Foto: Andy Cherniavsky
Foto: Andy Cherniavsky

La música de Kevin Johansen siempre se siente como un viaje. Quizás tiene que ver con la misma historia del artista. Nació en Alaska, creció en Argentina, vivió un tiempo en Uruguay y algunos de los primeros años de su carrera como músico los vivió en Nueva York. Esa mezcla de lugares está presente en su obra y su último disco no escapa de eso. Tú ve es un álbum de 11 canciones; gran parte de ellas son covers de artistas que marcaron al cantautor y las otras son versiones de canciones importantes en su carrera, pero con una mirada minimalista.

Y, como parte del viaje constante sonorizando las ciudades que visita, este 4 y 5 de octubre vuelve a Lima para presentarse en el Gran Teatro Nacional. Las entradas están a la venta en Joinnus. Mientras tanto, volemos con las palabras del cantor de “Cumbiera intelectual”.

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¿Cómo fue la aventura de este nuevo disco? Siento que es un álbum donde menos es más; tu voz está mucho más adelante que otros discos y acompañado de pocos elementos.

Totalmente. Fue mucha responsabilidad de Juan Campodónico, productor, amigo, que tuvo la idea de que fuera un disco con pocos elementos, con un enfoque en la voz, pero con un sonido grande, a su vez minimalista. Es una producción muy placentera, donde me sentí realmente muy apañado por Campodónico. Como le decía cariñosamente, el “campo sónico” que maneja Campodónico es muy particular, realmente tiene como un feng shui sonoro muy marcado y la tuvo muy clara. Yo lo único que atiné a decirle fue que estoy a favor de la zona de confort y se rio, pero era mi forma también de decirle que eligiera a piacere los temas. Originalmente, iba a ser un disco absolutamente de versiones de otros autores. Después él insistió con que hubiera algunos propios y por suerte también tuvimos la fortuna de ligar con Natalia Lafourcade cantando “Tú ve” y Silvia Pérez Cruz cantando “Desde que te perdí”, o David Byrne cantando la versión en inglés de “Anoche soñé contigo”.

Las canciones pasan por todos lados, Erasure, Caetano Veloso, Leonard Cohen, Violeta Parra, Lou Reed. ¿Cómo fue quedarte con esa lista final?

Fue muy fácil, yo quería que él estuviera cómodo con la elección de los temas. De hecho, ahora que mencionas a Violeta Parra, estábamos pensando en un momento dárselo a Natalia Lafourcade, porque ella tiene un padre chileno que se fue en el exilio a México, pero ella insistió con que quería cantar una canción mía. Estas canciones son apenas la punta del iceberg de un manojo de temas que me han atravesado. Podría haber sido otros 11 tranquilamente. Tenemos traducciones de la letra y también hay traducciones musicales, porque de pronto hay una versión samba de “Perfect Day” de Lou Reed, una versión candombe de “Suzanne” de Leonard Cohen, o la versión folk de “A little respect”, esas traducciones musicales a mí me gustan mucho porque es una forma también de demostrar que una buena canción siempre es nueva, nunca envejece, que la arquitectura con la que fue construida es irrompible, la puedes transformar en otra estéticamente, pero la estructura está ahí.

Algo que siempre me ha llamado la atención cuando escucho tu música o te escucho hablar es tu voz y lo particular que es. ¿Cómo fue crecer con esa voz? ¿Fuiste un chico de 14 años con esa voz?

Se fue dando entre los 13 y 14 años. Mi madre, que era docente, estaba haciendo una obra de teatro para la escuela y yo iba a esa escuela donde mi madre enseñaba literatura y ella armó una obra de teatro y me dio una frase de García Lorca para decir: “Tabernero, tráigame dos vinos de Málaga’' o algo así y una amiga de ella, cuando me escuchó hablar, dijo: ‘¿Quién es el enano?’, porque todavía era más bajito y ya tenía esa voz de hombre. La verdad es que es una cosa que no me doy cuenta, salvo cuando por ahí estoy en algún lado. A veces me pasa que tomo un taxi en Buenos Aires, me dicen sin mirar: “Te reconocí por la voz, es inconfundible”. Y por ahí, con el barbijo y un gorro y todo me reconocían, es algo que no me doy cuenta. Pero bueno, se agradece.

Y cuando eras ese chico de 14 años, ¿quiénes fueron los primeros héroes musicales o artistas que te volaron la cabeza?

Yo creo que hay como tres bateas que uno puede tener en la cabeza. En la casa. La de la infancia, que tiene mucho que ver con lo que escuchan tus padres o escuchan en tu casa; mi madre escuchaba mucho folk del norte y folclor latinoamericano; entonces, tuve esa suerte también de sentir el norte y el sur de las Américas, desde Joan Báez hasta Violeta Parra, Bob Dylan, The Beatles, Mercedes Sosa, los tangos. Y después está la adolescencia, que obviamente caigo a la Argentina con 11, 12 años y los chicos en los recreos cantaban rock argentino. Mi primer recital fue de Charly García con Serú Girán. Empieza la mezcolanza, escuchar Pink Floyd, The Police, ir descubriendo bandas, el pop universal, Michael Jackson con “Thriller”, Madonna. Eso ya se convierte en la segunda batea, que es la de tu adolescencia. Y después está la tercera, que es otra mezcla; la madurez, donde uno puede escuchar un tema de Sinatra o un bolero viejo o un tango. Yo puedo escuchar algo de lo último y si escucho una idea musical bien producida, ya sea en algún urbano, o a un trapero o un hip hop, puedo apreciarlo si está bien producido y tiene musicalidad, me encanta, se aprende. Escucho a Catriel y digo: “Ah, está muy bien hecho, es un buen músico, en serio”. Por ahí no es algo que uno escuche todos los días, porque estoy acostumbrado generacionalmente a escuchar algo desde mi música, Caetano Veloso, Creedence o algo más vintage. A veces vuelvo a Los Beatles y mis hijos me dicen: “Otra vez Los Beatles”. Igual lo disfrutamos juntos y me encanta.

Siento que este nuevo disco tiene una esencia muy teatral y tus próximas presentaciones en Lima serán en el Gran Teatro Nacional, que, además, tiene una acústica increíble. ¿Qué vamos a ver estos dos días?

Bueno, el formato que estamos presentando en el Tú Ve Tour es muy sencillo. Es un formato trío muy fiel al disco, pocos elementos, pero con un sonido grande. Es un disco que si bien son versiones casi de otros autores, es un disco que habla mucho de esas bateas de las que hablábamos, la infancia primera, que pueden ser temas que están en el disco como la de Violeta Parra o la de Merle Travis. Después está la adolescencia, porque está los temas de Erasure, Talking Heads, después va por el tema de la madurez, un tema de Caetano Veloso, otro de Leonard Cohen. Y después claro, el show en vivo va a tener también canciones de las que la gente conoce de mi repertorio de toda la vida y si me olvido de alguna, me la piden y la cantaré con gusto.

AUTOFICHA:

“También soy un californiano trasplantado a porteño, o sea un ‘argen-gringo’. Un alaskeño que se convirtió en argentino en la adolescencia porque llegué acá con 11, casi 12 años. Después viví brevemente en Montevideo, a mis 13 o 14″.

“Estamos disfrutándolo mucho, Perú va a ser apenas la quinta parada en el tour. Apenas fuimos a Córdoba, Rosario, Santiago de Chile y Mendoza. Luego vamos para Montevideo, así que van a estar disfrutando de la parte incipiente del tour”.

“Siempre menciono que la primera vez que toqué fuera de la Argentina fue en Perú, en Lima y en Arequipa, para mí fue como la primera sensación de que la gente de fuera cante tus canciones, que cante tus letras, sentir que había como un rebote, una devolución”.

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