Aníbal Ríos Orihuela: "Cuando confecciono la bandera, me siento más peruano"

“A veces hay personas que no aprecian la bandera y al Perú. Pero es nuestro mayor representante en cualquier parte del mundo. En el Mundial de Rusia hemos visto cómo la bandera ha sido nuestro mayor símbolo y es bonita”, afirma en el Día de la Bandera.
Aníbal Ríos Orihuela también es cantante de música andina. (Fotos: Marco Ramón).

Empezaba la década del 70, el distrito de El Agustino cumplía cinco años de creado y a Lima llegaba Aníbal Ríos Orihuela, con 18 años de edad en las maletas. Interrumpió sus estudios de secundaria porque su sueño era ser cantante. Dejó , en Junín, y se instaló en el Centro de Lima, donde comenzó a trabajar en un taller de confección de trajes típicos y banderas.

Han pasado casi 50 años desde que confeccionó su primera bandera nacional y ahora tiene su propio negocio, a la altura del cruce de la avenida José Carlos Mariátegui y el ferrocarril, en El Agustino, donde me recibe, porque hoy se celebra el Día de la Bandera y en las manos de Aníbal también se expresa el amor a la tierra.

Su primer nombre artístico fue Corazón de Chupaca y la cantante Flor Pucarina lo bautizó como Mensajero Chupaquino. El taller de bordados lleva el nombre de Catalina Huanca. Vive en Lima y Chupaca sigue en su corazón. No tiene hijos ni pareja, pero no está solo. Tiene a sus clientes, familia y amigos, y vive rodeado de los trajes y banderas que borda. Enciendo la grabadora y él prende la radio, y de fondo suena “Vaso de cristal”.

¿Por qué dejó Chupaca?
Por el arte. Empecé a cantar música del centro del país a los 17 años. Huaynos, santiagos, mulizas. A veces los padres quieren que uno se supere mejor que ellos, pero mi papá no quería que yo sea artista. Mi papá ha sido albañil y mi madre ha estado en la casa. A los 18 años me vine a Lima.

¿Se aventuró solo o pidió algún tipo de ayuda?
Tenía un padrino artista y compositor, Paulino Torres Torres, quien fue el compositor de Flor Pucarina. Le dije que quería trabajar en Lima y que no deseaba estudiar. Es decir, yo quería estudiar Enfermería, pero seguir cantando. Me decidí y me vine acá. Mi padrino me recomendó con los grandes bordadores Aquilino Ramos y Willy Carhuallanqui. Y empecé a trabajar con Aquilino, quien ha sido el mejor. Le hizo un chaleco al expresidente Morales Bermúdez. Cuando todavía yo no había aprendido a bordar sino solo cosía, hicimos vestidos para reinas de belleza, como la señora Olga Zumarán.

¿Cuándo llegó su primera bandera?
Cuando trabajaba con Aquilino Ramos hacía las banderas para las instituciones y colegios. Trabajé con él desde el 70 hasta el 98. Se fue a España, hizo su tienda allá. Pero seguí trabajando, hasta 2009, con su hermana y luego me retiré y puse mi propio negocio.

¿Cómo fue su relación con la bandera en el colegio?
Siempre en los días principales yo salía a desfilar llevando la bandera, porque era el más alto. He sido brigadier. Pero más me he inclinado hacia el arte.

¿Hacer banderas es un arte?
Por supuesto. Primero hay que hacer el diseño del escudo, trabajar la tela y bordar la parte gráfica sobre la bandera, que está lista en una semana. Ya ni recuerdo cuántas banderas he confeccionado desde que empecé trabajando con el señor Aquilino Ramos.

¿Hacer las banderas despierta en usted algún sentimiento patriótico?
Cuando confecciono una bandera, me siento más peruano. Orgulloso de ser peruano. Me alegra hacer la bandera del Perú. Nuestro país es rico en todo, pero no sabemos apreciarlo. La costa, sierra y selva tienen cualquier cantidad de riquezas, pero no lo sabemos valorar.

¿Hoy la bandera es respetada o la hemos olvidado?
A veces hay personas que no aprecian la bandera y al Perú. Pero es nuestro mayor representante en cualquier parte del mundo. En el Mundial de Rusia hemos visto cómo la bandera ha sido nuestro mayor símbolo. Además, es una bandera bonita. Quien no quiere a su bandera, no quiere al Perú.

Aníbal Ríos Orihuela

También es cantante y la primera canción que grabó fue “Yo no soy de los que son”. ¿Por qué la tituló así?
A veces había diferencias. Tú sabes, era Lima de la década del 70. Mis primeras dos canciones las grabé en un disco de vinilo 45, en el año 1974. Grabé “He llegado no he llegado”, un santiago de Paulino Torres Torres; y en el otro lado, esa canción de mi autoría.

¿Quiénes son “los que son”?
Los que se creen más grandes y que humillan al que viene de la sierra. Antes el huayno no era apreciado, hoy recién están apreciando el folclor. Por ejemplo, la tunantada es uno de los bailes más populares.

Su nombre artístico para la música es Mensajero Chupaquino, ¿qué mensaje nos trae?
Que las personas no tomen mucho por amor, que no sufran. Le canto al amor, porque al desamor ya no puedo (risas).

¿Ya no sufre por amor?
Estoy soltero y sin hijos, así se vive mejor, se goza mejor (risas). En cada puerto hay amores. Y en cada concierto también (risas).

¿La soledad no lo entristece?
Gracias a Dios, no. Casi todos los días vienen tres a cuatro clientes. Así es que no estoy desamparado. Además, está mi familia, mi hermana que tanto me quieren. Mi sobrina me llama todos los días. No dejan de comunicarse conmigo. Estoy feliz. Mis sobrinas son como mis hijas. Además, paro ocupado y no tengo que estar pensando en los amores. Debo pensar en qué dibujo hago, en mi trabajo. Y ahora quiero grabar las canciones de Juan Gabriel, pero en huaylas.

¿Por qué se identifica con él?
Lo conocí cuando yo trabajaba con el señor Aquilino Ramos. Juan Gabriel fue a la galería donde había una tienda del señor Ramos. Él vino a llevarse algo típico. Muy buena gente, una persona sencilla. Hasta nos tomamos fotos, que salieron en un diario de la época, incluso.

¿Qué es el Perú para usted?
Lo que más quiero.

¿Y Chupaca?
Donde nací y crecí, quiero mucho a mi tierra. Pasaría mis últimos años allá. Siempre le digo a mi familia: mis restos se quedan en el cementerio de Chupaca. Soy bien serrano y bien peruano.

AUTOFICHA:
“Soy Aníbal Ríos Orihuela. Tengo un solo nombre. Nací el 17 de octubre del año 51, en Chupaca. Terminé la primaria, empecé la secundaria, pero no la acabé, me salí en segundo grado. Y me dediqué a cantar y trabajar como bordador de banderas y vestuario para artistas. Mi repertorio es de huaylas, muliza y santiago”.

“Ya perdí la cuenta de cuántos trajes y banderas he confeccionado. Pero sí recuerdo mis producciones musicales: cuatro discos en formato vinilo de 45, dos casetes, cuatro CD y tres DVD. Me falta hacer un disco todavía. Y me gustaría abrir otro negocio e irme de viaje”.

“Pero quiero seguir aprendiendo, aunque sea viejo. Solo de esa forma puedo seguir trabajando. Aunque se crea que ya aprendiste lo suficiente, en esta vida hay que sacar otros motivos e ideas. Quiero seguir confeccionando nuevas cosas y mejorar, incluso, en mi trabajo de confección de banderas”.

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