Aníbal Seminario y Lorenzo Ferrero son fundadores de Afro-Peruvian Jazz Orchestra.
Aníbal Seminario y Lorenzo Ferrero son fundadores de Afro-Peruvian Jazz Orchestra.

En los intermedios con Beethoven, conversaban de , tal vez ensayaban el futuro. Tenían 15 años y eran parte de la Orquesta Sinfónica Infantil en Lima. Lorenzo provenía de una familia de abogados y se alistaba, sin saberlo, para ser el único músico. Aníbal tampoco tuvo una imagen fija que seguir, pero también con 15 años fue escribiendo su propio camino. “La pasión por la música nos unió. Las estrellas se han alineado”, coinciden.

Han pasado 15 años. Viven en Los Ángeles y semanas atrás Lorenzo Ferrero recibió un a Mejor Arreglo por la versión de “La flor de la canela”, interpretado con Afro-Peruvian Jazz Orchestra en el disco Tradiciones, big band fundada hace tres años por Aníbal Seminario y él. Y ahora han sido nominados a los Grammy en Estados Unidos en la categoría de Mejor Álbum de Jazz Latino.

Primero fue el jazz y luego la . Cada uno dejó el Perú por su cuenta. Aníbal a Los Ángeles y Lorenzo a Boston. Ambos para estudiar. “Ya sabes, cuando uno está afuera, comienzas a apreciar más las cosas de tu país”, dice Lorenzo sobre su encuentro con la música afroperuana lejos del Perú. “La tradición de la música es muy fuerte”, interrumpe su compañero. En fiestas y jaranas de los Seminario, lo criollo siempre sonó, aunque su reencuentro ocurrió con canciones como “La flor de la canela” en las tierras del jazz. En las maletas no solo llevaron su amor por la música y el deseo de estudiarla; a la vez –y quizás sin saberlo– los sonidos del cajón, el sabor del festejo y el sueño de algún día volver al Perú para presentarse en un gran escenario con una gran banda.

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-¿La música afroperuana es nuestro pasaporte para internacionalizar la música peruana?

Aníbal (A): No creo que sea necesariamente solo lo afroperuano. Es la identidad peruana como tal y es el hecho de investigar, que fue el trabajo que hicimos nosotros, buscar un sonido fresco, un sonido nuevo, por así decirlo, utilizando la tradición. Y algo muy importante es que Tradiciones, tanto en los Latin Grammy como en los Grammy americanos, está siendo calificado como latin jazz y no necesariamente dentro de un título de folclor o world music, como lo ha sido en el pasado.

Lorenzo (L): Yo creo que estamos apuntando a algo global. El jazz y el big band son dos plataformas que nos han ayudado mucho a elevarlo y generar un sonido un poco más diferente.

-Me cuentan que la música afroperuana la redescubren radicando en EE.UU. ¿Qué descubrieron que quizás no eran conscientes que tenía la música afroperuana?

(L): Hay que considerar que la música afroperuana y criolla nunca ha sido escrita. Tú no vas a una peña y un cajonero está leyendo una partitura. Pero claro, cuando ya tienes a 13 vientos, una orquesta de 20 personas, con arreglos que cambian, necesitábamos escribirla. Y ahí creo que reconocimos que a pesar de no haber conocido tanto lo afroperuano en nuestro país, lo traíamos en el corazón. Claro, pero cómo podíamos lograr que la sección de trombones gringos pueda articular, y son increíbles músicos. ¿Cómo escribir todos los acentos que tiene la música afroperuana, que incluso otra música afro de otro país no los tiene?

-¿Dónde podemos distinguir esos acentos?

(L): En el cajón, por ejemplo. Si escuchas “El talara”, tiene un dueto de saxofones en la introducción, no hay percusión, pero Aníbal y yo estamos acentuando el festejo sin percusión, solo con el saxofón.

(A): La escritura tiene un límite, incluso con los acentos. Lorenzo y yo en los ensayos teníamos que, como la tradición lo manda, tocar la frase y decirle a los músicos norteamericanos: “escucha y repite lo que hago”. Llevar el festejo a una sección de trombones, a una trompeta, a una sección de saxofón, a una big band... Transcribir esos ritmos para trece vientos olvídate y encima de eso con una sección rítmica de jazz: batería, piano, bajo y guitarra.

(L): Ahí nos dimos cuenta de que Aníbal y yo traíamos estos acentos escondidos.

(A): (Risas).

(L): Otros amigos de otro país no lo sienten. Ahí nos dimos cuenta: “de aquí somos”.

(A): Lo afro es una identidad del peruano que lleva por sí. Pones a un peruano a tocar cajón, las posibilidades son que por ahí le sale un festejo.

-Ahora, el jazz podría estilizar y se corre el riesgo de perder la esencia o edulcorar los sonidos afroperuanos. ¿Cómo lo manejan?

(L): Yo creo que uno de los crímenes del jazz de hoy en día, que sucede mucho, es que algunas veces lo hace intelectual y hasta puede llegar a sonar aburrido. Habiendo estudiado años de años jazz, hay algunos discos que escucho y no puedo ni terminar la canción. Cuando hicimos este álbum, pensamos que Tradiciones sería uno divertido, que se pueda bailar. No importa que no sepas de jazz ni que nunca hayas escuchado big band. Lo afroperuano le trae al jazz esa parte divertida, coqueta y hasta emotiva.

(A): Hemos estudiado jazz, pero hay algo muy importante en el disco: desde un inicio el concepto es música peruana. Queremos que la gente se identifique. El jazz es una herramienta para sacar a relucir lo lindo de la música peruana, y no al revés.

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-Sin embargo, también se podría decir: ¿dónde está lo nuevo?, ¿por qué seguimos mirando al pasado?

(L): Si bien hemos respetado tradiciones, esto sigue siendo algo muy diferente porque es una big band. Además, hemos podido fusionar los lenguajes de Aníbal y mío. Escribir para un ensamble tan grande con ritmos afroperuanos es algo que nunca lo he escuchado. Es muy impactante, más aún si lo escuchas en vivo.

(A): El disco también tiene tres arreglos originales. Se está ofreciendo como un pequeño previo de lo que se viene. Lo interesante será el segundo disco, al próximo año. El disco nace con una pasión de la música, no se hace para ponerlo en los Grammy; claro, que haya pasado es increíble. Nuestra labor a lo mejor es inspirar a las nuevas generaciones. Estamos tratando de sumar una escalera.

(L): Nadie atribuye el concepto de latin jazz a algo peruano, menos lo afro. Entonces, esta es una nueva presentación. Queremos entrar con el jazz peruano.

(A): Lo más importante es que por primera vez se nos está incluyendo en categoría latin jazz fuera de lo folclórico. Es un avance tremendo.

-A ello habría que sumarle que entre los nominados a los Latin Grammy estuvo el documental del disco Las guerreras de la música afro-peruana y Susana Baca, quien ganó un Grammy. ¿Es una coincidencia o algo está pasando realmente con nuestra música?

(A): Disculpa, Lorenzo, si lo puedo responder… Se está concientizando la importancia de la música afroperuana con la identidad peruana como tal. Lo que ha hecho Susana Baca toda la vida... recién se está dando a conocer la importancia de su trabajo a nivel mundial. Y en el caso de ‘Las guerreras’, es el hecho de concientizar la importancia de la mujer afroperuana.

-Y es un disco producido por músicos extranjeros.

(A): Porque hay un interés. La música afroperuana creo que tiene una de las influencias más grandes en nuestra identidad nacional. El hecho de que Lorenzo y yo nos podamos parar en un escenario con dos saxofones, sin percusión y tocar un festejo es totalmente innovador.

(L): Un festejo y un landó tienen un sentimiento y peso muy diferente, acentos muy diferentes. En el mundo se está comenzando a reconocer al Perú. Y es importante mencionar que mucha gente cree que el cajón es español, pero es un instrumento afroperuano. Es parte de darle ese reconocimiento a Perú.

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-¿Cómo se ve al Perú a la distancia?

(L): Veo al Perú como una mina de oro, pero a veces dentro del mismo Perú no se ve ese oro.

(A): Pero nos estamos dando cuenta de la diversidad artística que tiene el Perú. Estamos en un momento importante en el que podemos investigar un poco más.

(L): Cuando quisimos estudiar música no había nada. El arte es una profesión y me da mucho gusto que eso en el Perú ya se tiene en cuenta. Y gracias a esos cambios se está respetando más el arte. El estudio es muy importante. Si algo queremos decirle a los músicos jóvenes es que estudien y le tomen dedicación a la música. Aníbal y yo seguimos estudiando y aprendiendo. Los dos hemos tenido mucho estudio y preparación para poder llegar a esto.

(A): Lo nuestro es una mezcla entre la escuela y la calle. La calle que tienen en Perú es impresionante. Mezclas eso con la escuela, olvídate. Y también es importante decir que somos independientes, el proyecto no tiene la influencia de ninguna disquera.

-¿Podríamos afirmar que el próximo boom de la música en Latinoamérica lo liderará el Perú?

(A): La música es un arte muy orgánico. Y es lo que pasó con este disco. No hicimos el disco con la intención de que explote. Lo importante es que el arte fluya, que se haga con pasión y gusto. Y lo que salga de ahí, que salga. Yo creo que la rueda ya empezó y ahora lo que queda es seguirle dando.

(L): A nosotros (nuestra generación) nos dijeron que no podías hacer plata siendo músico, que no podíamos hacer una carrera fructífera siendo artista. Pero sí se puede, ve, estudia y hazlo bien.

-Alistan un segundo disco, pero, ¿es posible pensar en un ‘andino’ o ‘amazonía’ peruvian jazz orchestra?

(A): Es muy importante decir que nuestra intención es abarcar todo y cualquier estilo que nuestro corazón nos diga. Lo afroperuano no solo se queda en festejo, hay demasiados estilos que lo afroperuano ha abarcado. Los afroperuanos llegaron hasta los Andes. Va a pasar y lo vamos a hacer.

-Los violines de El Carmen son una expresión de ello.

(L): No hay que etiquetar tanto. Hemos comenzado por lo afroperuano, pero eventualmente será el Perú.

AUTOFICHA:

- “Soy Aníbal Marcelo Seminario Salas. Nací el 7 de octubre del año 1990. Fui al colegio Santísimo Nombre de Jesús y después me fui a estudiar a California, EE.UU., donde saqué mi maestría en jazz”.

- “Me encantan mucho Eva Ayllón y Susana Baca. Siempre han sido referentes muy fuertes en cuanto a la música afroperuana y el fraseo. También son importantes para mí los discos del ‘Zambo’ Cavero con Óscar Avilés, son casi inigualables”.

- “Mi nombre completo es Lorenzo Ferrero Palacios. Nací el 11 de diciembre de 1990. Estudié en el colegio Newton en La Molina. Terminé el colegio y estuve en la U. de Lima, donde seguí un poco de Comunicaciones”.

- “Apliqué a Berklee College of Music. Me aceptaron, me dieron una beca y fui en el 2009. Estudié una especialidad que se llama Jazz Composition. También hice una especialidad en Dirección de Orquesta. Y después me fui a Europa a una gira”.

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