Andrea Chuiman: “Machita Mujer Caporal es un grito de libertad”

La agrupación de mujeres Machita Mujer Caporal será parte de la Fiesta de la Candelaria. Conversamos con su fundadora y directora Andrea Chuiman.

Fecha de publicación: 05/02/2025 4:49 am
Actualización 05/02/2025 – 7:00

Primero fue el sonido de las zampoñas de alguna canción de Los Kjarkas, los embajadores bolivianos de la música del Altiplano. A continuación, la cautivó el baile de los varones en los caporales: la fuerza, la potencia de sus pasos, cómo invadían el escenario. Pero por ser mujer le tocaba bailar otro personaje, uno “femenino”, y guardó silencio.  

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Dejó atrás los años de colegio y se formó como actriz. Pero aquella escena nunca se fue. Se hizo bailarina y recién hace cinco años volvió por sus pasos. El azar, el recuerdo de una danza pendiente, querer cambiar el mundo o todo a la vez se reunieron en una oportunidad para, por fin, convertirse en una macha caporal.

 

 

Así fundó Machita Mujer Caporal, grupo de mujeres que este domingo y lunes será parte de la tradicional Fiesta de la Candelaria en Puno. Dirigirá a más de 130 machas caporales de Lima y Arequipa. Y este año abrirá una sede en Colombia.

Andrea Chuiman —sí, la sobrina del actor Adolfo Chuiman— halló su personaje de la vida. “Es que la macha es mi testimonio de vida”, me dice. Su voz es firme, tiene la mirada penetrante y (casi) no parpadea.

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¿Cuál fue el motor para crear el proyecto?

Machita Mujer Caporal nace como labor social, con el objetivo de llegar a niñas y mujeres que no tengan acceso a la educación artística. Y así lo continuamos haciendo. Pero llegó la invitación de una agrupación (para ir a la Fiesta de la Candelaria), y el año pasado en el concurso de danzas de luces, donde están la diablada, caporales, morenada, etcétera, dentro del grupo de caporales, nosotras quedamos en segundo lugar y ahora volveremos el doble de personas.  

No ha sido común que existan machas caporales, ¿no?

El personaje existe desde la década del 70 en Bolivia. La primera mujer fue la señora Lidia Estrada Pacheco, la primera macha a nivel mundial, en una danza que era de hombres, del macho caporal. Y después de varios años, en la década del 90, lo hizo en Perú Josefina Mamani. Ella me contó que no fue bien recibida, la señalaban, había burlas, críticas, insultos.

¿A ti también te pasó eso?

Siempre bromean o acosan. Las machas estamos con pantalones, pero igual te molestan. El año pasado un señor se acercó a una de mis machas y le habló fuerte, le dijo que nosotras no debemos bailar así, que así no bailan las mujeres. Pero es cada vez menos. Aunque aún cuesta entender, porque el personaje fuera del folclore no es conocido, menos por el nombre: macha caporal, piensan otra cosa, que tiene que ver con la orientación sexual, y no es así: el personaje se llama macha caporal. La mujer que baila con pantalón no deja de ser mujer. Yo también bailo con pollera y me gusta, pero la macha es otra cosa. La macha también es sensual y también es coqueta, solo que la macha baila para ella, no baila para enamorar al varón. La macha es un personaje independiente, no es la pareja del macho caporal. Y en Machita Mujer Caporal todas son machas en comunidad. Buscamos que ellas encuentren una libertad de movimiento que no encuentran en otras danzas. La macha tiene que patear, tiene que tirarse al piso, tiene que arrodillarse, tiene que amplificar sus movimientos porque debe brillar, y eso a veces les cuesta a algunas chicas. Vienen por temas de inseguridad, timidez, no quieren mostrar las piernas, no quieren mostrar piel; entonces, la macha les brinda eso. Y aparte, muchas chicas me dicen: “Andrea, tengo más de 30 años, ¿puedo bailar?”. Por supuesto. En otras agrupaciones no pueden.

 

Imagen
Machita Mujer Caporal.

 

¿Josefina Mamani qué te ha dicho de Machita Mujer Caporal?

Ella no creía (risas). Pero después me dijo que nunca creyó que a través de un personaje se pudiera crear un movimiento. Ella no se dio cuenta de que estaba abriendo camino a cuántas mujeres. También ocurre que en otras agrupaciones, a las machas les dicen que deben ser las más altas, o las más delgadas, o incluso las más agraciadas físicamente, o haber bailado tres años como caporalita para recién ser macha. Y pensé: demasiados requisitos. Y dije no, acá la idea es que por medio de la macha tú desarrolles otras facultades, que descubras otras virtudes, que repotencies el poder de tu cuerpo y de tu voz, porque la macha también tiene que guapear.  

Bueno, encajas con el concepto de la macha caporal. Lo digo por tu tono de voz, la forma en que hablas, tu mirada, pareces determinante.

Parece, ¿no? (risas).

¿Siempre has sido así?

Creo que sí. Pero en el fondo tengo muchos temores, miedos e inseguridades, como cualquier otra persona. Pero es un miedo que no me paraliza, nervios que me impulsan hacia adelante. 

 

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Machita Mujer Caporal.

 

 

¿La niña Andrea ya era así?

Me gustaba esa fuerza, pero tenía vergüenza de decirlo, ni cuando estuve en Brisas del Titicaca. Yo solo decía “qué bonito bailan los varones”. Incluso, pasé Brisas, ingresé al Ballet Folclórico Nacional y ya en 2015, después de varios años, me tocó bailar como macha y el personaje era un reto, le tenía miedo. Y en 2019, recién me animé a hacerlo.    

¿Qué te animó?

Una llamada telefónica. Ya enseñaba danzas y la hija de una de mis alumnas era coordinadora del Cultural Británico. Me llamó y me dijo que sabía que yo tenía una idea con las machas y el empoderamiento femenino y me propuso presentar una obra de teatro. Pero yo no tenía nada. Estábamos en diciembre de 2019 y era para marzo de 2020. Entonces, dije “vamos”.

Hoy, en el mundo complejo que vivimos, ¿qué es ser macha?

Es un grito de libertad, de fuerza, de pasión, es un grito de aquí estoy. Es mi armadura, es mi escudo, es mi forma en la que yo afronto mis propios miedos. Por eso cuando doy entrevistas, habla mi macha (ríe).

 

Autoficha:

 

-“Soy Andrea Silvana Chuiman Córdova. Tengo 41 años. Nací en Lima. Entré a la PUCP a Comunicaciones, pero luego hice mi traslado al teatro de la universidad, quería actuación pura. La danza vino de una manera empírica cuando comencé a pertenecer a diferentes elencos”.

-“Pasé por el elenco de Brisas del Titicaca, de la Católica, diferentes elencos, hasta que llego al Ballet Folclórico Nacional, donde llevo quince años bailando, y he tenido la oportunidad de desarrollarme también como asistente de dirección, guionista, asistente de  guion”.

-“En Machita Mujer Caporal tenemos talleres. Nos pueden buscar a través de nuestras redes sociales. En marzo empezamos y justamente tenemos varias actividades por el Mes de la Mujer. Abriremos en Colombia, pero quisiera que Machita Mujer Caporal llegue a filiales en todo el mundo”.

 

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