En uno de los lados, el gran Ejército Realista, que, fiel a España, pretendía terminar con todo intento de libertad. El ejército comandado por Canterac era aterrador; 6,500 soldados de infantería, 1,300 jinetes y nueve cañones. Al frente, los patriotas, que, al mando de Bolívar, contaban con 7,900 soldados de infantería, 1,000 de caballería y seis piezas de artillería.
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Pampa de Junín. 6 de junio de 1824. Cerca de las 3 de la tarde se iniciaron los ataques. Pasó poco tiempo para que la implacable caballería realista tome la ventaja y vaya configurando lo que parecía ser una inevitable derrota de los patriotas. Sin embargo, aparecería la figura del oficial patriota Andrés Rázuri, quien, con su actuar, escribió una serie de lecciones para esta nación incipiente. Así lo cuenta el general EP Juan Urbano Revilla, presidente del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú: “Si bien la orden que le habían encomendado era ya retirarse, Rázuri hace una apreciación de la situación y ve que los realistas ofrecían un descuido de su retaguardia y un flanco. Entonces le recomienda al coronel Isidoro Suárez que era el momento de cargar. Suárez reconoce que es también lo mejor. Entonces, agarra a los realistas por la retaguardia y por el flanco. Canterac se quedó desprotegido y vino su derrota. Así se dio la victoria patriota, el preludio de nuestra libertad”.
¿En qué medida replantear una decisión con valentía puede cambiar el porvenir de una nación? Rázuri nos plantea una reflexión vigente 200 años después. En tiempos de dictaduras como la venezolana o cuando huestes extremistas acechan, recordamos su actuar y la del ejército patriota a través de una historieta que llega de la mano con Perú21 este 6 de agosto. Imperdible.
Mechaín Doroteo: “Espero que el lector tenga la misma percepción que tuve yo cuando me metí en la historia”
El ilustrador se aleja un poco de la caricatura para adentrarse en lo que ocurrió hace 200 años en la Pampa de Junín.
¿Cómo fue el proceso de investigación para la historieta?
El guion necesitaba una investigación profunda. La base de toda historieta primeramente es su guion y armarlo fue el primer reto. Lo trabajamos junto a Nebver San Martín. Encontramos diversos episodios, como el del oficial José Andrés Rázuri, un personaje importante en la Batalla de Junín. Era necesario, entonces, introducirlo en el guion. También el proceso pasó por conocer cómo eran los sables, las espadas, las armas de la época. Lo mismo con los uniformes, ya que había varios grupos dentro del gran Ejército Libertador, como Los Granaderos de Colombia, los Húsares del Perú y otras agrupaciones más. Investigamos por diversas fuentes, ya que deberíamos ser muy exactos porque la historieta es a color; además, muestra escenarios reales, como la laguna Chinchaycocha. Luego de todo ese proceso de investigación, mostramos el guion a la historiadora Natalia Sobrevilla, para así tener su aprobación.
¿Cuál fue el mayor reto al ilustrar esta historia?
Hacer una historieta de por sí ya es algo complicado y, si a eso le sumamos que es de un hecho histórico, pues la complejidad aumenta. El reto para mí fue ese, hacer una historieta lo más pegada a lo que realmente ocurrió en la Batalla de Junín, por todo lo que implicaba. Si hablamos del tema del dibujo, pues ahí tengo cierta práctica en hacer viñetas y plantear las escenas.
Luego de varios días de bucear en la historia y conocer a profundidad este hecho, ¿cuál consideras que fue el valor más importante de la victoria patriota de Junín?
El sacrificio de los soldados peruanos y extranjeros, por la libertad que era tan anhelada para la época. Perecieron también muchos peruanos que no aparecen en la historia por cuestión de espacio, así como otros detalles notables. Por ejemplo, había peruanos que tenían que cargar los alimentos para los soldados, cargar las mulas. Ellos tenían que ir a pie e incluso cruzar ríos. Llevando el cargamento incluso muchos de ellos murieron. Fue un sacrificio en conjunto y monumental.
Hablemos de lo hecho por el oficial José Andrés Rázuri.
Me impresionó su capacidad como soldado para darse cuenta de un detalle importante en medio del terreno de batalla, el cual fue el descuido de la retaguardia del enemigo. Se da cuenta y decide por cuenta propia avisarle al coronel superior de que era el momento de atacar. Posteriormente el general La Mar indicó que, si no hubiese ocurrido la victoria, Razuri posiblemente habría sido fusilado, pero recibió felicitaciones, como correspondía. Comprendió el escenario, estuvo preparado.
Este hecho histórico llega en historieta. ¿Cuál es el valor que encontrará el lector bajo este formato?
Yo espero que el lector tenga la misma percepción que yo tuve cuando me metí en la historia. Me pareció increíble y fascinante. Entré de inmediato en una especie de flow con la historia de la Batalla de Junín y no quería parar hasta acabarla. Es, más o menos, como meterte a una película y ver el desenlace. Elaborarla ha sido una experiencia muy bonita porque me ha permitido conocer detalles históricos.
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