El artista de 86 año presenta su segundo poemario mañana, miércoles 12, en la Biblioteca Nacional del Perú. (Difusión)
El artista de 86 año presenta su segundo poemario mañana, miércoles 12, en la Biblioteca Nacional del Perú. (Difusión)

Alberto Quintanilla (Cusco, 1932) me recibe en su casa-taller de Santa Beatriz, donde sus esculturas, pinturas, juguetes y escritos se encuentran en exhibición, como si fuese un pequeño museo. Nos sentamos en la mesa del comedor, llena de libros, cuadernos y páginas sueltas. “No sigo una ceremonia para crear. Escribo en todo momento y utilizo (como soporte) lo que esté a mi alcance: un papel, una factura o un volante”, afirma con la risa fuerte y contagiosa que lo caracteriza, mientras me muestra varios de sus poemas. Algunos de estos son parte de Yuyarinapaq (Universidad Alas Peruanas), segundo poemario del artista, que se presentará mañana en la Biblioteca Nacional del Perú.

¿Usted encontró a la poesía o esta lo halló a usted?
Yo a ella. Desde pequeño escuchaba a hombres recitar versos en las picanterías y me quedaba asombrado. Luego leí a poetas peruanos y europeos. Solía comparar los escritos que leía y noté que algunos poetas imitaban a otros y yo me quise diferenciar. Para ser escuchado, hay que hacer algo original.

¿A qué poetas del Perú leía?
Comencé a conocer a poetas como Alejandro Romualdo, José María Eguren y César Vallejo. Con este último comencé a sentir, pero también a comprender. En uno de sus poemas decía “ponte el saco”, que para mí significó ¡despierta y haz algo!, y le hice caso.

Leyendo algunos de sus poemas, noto que no hay una temática única.
Yo escribo lo que siento. Ya sea que odie, llore, reclame, ría o me enamore. Es una clase de poesía bibliográfica, porque a medida que cambio, cambian mis textos. Uno puede leerme y saber en qué momento de mi vida estaba.

Eso sí, una inspiración constante es el Cusco.
Por supuesto, es mi tierra. Creo que parte de mi obra, las esculturas, pinturas y textos, busca reivindicar las tradiciones y lo que es sagrado para nosotros.

En Yuyarinapaq también habla de lo malo que ocurre en el país.
Al Perú le tengo un amor inmenso, sin importar que viva en Francia. Me obsesiona el Perú y lo suyo. Y, por eso, me duele ver tanta corrupción, violencia y odio como el pan de cada día.

(Difusión)
(Difusión)

Con las energías puestas en la poesía, ¿dónde ha dejado a la pintura y escultura?
Todas tienen mi atención e interés por igual, tiene que haber un equilibrio. Siempre tengo que crear y hacer arte. Es una forma de tributo a la tierra que me creó.

¿Ha sido fácil el camino del arte?
El camino no tanto. Pero pintar y crear esculturas siempre ha sido sencillo, al menos para mí. Es como ir a tomar agua. Lo hago todo el tiempo, sin problemas. Es natural.

¿Qué es lo difícil entonces?
Que, como sociedad, siempre andamos prohibiendo. Uno aprende a no intentar cosas nuevas porque, desde niños, nos cuestionan. Y aun más si decides hacer arte. Incluso a mi edad, escucho comentarios de personas que me cuestionan por hacer juguetes, esculturas, pinturas, dibujos a tinta.

Tiene 86 años. ¿Qué falta por crear?
La frase “el que mucho abarca, poco aprieta” no me gusta. Siempre voy a abarcar mucho y no por eso haré las cosas mal. Quiero hacer una réplica en escultura, a tamaño real, de “La última cena”.

¿Y la escritura?
Siempre estuvo y estará presente. Creo para vivir y vivo para escribir.

Datos: 
- El libro está compuesto por 58 poemas inéditos que datan desde 1950. Ha sido editado por el escritor Francisco León y diseñado por el artista gráfico Diego Ugaz.
- Yuyarinapaq (Reflexiones) se presenta mañana, 7:30 p.m. Biblioteca Nacional del Perú (San Borja). Libre.
- En la presentación participarán el crítico literario Ricardo Gonzáles Vigil, el escritor Marco García Falcón, el escritor Francisco León y el crítico Christian Reynoso. Además, la música estará a cargo de Rafo Ráez.