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Charlie Watts, la elegante batería de los Rolling Stones
Muere el baterista de los Rolling Stones Charlie Watts
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El batería de los Rolling Stones, Charlie Watts, murió el martes en Londres a los 80 años.
“Charlie era un amado esposo, padre y abuelo y también, como miembro de los Rolling Stones, uno de los más grandes bateristas de su generación”, anunció su agente Bernard Doherty. Por su parte, el cantante británico Elton John escribió: “Un día muy triste. Charlie Watts fue el mejor batería. El más elegante de los hombres y una compañía genial”.
En 2004, Watts fue tratado en el Hospital Royal Marsden de Londres de un cáncer de garganta, del que se recuperó tras una batalla de cuatro meses contra la enfermedad, incluidas seis semanas de radioterapia intensiva.
BATERISTA RESPETADO
Charlie Watts que cumplió 80 años en junio, llevaba en los Stones desde 1963. Junto con el cantante Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards, Charlie Watts era uno de los miembros más antiguos de la famosa banda de rock, en la que también han participado Mick Taylor, Ronnie Wood y Bill Wyman.
Junto a su talento con la batería, era reconocido como uno de los miembros más serenos de la banda.
Durante todos estos años mantuvo un perfil tranquilo y familiar, aunque también se cuentan episodios donde llegó a perder la paciencia, como cuando le dio un certero puñetazo a Mick Jagger durante una madrugada de 1984 por llamarlo “mi baterista”.
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Tampoco se salvó de las adicciones. En los años 80 era conocido su acercamiento con la bebida, anfetaminas y heroína. Sería el amor por su familia y el temor a perderla la que le hizo recapacitar y desintoxicarse.
AMANTE DEL JAZZ
Watts nació en Londres en 1941 y comenzó a tocar la batería en clubes de la capital británica a inicios de la década de 1960, antes de unir fuerzas con los stones en enero de 1963.
La banda, que al comienzo tuvo éxito interpretando covers en Gran Bretaña y Estados Unidos, alcanzó fama global con éxitos compuestos por Jagger y Richards como “(I Can’t Get No) Satisfaction”, “Get Off of My Cloud” y “Paint It, Black”, y con el álbum “Aftermath”.
Silencioso y vestido elegantemente, Watts solía ser calificado junto con Keith Moon, Ginger Baker y otros pocos artistas como uno de los bateristas de rock más importantes. Fue respetado a nivel mundial por su estilo poderoso y alegre, mientras la banda evolucionaba de sus orígenes desaliñados hasta convertirse en super astros internacionales.
Los Stones comenzaron, de acuerdo con Watts, “como tipos blancos de Inglaterra tocando música estadounidense negra”, pero rápidamente evolucionaron hasta tener su propio sonido distintivo. Watts era baterista de jazz en sus primeros años y nunca perdió su amor por esa música, encabezando su propia banda de jazz y haciendo numerosos proyectos alternos.
“La diferencia entre tocar jazz en clubes y tocar rock and roll con los Rolling Stones era el volumen”, dijo en una entrevista con The New Yorker.
Asimismo, no solo se ocupó de la percusión, sino que como diseñador gráfico se ocupó también de crear elementos relacionados con el grupo, como varias portadas (o la contraportada viñeteada de “Between the Buttons”) e ideó los escenarios de muchas de sus giras.
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Una canción clásica de los Stones como “Brown Sugar” y “Start Me Up” solía comenzar con un acorde duro de guitarra de Richards, con Watts siguiéndolo de cerca y Wyman, como solía decir el bajista, “aplastando el sonido”. La velocidad de Watts y poder así su compás quedaron en manifiesto en el documental de concierto, “Shine a Light” cuando el director Martin Scorsese filmó “Jumpin’ Jack Flash” desde donde tocaba hacia el fondo del escenario.
Con información de AP, EFE Y Reuters
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