“Miguel Grau es un personaje fuera del mundo, el prototipo universal de la caballerosidad y el honor. Hoy nos hace falta un personaje como él”, declara el abogado (César Campos/Perú21).
“Miguel Grau es un personaje fuera del mundo, el prototipo universal de la caballerosidad y el honor. Hoy nos hace falta un personaje como él”, declara el abogado (César Campos/Perú21).

Su padre falleció en 2015 y hoy cumpliría 89 años de edad. Fue abogado y periodista en La Prensa. Se fue, pero dejó sembrada esa vocación por el periodismo y fue su influencia moral. Pero él precisa que su mayor influencia intelectual es su madre, quien estudió Literatura, luego hizo periodismo y hoy a sus 78 años aún ilumina sus días. es la suma de ambos. Tal vez por eso es abogado y fue parte de la revista Semana Económica por 16 años. Y desde mañana será columnista de Perú21, todos los sábados, donde promete una mirada antropológica de la empresa. Se define como hiperracional y con una enorme curiosidad por todas las cosas, detrás de la verdad. A continuación, vamos por sus razones y su verdad.

En una columna de opinión de 2017 evocas a Miguel Grau y planteas su influjo en los peruanos de este tiempo. ¿Cómo mirarlo y entenderlo ahora?
Quería recordar que el Perú es de chosicanos, Orión, Lava Jato, que es con lo que nos indignamos, pero también hay una dimensión del Perú que es Grau, que es un personaje fuera del mundo, el prototipo universal de la caballerosidad y el honor. Hoy nos hace falta, no tenemos el Grau que, en medio de toda la podredumbre, mire las cosas desde la altura moral y nos ayude a solucionarlas.

¿Y el juez Richard Concepción Carhuancho y el fiscal José Domingo Pérez signo de qué son?
Son personajes controversiales, falibles. Pero son dos magistrados muy profesionales, que se toman su trabajo muy en serio, con gran determinación. Contrastan con una justicia que está podrida, la de Hinostroza Pariachi. Nos devuelven la esperanza en una justicia más profesional, aunque uno no tenga que estar de acuerdo con todo lo que resuelven.

¿Qué nos dice este momento que vivimos: donde conviven Hinostroza y Concepción?
El Perú es los hermanos Gutiérrez y también es Grau. Nos dice que el Perú será lo que nosotros decidamos que sea, que no nos tenemos que conformar con la podredumbre, por más que parezca hegemónica. No soy hegeliano, pero es casi como una dialéctica. Es que somos un país complejo. A veces incomprensible.

¿El tema de fondo no es ético?
Está la ética, pero hay cuestiones políticas, económicas, institucionales. Todo esto nos dice cómo el sistema institucional falla y, por otro lado, trata de no fallar. Está el sistema judicial que está podrido con Chávarry, Hinostroza Pariachi y otros, y el que también logra un Domingo Pérez y Richard Concepción, que además hacen que la reacción del fujimorismo devenga muy torpe. No resiste ningún análisis decir que esto es una persecución política. Eso no ayuda a un debate serio, donde sí creo que se debe discutir sobre cómo es posible que un país se permita tener prisiones preventivas de 36 meses, es una concesión a la ineficiencia del sistema judicial.

“El Derecho es una carrera muy transversal. Y uno no tiene una sola vocación en la vida. Las vocaciones pueden ser sucesivas. Nunca dejaré de ser abogado”, declara Zegarra (César Campos/Perú21).
“El Derecho es una carrera muy transversal. Y uno no tiene una sola vocación en la vida. Las vocaciones pueden ser sucesivas. Nunca dejaré de ser abogado”, declara Zegarra (César Campos/Perú21).

¿Keiko Fujimori y los congresistas de La Botica son villanos en esta historia?
No me gusta hablar de buenos y malos. Pero Keiko creo que tiene una gran inmadurez emocional. Claramente, no tiene los atributos de liderazgo para dirigir no solo el país sino su partido. No tiene grandes luces. Su mérito es la laboriosidad para sacar un partido. Yo creía que ella quería construir un fujimorismo democrático hasta su derrota en 2016, tras lo cual uno ve un proceso de envilecimiento en ella. En los últimos dos años y pico, lo único que hicieron fue seguir una agenda personalista, obstruccionista.

¿Y el futuro del fujimorismo?
Es difícil saberlo. Es un grupo personalista. Con ella presa, difícil que se mantenga la cohesión. ¿Qué los une? No tienen ideología. No tienen agenda, como ellos han admitido. Más bien, resulta preocupante pensar qué va a pasar con ese vacío de poder, porque de alguna manera el fujimorismo contenía a este Perú informal. No sabemos quién puede ocupar ese vacío, en un mundo con Trump y Bolsonaro.

Vayamos al pasado de Gonzalo Zegarra. ¿Ser abogado fue una vocación o una excusa para entrar a otros mundos, como el periodismo?
Tengo una vocación humanista, pero no soy un abogado de mentiras. Yo estudié Derecho para ser abogado y humanista. Ejercí como abogado de empresas, pero también tenía la inquietud por el Perú y la cosa pública. Además, soy casi patológicamente tímido y el periodismo fue una forma de poder decir las cosas que tenía que decir sin tener que hacer el esfuerzo de acercarme a las personas. Otro factor es que mis padres han sido periodistas y también está la búsqueda de la verdad.

¿Cómo se traduce esa vocación humanista?
Tengo una curiosidad intelectual insaciable, descubrir cosas nuevas. Lo que más leo es divulgación científica. También me encanta la arquitectura, la psiquiatría, neurología, psicología. Además, me interesa la empresa como fenómeno antropológico. La empresa siempre se estudia económicamente, pero también hay que revisar qué lleva al hombre a organizarse para un fin económico y cómo son las relaciones de poder y afectivas.

¿Te sientes más abogado o periodista?
El Derecho es una carrera muy transversal. Y uno no tiene una sola vocación en la vida. Las vocaciones pueden ser sucesivas. Nunca dejaré de ser abogado. Y ahora que no seré director de una revista, seré periodista en mi cerebro y corazón.

¿Qué más quieres ser?
Estudiaría Arquitectura, Neurociencia, Historia del Arte.

"Tengo una vocación humanista, pero no soy un abogado de mentiras. Yo estudié Derecho para ser abogado y humanista", declara Gonzalo Zegarra, nuevo columnista de Perú21 (César Campos/Perú21).
"Tengo una vocación humanista, pero no soy un abogado de mentiras. Yo estudié Derecho para ser abogado y humanista", declara Gonzalo Zegarra, nuevo columnista de Perú21 (César Campos/Perú21).

Volvamos a Grau. ¿Que te gustaría preguntarle?
¿Cómo hacemos? (risas). ¿Y ahora qué?

Ahí noto preguntas con doble fondo: ¿cómo hacemos como Perú?, pero también: ¿qué hará Gonzalo Zegarra ahora que dejó Semana Económica tras 16 años?
(Risas). Aún no defino por cuál camino me embarco. Busco algo donde pueda aportar valor.

Datos:
- “Nací en Miraflores, en 1975. Soy el menor de seis hermanos. Mi padre fue abogado y periodista de La Prensa de Beltrán. Pero mi mayor influencia intelectual fue mi madre, quien estudió Literatura y luego hizo periodismo. Yo quería ser todo menos abogado, aunque sobre todo quería ser arqueólogo”.

- “He escrito algunos cuentos, pero he publicado uno. Aunque en los últimos años he escrito más poesía. De la poesía me interesa la precisión del lenguaje emocional. Una metáfora poética puede expresar lo que no es posible racionalizar, engloba el adentro y el afuera”.

- “Estudié Derecho en la PUCP, luego hice una maestría en Yale, con cierta inclinación a la Economía y la Filosofía. En la revista Semana Económica he estado 16 años. Ahora estoy en Indecopi en la Comisión de Barreras Burocráticas, que es fascinante porque tiene que ver con ponerle coto al abuso de poder”.