Emilia Drago en las grabaciones de la nueva telenovela ‘Pituca sin lucas’. (Foto: Javier Zapata).
Emilia Drago en las grabaciones de la nueva telenovela ‘Pituca sin lucas’. (Foto: Javier Zapata).

La madre. Trabajó en ventas, en tiendas por departamentos, ama de casa, agente de viajes, casi hizo de todo. , la menor de cinco hermanos, la acompañaba siempre. “La admiro por lo trabajadora que es y por su capacidad de dar amor a los cinco por igual”, me dice. No se parecen tanto físicamente, pero el carisma y simpatía las distingue.

Las hijas. Tienen seis y casi cuatro años. Las lleva al colegio, las recoge. Trata de pasar el mayor tiempo de calidad posible con ellas. La acompañan a su trabajo. Se divierten viendo grabar a Emilia, se aprenden la historia de la novela de turno.

Emilia. Empezó en la actuación a los 15 años, hace exactamente dos décadas. Asu mare fue un antes y un después. Y hoy, es la protagonista de la telenovela Pituca sin lucas, que esta semana se estrenó vía Latina. Va de lunes a viernes, después de El Gran Chef Famosos.

Le tomamos la fotografía entre escena y escena, mientras continúa las grabaciones de la novela. Conversamos por teléfono, camino a su casa. Tiene una hora para ir, ver a sus hijas, volver al set de televisión y darme esta entrevista.

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¿Cómo conviven en ti la madre y la actriz?

Estoy arreglándomelas un poco, como todas las mamás que chambeamos y hacemos malabares para igual estar presentes con nuestros hijos. Felizmente, siempre estoy con ellas.

Vamos a Pituca sin lucas. ¿Cómo va?

Me siento muy feliz. Sigue siendo un gran reto para mí porque seguimos grabando. El personaje que me ha tocado es complejo, con muchos matices, con muchas cosas que le pasan. Siento mucho agradecimiento por tener trabajo.

¿Alguna vez te sentiste pituca?

Nunca me he sentido pituca, porque el concepto de pituca es como una mezcla entre alguien que tiene mucho dinero y, a la vez, vive como en una burbuja, ajena a la realidad de su entorno. En ese sentido, nunca me he sentido ni una ni otra. Ni he tenido mucho dinero ni tampoco he sido ajena… Entonces, no considero que Emilia sea pituca. Pero sí conozco la realidad que vive mi personaje en Pituca sin lucas.

¿Te han tratado como pituca?

Creo que sí. Pucha, cuando te ven con los ojos claritos y si eres blanquita y no sé qué, inmediatamente te posicionan en ese paquete. Pero más que pituca, como una persona soberbia, que mira a los demás por encima del hombro. Me ha pasado varias veces.

Podrías ser la única pituca que baila en la Fiesta de la Candelaria en Puno.

(Risas). Soy la única pituca macha caporal que bailó en la Candelaria. Me da risa… Considero que nuestro país es tan diverso, porque hay de todo y somos de todos los colores, de todos los sabores y todas las razas, y todos somos tan peruanos… La última vez que estuve este año en la Fiesta de la Candelaria sentí un amor tan genuino de parte de toda la gente de Puno y de todos los peruanos que estábamos ahí, una aceptación tan hermosa… Y eso es lo que tiene que suceder en el Perú, que todos nos aceptemos y nos queramos porque, finalmente, todos tenemos las mismas raíces.

¿Piensas explorar más ese lado del folclore?

Lo único que tengo paralelo siempre es mi lado artístico folclórico. Me gustaría hacer más programas culturales, como lo que hice en la Candelaria. Poder hacer un show folclórico también para llevar cultura viva.

Ahora, varios de tus papeles, capaz la mayoría, han sido de chicas adineradas, aunque bondadosas e, incluso, inocentes.

Las veces que me ha tocado interpretar a alguien pituca siempre ha sido alguien con un corazón y una bondad muy grande, nunca me ha tocado interpretar a una pituca frívola. Creo que siempre he interpretado a pitucas, o personas de clase alta, como muy humanas, muy en la tierra, muy preocupadas por los demás. Y eso también me gusta de este personaje (de Pituca sin lucas).

¿Eres bondadosa e inocente?

Considero que sí soy un poco inocente. En todo caso, he sido (ríe). Soy bondadosa cuando es necesario, pero también creo soy una mujer bastante fuerte, muy observadora, me gusta estar preocupada por mí y por lo que pasa con el resto. Pero digamos que la experiencia de vida te da otros matices a tu misma personalidad.

¿Luego de ser mamá eres otra?

Yo creo que sí. Ser mamá me cambió la vida por completo, porque me abrió un espacio para conocer un amor que nunca había conocido, un amor incondicional, una responsabilidad que es por siempre. Y está la alegría que mis hijas me traen. Tu vida no vuelve a ser como antes. Mi vida es mejor desde que nacieron mis hijas.

¿Ser mamá te ha vuelto más renegona o más paciente?

Las dos cosas. Se trabaja mucho la paciencia, pero también regaño más que antes. Tienes que estar corrigiendo y educando.

Y hay que ponerse de acuerdo con el papá.

Sí, claro. Diego (Lombardi) y yo nos llevamos bastante bien; en ese sentido, hemos logrado hacer un buen equipo. Aunque igual en las parejas uno tiene unas costumbres y el otro, otras costumbres; y cuando hay hijos, siempre hay pequeñas fricciones que, al final, tienes que acomodar para que nazcan nuevas costumbres como familia.

¿Cuándo sale la Emilia mala?

Cuando me mienten, cuando veo alguna injusticia; cuando veo que a alguien que amo le están haciendo daño, puedo ser muy fuerte. Puedo ser muy buena y todo, pero sí tengo un gran carácter.

¿Qué le dirías a tus hijas del futuro, las que cumplirán 18 años y quizás lean esta entrevista?

Que tienen que prepararse siempre para la vida, para respetar a los demás y para hacerse respetar ellas mismas, y vivir una vida feliz desde el lado del respeto.

¿Cuando en casa dijiste que serías actriz hubo acuerdo?

Llegó una oportunidad a mi vida cuando yo tenía 15 años, que fue la primera vez que hice una novela. Hubo un poco de conflicto, pero no por el hecho de ser actriz como tal sino más por el hecho de que yo estaba en el colegio y era meterme a un mundo de grandes. Y lo entiendo por completo: si viene mi hija y me dice que quiere ser actriz a sus siete años, le diría que no (ríe).

Con padre y madre actores, es altamente probable que tus hijas sigan sus pasos.

Seguro…

¿Tener un tercer hijo o hija es una posibilidad?

No es una posibilidad en este momento de mi vida. Por más que digas qué lindo sería. Es mucho tiempo, mucho dinero, mucha responsabilidad emocional. Yo no sé cómo hacía mi mamá con cinco; yo con dos me vuelvo loca (ríe).

AUTOFICHA:

-“Soy Emilia Drago Espinosa. Jugué fútbol cuando estaba en el colegio, pero nunca lo pensé de forma profesional (como su padre ‘Titín’ Drago). Cuando yo era más chica no había tantas jugadoras de fútbol como ahora, o al menos yo no me acuerdo”.

-“Para mí el fútbol era hombres, porque en mi casa solo los hombres iban al fútbol. Acabé el colegio y estudié Comunicación Audiovisual en la Universidad Católica. Y paralelamente, he llevado muchos talleres de actuación. Tengo 35 años”.

-“Habacilar fue uno de mis primeros trabajos y me abrió muchas puertas; incluso, me abrió puertas en la misma actuación, porque hice varias cosas para el canal. La novela Corazón de fuego me abrió puertas y Esta obra es un desastre también me marcó”.


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