Denisse Dibós, actriz, gestora cultural y directora teatral. (Foto: José Rojas).
Denisse Dibós, actriz, gestora cultural y directora teatral. (Foto: José Rojas).

Denisse Dibós ha vencido a la muerte. No una vez, sino varias. No solamente por un cáncer que enfrentó, sino desde sus precoces seis años, cuando vio partir a su padre, el exalcalde de Lima Eduardo Dibós. O cuando perdió a su hermana, episodio que fue como si le amputaran un brazo. Su escudo frente a la muerte ha sido el arte, la garra para creer y crear, y Paloma, su hija de 9 años.

Partió a EE.UU. para estudiar Música y Dirección Musical. Volvió para enseñar en el colegio donde estudió. Pero la menor de 10 hermanos quería hacer algo más grande por el Perú. Así creó, hace 22 años, Preludio, la asociación cultural con la que ha montado obras como Madres El musical, Todos vuelven y Cabaret.

No solo es empresaria, gestora cultural, productora y directora. También es actriz y ahora vuelve a la pantalla chica con Te volveré a encontrar, telenovela que se estrena el lunes 20 de abril por América Televisión. Pero subraya que lo suyo es gestar sus propias producciones. “Necesito que comiencen a organizarse solos, busquen sus herramientas”, aconseja a sus alumnos. Asegura que las más de dos décadas de Preludio han sido un constante trabajo de hormiga. “No hay un solo año sin obstáculos. Cada año te sale con alguna sorpresa”, sentencia, pero en su voz también habita la certeza de que pronto todo estará bien.

Fuiste madre a los 43 años, como volver a empezar.

Orgullosa madre a los 43. Mucha gente me decía: “Uy, Denisse, es un poco tarde, ¿por qué a esta edad?”. La vida se me había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Sentía que tenía 20 hijos, que eran cada una de mis producciones, cada una fue un parto (sonríe). El tiempo se pasa y una no se da cuenta. Imagínate las reuniones familiares: mis hermanos casados y con hijos, en un promedio de tres por cabeza…

Ya serías tía abuela.

¡Obvio! Totalmente. Pero nunca dije que iba a posponer la maternidad por algún motivo, simplemente no se dio. Yo sí quería ser madre. Pero no quería serlo sola, sino con alguien, con una pareja. Conocí al padre de mi hija y fuimos muy responsables: acudimos al doctor para ver si todo estaba bien. Mis nueve meses de embarazo fueron los más felices e importantes de mi vida. Meses en los cuales todo cambió. Fue esta sensación de que alguien para siempre llevará el timón de tu vida. Cambié muchas cosas, y una de ellas fue darles el peso real a los problemas, poner todo en una perspectiva más realista y menos soñadora, fantasiosa o dramática. Porque soy una persona dramática, soy intensa, hago mil cosas a la vez. Pero, de pronto, con esta criatura en mi vientre puse las prioridades de una manera más clara.

¿Cómo fue el día que nació?

Yo estaba china de risa. Fue increíble. No pude dormir porque en mi habitación había una pantalla donde veía a Paloma en la cunita de bebés.

Pese a ser madre a los 43, hoy con 52 años, no aparentas tu edad.

Tengo buena energía.

¿De qué edad te sientes?

Siento que para adentro soy joven y siento que seré así siempre, Dios quiera. Yo sigo con mi trabajo, pese a pasar por un cáncer, que hace dos años lo detectaron.

Con una hija en la edad de crecimiento debe haber sido más complicado.

Tengo una hermana que falleció de cáncer a la mama hace 15 años. Y tengo otra hermana que hace cuatro años también le dio cáncer a la mama y sobrevivió. A mí me lo detectaron súper temprano. Yo tenía dos tumores. En mi familia nos hicimos un examen y salió que no es genético, sino por temas hormonales. Para prevenir que regrese el cáncer, tomo una pastilla desde hace dos años y no es nada agradable. Te da dolores de cuerpo, insomnio, irritabilidad, dolores bien fuertes de las articulaciones. Pero soy muy agradecida de estar viva. A veces no aguanto los dolores, me quejo, lloro y digo: “¡Ya, qué suerte tienes de estar viva!”.

¿El diagnóstico del cáncer fue otro freno en tu vida, como cuando supiste que serías mamá?

Fue muy duro porque efectivamente ya tenía a mi hija. Pensaba en cómo decirle sin que se angustie, pero tampoco quería mentirle. Lo conversé con ella dándole el ejemplo de mi hermana que sobrevivió. En esa época yo trabajaba en la grabación de Te volveré a encontrar, grabábamos de 7 de la mañana a 7 de la noche. De ahí me iba a mi radioterapia e iba con mi hija para no dejarla más tiempo sin mí. Le enseñé la máquina y le conté que esa máquina estaba curando a mami. Y ella abrazaba a la máquina y le daba besitos, y le pedía que me cure. Me siento muy agradecida de estar viva. Me quedan ocho años de la terapia oral, pero que venga como tenga que venir. Hay que tener mente positiva.

Conoces muy de cerca a la muerte. ¿Le tienes miedo?

En mi familia ha tocado las puertas varias veces. Mi papá falleció cuando yo tenía 6 años. Y lo fuerte fue la muerte de mi hermana. Un sobrino mío también tuvo un accidente a los 14 años y no sobrevivió, luego mi hermano Eduardo que murió hace cuatro años. La muerte nos ha golpeado duro. Pero no le tengo miedo. También la he visto con mi mamá, quien se fue después de una vida plena y de ser heroína viuda a los 45 años con 10 hijos. Ella se fue a los 89, hace dos años. Paloma le dijo: “Mamama, no sé adónde vayas, pero donde sea que tú vayas, yo estaré aquí y tú estarás aquí, en mi corazón”.

¿Ser madre es una realización de toda mujer?

Antes de ser madre decía: “No creo que tenga que ser madre para sentirme realizada”. Cuando era más joven, la felicidad siempre estaba en otro lugar o en el mañana. No la sentía aquí y ahora. Pero actualmente no es así. Miro al sol y digo: estamos vivos, estamos conversando. Hoy pienso y siento las cosas de distinta manera. A mi hija le digo: hay que agradecer que estamos vivos, que tienes una madre y padre que te adoran.

¿Madres El musical (cuyas funciones han quedado suspendidas por el COVID-19) trata de rescatar esa valoración?

Sí. Son cuatro personajes distintos que abordan la maternidad de una manera distinta. Se viven todos los matices de las emociones y los dramas de ser madre, como la culpa, que a muchas mujeres nos carcome y que nos han metido desde chicas. Y la obra no es una moraleja, sino que te cuenta a través de sus personajes las penas y alegrías. No es una obra solo para madres que han gestado, sino para las personas que crían hijos ajenos.

¿Perder a tu padre desde chica te marcó?

Lo sentí más en mis años posteriores a la infancia. Me refugié mucho en el escenario, en el ballet, en la música.

¿Qué te hace fuerte?

Soy luchadora y eso lo tengo por mis padres. Todos los que conocieron a mi papá me dijeron que él tenía punche y garra para el trabajo, que nada lo paraba, y que era muy sensible. Murió siendo alcalde. Y yo también siento que quiero hacer algo por el Perú. Preludio es mi trinchera a través de la cual yo hago patria, donde trabajo con el sueño de que las personas seamos más inclusivas, más abiertas, más sensibles y aprendamos a reflexionar.

AUTOFICHA:

- “Soy María Denisse Dibós Silva. Casi todas mis hermanas somos Marías. Mi abuelo era de Cajamarca. Tengo 52 años, nací en Lima. Estudié en el colegio Santa Úrsula y me fui a Estados Unidos a estudiar Música y Dirección Musical, tanto en bachillerato como en maestría”.

- “Con Preludio debo haber hecho más de 30 obras. Normalmente, ocupa el 80% de mi tiempo. De la televisión, creo que Al fondo hay sitio ha sido algo que caló mucho en la gente, por Anita Miller, pituquísima. Aunque yo no me siento de la pitucada limeña”.

- “Además de las producciones con Preludio, hemos implementado la escuela. También he estado como jurado en Divas de Esto es guerra, que son cosas que van saliendo espontáneamente. En la telenovela Te volveré a encontrar soy madre de unos chicos, un protagónico bien bonito”.