Fabiola de la Cuba: “La música ha sido mi soporte, mi cura, el alivio a todos mis dolores”
Fabiola de la Cuba: “La música ha sido mi soporte, mi cura, el alivio a todos mis dolores”

Por el , vuelve a los escenarios con el espectáculo El Altar del Sol, que promete cautivar a todos con las diversas danzas de la costa, sierra y selva. Este impresionante show, cuyas entradas pueden comprarse en Teleticket, se realizará los días 12 y 13 de mayo en el Teatro Segura. En esta entrevista, Fabiola cuenta cómo dejó la arquitectura y se decidió a ser cantante.

Hace más de 30 años comenzó a cantar. ¿Cómo eligió este camino?

Así es. Tengo 35 años de vida artística. Soy sobrina nieta de Lucho de la Cuba, un pianista reconocido y compositor de muchos valses. Mi familia sí ha sido muy musical, en la sangre están los genes musicales, pero no es que se haya vivido entre jarana. Desde niña cantaba con mi mamá y sus hermanas. A ellas también les hago un homenaje a través de un carnaval de Abancay. Yo era tímida, pero me gustaba ensayar; la música siempre ha estado en mí, en mi corazón, mi alma.

¿Cómo cambió la arquitectura por la música?

Estudié Arquitectura, me encanta, pero cuando tomé un contacto más serio con la música, me atreví a decir sí quiero ser cantante porque hace vibrar mi espíritu a otro nivel. Ahí tomé la decisión de dedicar mi vida a esto y dije, pase lo que pase, voy a navegar en estas aguas. Mi consejo es que se atrevan a ser felices con lo que aman porque eso es lo que te permite respirar y vivir.

Vivió en Brasil un tiempo...

Yo terminé mi carrera a los 21, ejercí y me fui a hacer una maestría a Río de Janeiro, Brasil. Me ofrecieron un trabajo súper importante, con los arquitectos que habían construido Brasilia, pero me metí a cursos de música y seguí por otro camino. Me quedé viviendo ahí, nació mi hija. Siento que no he dejado la arquitectura porque está en los shows. Todo lo que proyecto siempre lo visualizo arquitectónicamente.

Presenta El Altar del Sol. Cuéntenos acerca de la obra.

Me he demorado unos seis meses en hacer este show. Me acompaña un elenco de más de 300 artistas y Julio Zavala está a cargo de 60 voces en los coros. Está inspirado en las fiestas patronales. Más allá de que seas creyente o no, estos actos de fe unen a los peruanos. Se presenta el 12 y 13 en el teatro Segura, que es una joya arquitectónica bellísima, y que ha estado cerrado desde hace 11 años. Nosotros lo reinauguraremos. Hemos construido un anda preciosa con cuatro figuras representativas del Perú. Es un homenaje al Día de la Madre y a la vida. Es el espectáculo más completo que hemos hecho. Tengo el lujo de contar con la asesora de danzas, Luz Gutiérrez Privat.

Parte de la taquilla irá a una obra benéfica...

Sí, soy embajadora de Vidawasi, una hermosísima obra en favor de la salud de nuestros adolescentes y niños. Es un centro de salud ubicado en el Cusco.

Sufrió de depresión. ¿Cómo superó la enfermedad?

He sufrido de depresión muchos años sin saber qué tenía. Me crié en Chaclacayo y pensaba que los cerros me daban melancolía. Vivía en una familia constituida y feliz, así que no entendía por qué sentía tristeza, creía que por ser la única hija mujer vivía en soledad. Luego, me di cuenta de que era depresión, una enfermedad que empieza a hacerte mucho daño. Felizmente, tengo un primo que es psiquiatra y me dio una medicación que me ayudó muchísimo. Evidentemente, la música ha sido mi soporte, mi cura, el alivio a todos mis dolores.

Usted es amante de los animales, ¿ellos la ayudaron también a salir de la depresión?

Sí, tengo 45 gatitos y dos perros. Todos han llegado de diferentes formas. Algunos tocan la puerta y preguntan si aquí es la casa de los gatos. Mi hija me dice que hay tantos que ya se perdió la cuenta. Evidentemente, mantenerlos es muy caro y me cuesta un esfuerzo inmenso. Hay gente que dice “ay, pero tú eres artista”, pero los artistas vivimos de manera muy complicada tambien.

¿Los pone en adopción?

A veces me preguntan si los voy a regalar, pero uno no regala a sus hijos. Cuando viajo a mis presentaciones, también he traído gatitos, mis perros son de la selva. Hay mucho animal en abandono, maltratados. Tengo una hipersensibilidad hacia los animales. No soporto verlos solos en la calle, me parecen criaturas recién nacidas. ¿Qué hacen?, ¿cómo se las buscan?, es difícil. Aquí los tengo súper bien, pero me cuesta mucho sacrificio, no solo económico. El veterinario viene diariamente a la casa, los sobreprotejo. Son mi debilidad.

¿Qué cree que nos falta a los peruanos?

Definitivamente, empatía, que es una palabra que está de moda, pero que es urgente que la pongan de moda en su alma. Por ejemplo, yo manejo más de 300 artistas, pero soy incapaz de no ver por su asistencia en los ensayos. Ese sentir que el otro vale tanto como tu propia familia, ¿por qué uno va a valer más? Debes ponerte en el pellejo del otro, es importante. De ahí nace la justicia. Si fuera así, no viviríamos los problemas actuales ni de desigualdad ni de conflictos sociales, políticos, crisis económica, porque esa nace de la desigualdad espantosa de oportunidades. Si realmente queremos lograr un país que viva en paz, debe ser un país igualitario, con los mismos derechos y posibilidades. Eso sería un punto de partida.

También ha incursionado en la enseñanza...

Actualmente manejo Munay, una escuela de canto y danza. Pronto realizaremos una gira por diferentes regiones del Perú y también iremos a EE.UU.

AUTOFICHA

“Mi nombre es Fabiola María de la Cuba Carrera y nací en Chaclacayo, el 19 de febrero de 1966. Pasé mi niñez en este pueblo precioso. Estudié Arquitectura en la Unifé y me mudé un tiempo a Brasil para seguir una maestría. Ahí viví un tiempo y nació mi única hija, Noemí”.

“En 2002 hice mi primer megaespectáculo ‘De suspiro y barro, puro Perú’, un homenaje a autoras y compositoras. Esto me inspiró a trabajar de una manera distinta, investigando y creando a cada minuto. Desde entonces, no he parado de hacer este tipo de propuestas”.

“Me volví vegetariana por amor a los animales. En total, tengo 45 gatos, dos perros y sueño con tener un santuario en un corto plazo. Actualmente, manejo la escuela de canto y danza que se llama Munay; es un centro inclusivo que promueve los valores humanos, principalmente”.




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