Carlos Carlín protagoniza la película Papá YouTuber. (Foto: Mario Zapata)
Carlos Carlín protagoniza la película Papá YouTuber. (Foto: Mario Zapata)

Tiene 47 años de edad, pero a veces se siente de 8 y otras de 79. Se llama , aunque lo llamamos por su primer apellido, que se ha convertido en una suerte de sello artístico detrás del cual hay unos 30 años dedicados a la actuación, sobre todo desde la comedia, donde él afirma sentirse más cómodo. 

Precisamente, Carlín es parte del filme Papá YouTuber, una comedia dirigida por Fernando Villarán y que acaba de terminar de rodarse. 

Cuando no tiene teatro ni está conduciendo Wantan Night, se refugia en la playa, donde duerme, lee y ve documentales históricos. Pero vuelve a la ciudad para darnos esta entrevista. Hablan el niño y el adulto.

Carlos Carlín
Carlos Carlín

¿Cómo te va con la tecnología, con las redes sociales?
Soy muy torpe. Este vínculo con demasiadas personas es bastante complicado. Tengo Facebook, pero no lo uso porque no me resulta nada amigable. Pero uso Instagram. Además, ya no se usa tanto Facebook. Creo que los más jóvenes, que son quienes marcan la tendencia, prefieren Instagram.

¿Eres de espíritu joven?
Tengo la cabeza de chibolo, pero soy muy consciente de mi edad y no me asusta cumplir más años. Aunque soy más escéptico.

¿Hacia qué?
La política. Lo que me indigna es cuando las cosas son demasiado evidentes y no reaccionamos ante eso. También que haya gente crédula a los discursos de algunos líderes, cuando evidentemente se están burlando de nosotros.

¿Con qué reniegas más?
El tráfico. Cuando hay mucha gente junta me desquicia. Y la bulla.

¿Y qué te hace sentir bien?
El mar. Pero sé nadar poco.

¿La actuación cómo llegó?
Muy natural. Desde muy chico, nos llevaban a ver todo tipo de espectáculos. Mi hermano mayor es dibujante, mi hermana es bailadora y profesora de flamenco. Yo vi el escenario y gente actuando, y dije esto quiero hacer de todas maneras.

¿Por qué?
No sé. Pero vi una obra en el año 85, en el colegio Los Reyes Rojos, dirigida por Roberto Ángeles, curiosamente años después fue mi maestro. Se llamaba Marité, que hablaba sobre la Lima de los sesenta, de Fidel Castro, el Perú, y eso me volvió loco. Tenía 14 años.

¿En qué momento pasas de ser público a estar en el escenario?
Empecé a ir a los ensayos de esa obra porque, por mi familia, conocía a algunos de los actores. Y me invitaron a ser parte de un siguiente montaje. Llegué a mi casa y dije que iba a estar en la obra, pero mis padres no lo aceptaron, sino hasta que tenga 18 años y que yo tenía que pagármelo. Así trabajé para poder estudiar.

Carlos Carlín
Carlos Carlín

En Papá YouTuber conformas una familia disfuncional. ¿Crees que está bien calificar así a las familias que no siguen lo tradicional?
Creo que la mayoría somos las familias disfuncionales. Sin embargo, muchas veces una familia disfuncional funciona mejor que una aparentemente funcional, la que Dios manda. Mi papá falleció cuando yo tenía 13 años y quizá entramos en lo disfuncional.

¿Cuánto te afectó su partida?
Yo había procurado ser muy fuerte dentro del periodo de duelo, pero estallé. Mucha gente me dice que me parezco mucho a él. Si dicen que tengo alguna simpatía, es por él.

¿Cómo era su relación?
Muy bacán. Pero estuvo enfermo un periodo y no recuerdo muchas cosas. Jugábamos y hablábamos bastante de cosas fantásticas. Hasta ahora recuerdo que me prometió hacerme una armadura de romano y nunca la hizo.

¿Papá YouTuber es tu primer rol protagónico?
Sí y no sé por qué. Siempre he tenido las antenas puestas en qué cosas quiero hacer y qué no.

Nunca te desesperaste por llegar rápido al rol protagónico.
No, porque tengo varios años en esto. He pasado por todo. He conseguido cosas importantes y hay que saber esperar. No tengo por qué ir chapando cosas, porque puedes coger mamarrachos que te quedan pegados en el cuerpo por el resto de tu vida. Ya lo hice una vez en la TV abierta con La noche es mía.

Wantan Night fue como una reivindicación.
Es una suerte de paraíso. Es como pasar de las 7 de la noche en la Av. Abancay o en la Panamericana al mar Caribe.

Patacláun fue de esas experiencias que marcan a sus actores. ¿Fue tu caso?
Nunca he sentido que el personaje me amarró. Si bien hasta ahora me dicen Tony, siempre me han dicho Carlín, que suena más payaso que Tony.

¿Sería una buena idea un retorno de Patacláun aunque sea para el cine?
No, ni muerto. Es horrible, porque pasan los años y da un poco de pena. Nos hemos vestido para Asu mare, pero te tienen que maquillar con un soplete para que la cara te quede como hace 20 años. No es necesario pasar por ese tipo de humillaciones.

Pero a veces las ofertas son tentadoras, ¿no?
Por eso hay que tener lucidez y caja para seguir dignos en esta vida, porque si no, te proponen el circo de Tony y me ves a los 70 años haciendo de Tony.

¿Y te lo han propuesto?
Gracias a Dios no. Siempre hay que ahorrar un poquito para pasar tu vejez con dignidad. No me veo a los 70 años diciendo “cosita rica”.

¿El humorismo te define?
Me gusta lo de humorista, me gusta comediante. Me siento muy cómodo por ahí, porque creo que podría englobar todo. Mi trabajo como conductor de TV también implica comedia.

¿Si pudieras volver a conversar con tu padre le pedirías que por fin te construya la armadura de romano?
Yo creo que me la ha construido, sino no hubiera podido resistir mucho en este medio. Y probablemente la sigue aceitando.

Carlos Carlín
Carlos Carlín

AUTOFICHA:

“Soy Carlos Alberto Carlín Salazar. Nací en Miraflores y he vivido en Barranco toda mi vida. Mis primeras obras teatrales fueron con Carlos Gassols. Y la primera obra profesional fue Metamorphosis de Kafka, dirigida por Roberto Ángeles. En la TV, mi debut actoral fue con Los de arriba y los de abajo”.

“He hecho cinco novelas. También Patacláun, Carita de atún, programas de conducción, ‘El dedo medio’ (que era una secuencia), El cuarto de Juan. En películas, hice Una sombra al frente, de Augusto Tamayo, A los 40, las tres Asu mare, Locos de amor, entre otras”.

“Quiero hacer dibujos animados, crear la historia. Estudié Comunicación Audiovisual en el IPP, pero me hubiera gustado tener una formación universitaria, ser historiador. De niño jugaba a ser abogado, que tiene algo de histrión también. El abogado y el actor tienen que defender a su personaje sea quien sea”.