una persona muy alegre, muy extrovertido, en cualquier lugar que va siempre destaca, es un chico luz, tiene un ángel especial. Mi lenguaje de amor es la ayuda, el servicio. Nos enamoramos cuando yo iba a postular a Bellas Artes y estaba con un proyecto artístico sobre la lengua de señas. Y él me ayudó en todas las exploraciones artísticas que tenía que hacer. Primero fue mi amigo. Y no me arrepiento. Más bien, quiero que tenga una carrera universitaria, acá en Perú es bien difícil que las personas sordas puedan estudiar y él quiere ser comunicador.

¿Qué tiene que cambiar para que personas con discapacidad auditiva puedan acceder más fácilmente a la educación superior?

Lo primero es que se tiene que valorar la lengua de señas, que en los colegios se normalice la lengua de señas. Me encantaría que en todos los colegios haya un profesor de lengua de señas, lo que también le daría empleo a las personas sordas.

¿Qué debemos entender sobre las personas con discapacidad auditiva?

Que las personas sordas tienen las mismas habilidades que todos sino que hace falta que los apoyemos y que crean en ellos. A mí me decían que no iba a poder lograrlo, a mi mamá le decían: “Tu hija no llegará lejos, mejor que se venga acá a trabajar, aquí en el restaurante limpiando”. Y le pasa lo mismo a las personas sordas.

Liliana Chambi, educadora que lidera Señas para Todos. (Foto: Martin Pauca).
Liliana Chambi, educadora que lidera Señas para Todos. (Foto: Martin Pauca).

¿Qué objetivo persigues con Señas para Todos?

Queremos compartir la lengua de señas con todas las personas y que puedan aprender a través de nosotros.

Siempre te preocupas por los demás, ¿pero qué quieres hacer por ti?

Ser mamá (sonríe).

¿Cuál es tu brillo particular?

El amor por los demás.

AUTOFICHA:

-“Soy Liliana Lilibeth Chambi Mamani. Me alegro mucho cuando relacionan mi apellido con el fotógrafo Martín Chambi, capaz tengo un parentesco, pero nadie me lo dijo (risas). Me gusta pintar con colores, óleo, crayolas, he hecho grabados, me encanta la fotografía”.

-“Acabé el colegio y quería estudiar arte. Estudié idiomas. Acabé el inglés. Fui a una charla vocacional y estudié Educación Especial en la Universidad Femenina (Unife); luego estudié arte y terapia y una segunda especialidad. Y voy a volver al sueño de estudiar arte”.

-“Tengo 31 años. No descarto la idea de postular a Bellas Artes, ahora tengo más herramientas. Quiero estudiar Pintura. Nací en Juliaca. Actualmente, me dedico a Señas para Todos y para este año tengo una propuesta de trabajar en un colegio de sordos. También damos servicios de interpretación”.

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