¡Cuidado! Viajar en avión produce más gases y retenerlos puede ser peligroso. (Getty)
¡Cuidado! Viajar en avión produce más gases y retenerlos puede ser peligroso. (Getty)

Redacción PERÚ21

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Se dice que una de las formas más seguras de viajar es en avión, por su bajo índice de accidentes. Pero lo que no se menciona es que existen otro tipo de que un vuelo puede conllevar.

Estos problemas tienen relación con las flatulencias, específicamente los que se encuentran en nuestros intestinos y que más frecuentemente solemos descargar en la forma de un gas.

Pese a que este es un proceso normal de nuestro organismo y que solemos descargar en momentos privados para evitar molestar a los demás con los malos olores, cuando se está en un avión, un pedo se convierte en una verdadera bomba de tiempo, especialmente afectada por el cambio de presión que genera el ascenso de la aeronave.

Pero, ¿por qué sucede que cuando viajamos en avión, es más probable que nos llenemos de gases buscando su libertad a través de nuestro sistema excretor?

Esta situación ha sido estudiada por los científicos, quienes hasta nombre le pusieron: Flatulencia de Gran Altitud (HAFE por sus siglas en inglés) y consiste las flatulencias que se suelen soltar en la cabina de un avión que viaja a gran altura y las razones que lo originan.

Gracias a la ley de Boyle se sabe que a una temperatura constante, el volumen aumenta conforme la presión baja. De este efecto no son ajenos nuestros intestinos, lugar en el que se producen entre 0,7 y 1 litro de gases.

Esto significa que a medida que la presión baja mientras la aeronave inicia su ascenso, el volumen de gases en nuestros intestinos aumenta y buscan su salida habitual de nuestro cuerpo.

PUEDEN SER MÁS PELIGROSOS DE LO QUE PENSAMOS

Puede que para los jóvenes, la retención de estos gases en el cuerpo no signifiquen un gran problema, pero no pasa lo mismo con las personas mayores.

Así lo especifica Jacob Rosenberg, profesor en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca y autor de un al respecto publicado en la revista New Zealand Medical Journal.

“Si eres joven y saludable no es un problema, pero para la gente mayor puede representar un esfuerzo cardíaco de riesgo”, advirtió Rosenberg en declaraciones a la BBC.

En este trabajo, el profesor enumera una serie de efectos causados por la retención de las flatulencias, principalmente en un avión, como son “Molestias e incluso dolor, hinchazón, dispepsia y pirosis (ardor)".

Pero lo más peligroso serían las respuestas fisiológicas al intestino distendido, que suelen conllevar a presión arterial y pulso elevados y oxigenación reducida de la sangre, situaciones que pueden ser graves si la persona ya tienen riesgos de complicaciones cardiovasculares.

Por tal motivo, el especialista recomienda lo que muchos tratamos de evitar por vergüenza, es decir, dejarlo salir. Sonoro, silencioso, de olor fuerte o imperceptible, es mejor dejarlo en libertad.

ALGUNAS SOLUCIONES

Si es una persona que suele retener gases o simplemente desea evitar este tipo de situaciones, lo que recomienda el experto es evitar las comidas responsables de generarlos como las de alto contenido en fibras, grasas o frijoles.

También puede pasear para que estos gases se muevan un poco, aprovecha en ir al baño y tomar agua. Una de las recomendaciones también sería meter carbohidratos a la dieta antes del vuelo, ya que estos reducen la producción de gases.

Pero, contrario a todo lo que muchos puedan pensar, consumir yogurt es una buena forma de apaciguar el intestino, ya que este es uno de los alimentos que más ayudan a que los gases se acumulen.

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