Las mujeres y su rol transformador [Opinión]

“La educación es determinante en el empoderamiento femenino. No solo nos aporta conocimientos, también nos abre la mente y los ojos a diversas realidades”.

Redacción PERÚ21

Fecha Actualización

11/10/2022 - 12:06

Por Flavia Renata Vázquez Cachay, estudiante de undécimo grado B de la Escuela de Líderes de Innova Schools, de la sede SMP.

Siempre que me preguntan qué mujeres tengo como referentes pienso en mi madre. No es que no admire a otras grandes mujeres en la ciencia, la política, el arte y otros ámbitos, que nos abren camino a las niñas para soñar con lograr nuestras metas.

Pero el mayor ejemplo de esfuerzo y dedicación lo encuentro en casa. Cuando la pandemia de la COVID-19 nos golpeó, yo perdí a mi padre. Desde entonces, mi madre asumió todas las responsabilidades de la casa lidiando, al mismo tiempo, con el dolor y la tristeza. Para mí, ella es un ejemplo de mujer.

La pandemia demostró la fuerza, el coraje y la valentía de las madres expuestas a un estado vulnerable que afectaba el desarrollo de sus hijos. Las enfrentó a la falta de empleo, la discriminación laboral, la sobrecarga de tareas y la violencia de la que somos víctimas las mujeres desde niñas.

Y así como en mi hogar encuentro ejemplos y valores en momentos tan críticos, es en la escuela donde hallo soporte y acompañamiento de mis maestros. Esto me llevó a una reflexión, ¿qué puede cambiar la situación de las mujeres y niñas? Para mí, la respuesta es clara: acceder a una educación inclusiva que nos dé las herramientas y prepare para los retos y dificultas de la vida.

Las mujeres somos constantemente subestimadas, discriminadas y violentadas. Incluso somos aún consideradas el ‘sexo débil’, por lo que muchas crecemos y vivimos en un ambiente en el que se normaliza relegarnos a pesar de tener las mismas capacidades que los hombres.

La educación es determinante en el empoderamiento femenino. No solo nos aporta conocimientos, también nos abre la mente y los ojos a diversas realidades. Nos ayuda a trazarnos propósitos y reducir las posibilidades de abandonar nuestros sueños por falta de oportunidades.

Recibir una educación de calidad e inclusiva nos abrirá las puertas para que podamos participar plenamente en cualquier sector que imaginemos para mejorar la sociedad en la que vivimos, haciéndola más justa, igualitaria y estable. Solo así se podrán completar objetivos pendientes a lo largo de la historia como lograr que más niñas puedan acceder a enseñanzas de calidad y reducir las brechas de género.

Como mujer y estudiante busco siempre formar parte de espacios de debate que planteen soluciones a nuestros problemas. Uno de esos espacios es mi escuela y anhelo que nuestras propuestas lleguen a quienes nos gobiernen o tengan la capacidad de contribuir al cambio.

Solo entonces iniciaremos una real transformación social.