“No hemos cambiado mucho en Lima desde el siglo XVII”, dice director Luis Peirano

Comedia de la vida. En el auto sacramental 'El gran teatro del mundo', el Autor, personaje central, asigna roles para interpretar una obra: el Rey, el Rico, el Pobre, el Labrador, la Hermosura y la Discreción. Provistos de libertad, serán premiados o condenados por sus actos. No deben perder el rumbo, dice Luis Peirano, director del montaje que se estrena mañana.

¿Qué es lo nuevo que propone esta puesta en escena?Es una tradición montar este texto del siglo XVII. Lo nuevo está en pensar en esta alegoría de Pedro Calderón de la Barca, de que todos estamos representando un papel. Hoy tenemos la oportunidad de pensar lo que somos y lo que no somos.

Y el texto tiene el mensaje de obrar bien. ¿Cómo resuena en el ámbito público actual?Hoy es una demanda colectiva. No hay nadie en este momento que no diga que hay que obrar bien. Ya es hora, ¿no? Parecerá una invocación lírica para algunos, pero es una verdad absoluta.

Sobre todo si se dice en el Centro de Lima, núcleo político.Funciona en todos los campos, para todos los personajes. No solo va para el Pobre, el Rey, sino para el Rico, la Hermosura. Y el Centro es un lugar ideal para la obra.

Otro mensaje es la responsabilidad del poder.Por un lado, la obra tiene crítica social, política y religiosa. Calderón es incluso crítico con la Iglesia. Por otro, lo divertido de esta alegoría es que encandila. Vale la pena entretenerse y pensar. No hemos cambiado mucho en Lima desde el siglo XVII.

Para interpretar al Autor se pensó en Jorge Bergoglio.Pensamos en Orson Welles, un gran narrador, y en Bergoglio, como figura de contemplación, de encanto en su obra. El Autor crea el mundo para que gocen, pero que usen con cuidado su libre albedrío.

¿La obra se actualiza con ideas propias de una Iglesia del siglo XXI?Creo que sí. Ha habido evolución en la doctrina, de apertura a nuevos rumbos. La idea es ser tolerantes y misericordiosos.

La vida actual parece mediada por el espectáculo.Eso es indudable. El gran problema es dejarse llevar por eso.

Y que ocurra lo que le pasa a la Hermosura.Los personajes se preguntan cómo haremos para no perder el paso. El Autor dice 'para eso tendré a mi Ley de Gracia' (otro personaje), que repite "ama a tu prójimo como a ti mismo", "obra bien que Dios es Dios". Algunos no lo escuchan y otros sí.

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