Los microplásticos son los fragmentos de plástico que se fracturan en trozos más pequeños. Pueden llegar a medir hasta menos de 5 milímetros. La mayoría están en basura. Llegan a ocupar espacio por donde se pueda, la mayoría en el mar; pero otra gran concentración es en el suelo.
Esto afecta en mayor número a las plantas, ya que por la poca movilización de los nutrientes necesarios para su crecimiento, pueden acabar envenenados por la toxicidad de los microplásticos. A veces, algunos llegan a invadir la planta mediante sus raíces. Aunque eso no es un problema con las partículas más grandes, ya que se quedan atrofiadas en las raíces, las más delgadas, que pueden pasar por la fibra de la planta misma, pueden llegar hasta el tallo y las hojas.
Una revisión bibliográfica reciente, llevada a cabo en la Universidad de Zhejiang, China muestra los efectos de microplásticos en las plantas y cómo ello puede afectar a las verduras en la agricultura. Se notó en diferentes hojas de cebolleta, ajo. trigo, entre otros.
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El primer efecto que notaron fue la pausa del desarrollo de la planta, llevando a la formación de verduras más pequeñas. Con ello conllevaba el endurecimiento de sus raíces y la inhabilidad de crear fotosíntesis.
Hay varios estudios que gran parte de nuestra dieta carga microplásticos, la mayoría encontradas en el pescado y la bebida. Un adulto puede llegar a consumir 142 000 y 154 000 partículas de microplásticos al año. Todavía no hay muchos estudios sobre los efectos en el cuerpo, pero pueden llegar hasta la sangre. Aunque todavía no hay datos empíricos, es vital obtener información factible cuanto antes posible.